España
Huelga feminista del 8M

El PP no irá a la manifestación del 8M feminista en rechazo al manifiesto politizado por la izquierda

El Partido Popular ha tomado la decisión de no acudir a la manifestación feminista del 8M el próximo viernes. La clave de la decisión se encuentra en las afirmaciones que contiene el manifiesto. Un texto que supera la defensa de la igualdad de la mujer y que entra a criticar el heteropatriarcado, a recomendar la masturbación en los niños y a lanzar críticas contra el neoliberalismo.

A lo largo de este miércoles los cargos del Partido Popular, tras conocer el manifiesto, han debatido sobre la conveniencia de secundar la manifestación. La decisión final ha sido negativa.

El Partido Popular nunca había puesto ninguna pega al hecho de secundar una movilización que respaldase la igualdad de trato entre hombre y mujer. El problema ha surgido cuando el manifiesto se ha convertido en un comunicado político de movilización del electorado de izquierdas.

Una situación similar se vivió ya con el manifiesto de la movilización del 8M el año pasado. En aquella ocasión el manifiesto incluyo críticas políticas que superaban el objetivo anunciado para la manifestación. En esta ocasión ya con el nuevo líder del Partido Popular, Pablo Casado, la decisión se ha tomado y no se acudirá de forma oficial a la manifestación.

Sexo «sin moralismos»

Como adelantó OKDIARIO, el manifiesto de la Coordinadora Feminista (Federación Estatal de Organizaciones Feministas), principal impulsora de la huelga del 8M, incluye entre sus reivindicaciones la defensa de una educación afectivo-sexual que promueva “el placer sexual” y el “autoconocimiento” de los cuerpos. La plataforma reivindica una educación “que muestre las diversas formas de vivir la sexualidad, identidades y/o expresiones de género y las distintas corporalidades que existen”. Y añade que será una educación “sin moralismos”.

Las feministas abundan en las críticas al género masculino y justifican la convocatoria de la huelga, prevista para ese día, porque es necesario “formar a los niños y niñas contra unas masculinidades violentas, posesivas y dominantes, excluyendo los tópicos del amor tóxico-romántico, haciendo posible el desarrollo de todo nuestro potencial”.

Consideran, también, que la educación ‘afectivo-sexual’ “no está en el currículo escolar” porque, la que ahora existe, “es una educación que no está basada en el placer, sino en el miedo, los tabúes y los estereotipos dominantes. Es heteronormativa, centrada en la reproducción, coitocéntrica e invisibiliza la diversidad tanto de identidades y/o expresiones de género como de sexualidades”.

“Currículos anticoloniales”

El argumentario, totalmente ideologizado, propone, en su lugar, una educación “pública, laica y con currículos feministas y anticoloniales”.

Bajo el epífrage ‘Huelga estudiantil’, señalan que “el sistema educativo en todas sus etapas es el principal espacio de socialización en el que se reproduce el actual sistema capitalista y patriarcal y está muy lejos de ser un espacio en el que se crece en equidad e igualdad social”.

“Desde el colegio y el instituto se construyen los roles de género, los estereotipos y el amor romántico heterosexual como modelo único de relación afectivo-sexual, a la vez que nosotras empezamos a construir nuestra identidad sexual en unos centros que carecen de una educación afectivo-sexual diversa y están plagados de actitudes LGTBIfóbicas”, critican.

Aborto libre desde los 16 años

El texto arremete contra “la jerarquía católica, el Estado, los poderes económicos y políticos y la cultura machista y colonial” que, dicen, “generan un contexto que niega o limita nuestras decisiones sobre cómo queremos vivir la sexualidad y la identidad y/o expresión de género, nuestra corporalidad, la maternidad, nuestras vidas y relaciones”.

Entre otras reclamaciones, piden también aborto “libre y gratuito” y “que se respete la autonomía de las mujeres de 16 “para interrumpir su embarazo” y se garantice la realización en los servicios públicos de salud para todas las mujeres”.

Las feministas que firman el documento consideran que sus cuerpos y sexualidad se consideran “objetos y no como sujetos de placer”.

“Por tanto, se limita la expresión de nuestros deseos y nuestra erótica. Nuestros cuerpos racializados se presentan como hipersexuales y exóticos asociándonos a lo salvaje y lo no domesticado”, señalan en otro de los puntos.

Genocidio e hispanidad

El argumentario se extralimita a cuestiones ideológicas que poco, o nada, tienen que ver con la reivindicación del 8M.

Así, por ejemplo, una de las propuestas recoge “cambiar el relato del 12 de octubre, conocido como Día de la Hispanidad, como ‘un día de memoria y reconocimiento del genocidio’ sufrido por la población del continente africano y la lucha anticolonialista de sus territorios”.

En otra iniciativa, piden el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs) o el fin de la penalización de la venta ambulante y promueven también “que se ponga fin a las devoluciones en caliente y los vuelos de deportación” o “que sea haga efectiva la Ley de Asilo, dotándola de presupuesto para garantizar los procesos y protocolos de atención a solicitantes de asilo y refugio”. Todas, propuestas con una importante carga política.

En sus medidas más extremas para ese día, proponen, por ejemplo, que no se realicen transacciones bancarias -“intercambia y regala”, recomiendan- “reducir el consumo energético tanto como sea posible evitando el uso de aparatos electrónicos”, “evitar y boicotear productor de usar y tirar, sobre-envasados y transgénicos” o “boicotear el consumo en grandes superficies” que, argumentan, venden “productos elaborados por mujeres en condiciones de explotación laboral o donde no existen condiciones dignas de trabajo”.