España

Podemos obligó a sus responsables en Extremadura a espiar a militantes llegados de IU

«¡La única división en Podemos es entre los de arriba y los de abajo, no entre ‘pablistas’ y ‘errejonistas’!» Quien así habla es José Manuel Chemita Guillén, el líder de una treintena de militantes de Podemos purgados por la dirección de Extremadura por orden de la de Madrid, el pasado lunes. Guillén denuncia a OKDIARIO que se les ha abierto un expediente de suspensión temporal de militancia por haber mostrado sus posiciones críticas con la dirección del partido en la región y que, además, todo ha venido después de haber sido obligado por el secretario de Organización podemita en Extremadura, Julián Macías, a espiar a otros compañeros.

«Creemos que Podemos es un fraude», afirma Guillén. «Llevamos dos años siendo acosados por ellos, por ser críticos con las malas prácticas de la organización». Y concluye señalando a la dirección de Pablo Iglesias: «Esto nos pasa porque nosotros denunciamos las mismas malas practicas que ellos denuncian en otros partidos como PP».

Escuche aquí al denunciante:

Guillén afirma que él no es el único que ha sido obligado a ejercer de «espía» en las plataformas  de comunicación móvil de otras alas del partido para facilitar información privilegiada a Macías.

 

Quien fue responsable de campaña de Podemos Extremadura asegura que tuvo que permanecer de manera silente en el grupo de mensajería de una facción cuyos integrantes eran ex miembros de IU y de la Plataforma Antidesahucios. La orden del secretario de Organización era hacer pantallazos de las conversaciones para darle toda la información acerca de los asuntos que se trataban en sus chats de Telegram.

 

Y como prueba, Guillén aporta estas capturas de sus conversaciones a través de la aplicación de móvil, en las que Julián Macías le anima a seguir en el chat, le aconseja pasar desapercibido y le conmina a reenviarle el contenido de las conversaciones, a la vez que le pregunta los datos de las personas que lo integran.

 

Todo explotó el pasado lunes, precisamente el mismo día que daba comienzo la recogida de avales para las inminentes elecciones primarias con el objetivo de que no puedan presentar candidatura alternativa: «Tienen miedo de que ganemos y por eso nos apartan», concluyen. Entonces, según los críticos, la dirección de Madrid los dio por expulsados y les impidió recabar apoyos entre los militantes descontentos con el secretario regional de Podemos, Álvaro Jaén y su número dos, Julián Macías.

 

El propio Macías que había obligado a Chemita Guillén, ahora líder de los críticos a ejercer de «espía» se apoyaba en un supuesto expediente de la Comisión de Garantías Democráticas de Madrid para, a través del Consejo de Coordinación, suspenderlos. Macías le daba instrucciones a Guillén explicándole cómo debía proceder, no participando en las conversaciones, y siendo «cauteloso» con la información  recabada: «Es bueno tener la información, pero no siempre compartirla y menos en grupos de Telegram abiertos donde no sabes quiénes están».

 

El origen de la purga

Todo había comenzado el pasado 27 de julio. En esas fechas, una treintena de inscritos en Podemos Extremadura elaboraba un manifiesto en el que denunciaba la «poca transparencia» del partido en la región. En el texto calificaban a su secretario general de «inoperante y antidemocrático».

Sin embargo, lejos de ser escuchados en sus quejas y en su «ejercicio de libertad de expresión», lo que recibieron como respuesta fue un expediente de expulsión temporal del partido. Además, aseguran que la notificación oficial de su expediente no les llegó hasta mes y medio después de haberse enterado informalmente y de casualidad a través de un mensaje de Telegram en uno de los grupos de trabajo.

‘Chemita’ Guillén, quien fue responsable juvenil de la formación morada en Extremadura, subraya que la figura de «suspensión cautelar» no existe ni está recogida en los estatutos de Podemos. Señala a la dirección regional y a la de Pablo Iglesias en Madrid, al asegurar que han sido purgados del partido «de manera irregular» después de expresar públicamente sus críticas y descontento con Álvaro Jaén, secretario del partido en la región, porque el Consejo de Coordinación «no tiene competencias para esa decisión».

Por este motivo, los purgados en Extremadura por Pablo Iglesias decidieron presentar una «denuncia en la Comisión de Garantías Democráticas estatal» –órgano interno neutral de Podemos cuyo cometido es velar por el cumplimiento de los estatutos del partido a nivel interno–.

Según Guillén: «Dos meses después llegan las primarias a Podemos Extremadura y nuestro grupo ve la oportunidad de crear una alternativa al gobierno dictatorial de Alvaro Jaén, el homólogo de Pablo Iglesias en Extremadura. Todo perfecto hasta este lunes, que nos llegó un expediente a todos los miembros (una treintena) de que se nos suspendía de militancia 6 meses. Se toman muchas molestias en nuestro caso y no es casualidad, porque que el lunes día 10 comenzaba la campaña de avales de las candidaturas, que termina el día 25, mientras que hay millones de casos denunciados a éste órgano y aun no se ha resuelto ninguno».

Para el líder de los críticos «ha sido un fraude electoral para que no nos presentemos a la primarias porque temen que las ganemos». Además, Guillén acusa al que ha sido su partido de no haber respetado «la presunción de inocencia», directamente se les ha «culpado».