España
Programa para las elecciones europeas

Podemos acaba con su promesa de ‘austeridad’: sus eurodiputados cobrarán 4 salarios mínimos y dietas

El programa de Podemos para las elecciones europeas recoge que los eurodiputados cobrarán 4 veces el salario mínimo, es decir, 3.600 euros al mes. En 2014, Iglesias fijó el sueldo de estos cargos en 3 salarios.

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El programa de Podemos para las elecciones europeas del próximo 26 de mayo recoge una ‘subida’ de sueldo para los eurodiputados podemitas. Bajo el epígrafe ‘Buen gobierno y lucha contra la corrupción’, el partido de Pablo Iglesias presume del «fin de los privilegios para representantes políticos», que, sin embargo, oculta un aumento de los ingresos para sus propios representantes.

El compromiso de Podemos, como el propio Iglesias defendió ya en 2014 -momento de su irrupción, precisamente, en las elecciones europeas- era que ninguno de sus representantes en la Eurocámara pudiesen cobrar más de 1.934 euros al mes, en 14 pagas. Es decir, tres veces el salario mínimo interprofesional (entonces en 645 euros mensuales). Aparte, disponen además de «los gastos de alojamiento y manutención en las sedes parlamentarias, así como los desplazamientos a las mismas y en la circunscripción para el ejercicio de sus funciones».

Según los últimos datos actualizados del Parlamento Europeo -2018- cada eurodiputado recibe 8.757,70 euros brutos al mes (6.824,85 netos), en 14 pagas. Un sueldo que se fija tradicionalmente en el 38,5% del salario básico de un juez del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Además, los diputados reciben una dieta fija diaria de 304 euros para alojamiento y gastos por asistir a su trabajo parlamentario y a la actividad oficial, y de 152 euros adicionales para reuniones celebradas fuera de la Unión Europea.

A ello hay que añadir los 4.342 euros mensuales que ingresan para gastos de oficina (alquiler de locales, facturas de luz o teléfono, equipos informáticos) y que no está fiscalizada; o los más de 24.000 mensuales para contratar personal, como asistentes o servicios externos, bien sea en Bruselas, Luxemburgo o en el país de origen. Además, los miembros del Parlamento Europeo tienen derecho a una pensión a partir de los 63 años, equivalente al 3,5% de su salario por cada año de mandato.

En su programa europeo, Podemos propone ahora que «se limitarán los salarios, de modo que ningún parlamentario o parlamentaria pueda cobrar más de 4 veces el salario mínimo de su lugar de residencia o destino —3.600 euros al mes en España, en lugar de los 6.700 euros netos actuales— y ningún funcionario o funcionaria, cargo o representante público de la Unión, más de 5 veces ese salario mínimo, estableciendo compensaciones en los casos de mayor desequilibrio entre este salario mínimo y el concepto equivalente de su lugar de origen». En realidad, supone un incremento de un salario mínimo más -900 euros mensuales- en relación a lo que era el compromiso inicial del partido al inicio de la legislatura europea.

Con dietas

El partido añade, asimismo, que «se requerirá justificación del uso de la dieta diaria de más de 300 euros y la mensual de «gastos generales» que reciben los y las representantes en el Parlamento y se devolverá lo no gastado». Es decir, en la práctica no obliga a renunciar a dichas dietas, que suponen un importante ‘plus’ en las retribuciones mensuales. Sí afirman que «se eliminará la indemnización por residencia, que supone el 15% de su sueldo base, y la indemnización por representación de los cargos de alto nivel».

En realidad, la propuesta podemita tiene poco recorrido, porque las retribuciones deben ser aprobadas a nivel comunitario, aunque sí supone un cambio con respecto al compromiso de la formación, que siempre ha fijado el sueldo máximo de sus cargos públicos en el límite de los tres salarios mínimos.

Ese compromiso, sin embargo, presenta numerosas lagunas. Por ejemplo, según las indicaciones del partido, el ‘excedente’ debe donarse: una parte para la propia organización, y la otra para proyectos sociales que, en realidad, son impulsados por una plataforma, Impulsa, del propio Podemos.

Como informó OKDIARIO, la revisión de las nóminas de los diputados en el Congreso ofrece además algunos datos llamativos, como que los parlamentarios se quedan con el ‘plus’ que la Cámara suma al salario base en concepto de ‘indemnización’ por el cumplimiento de su función y que, en la próxima legislatura, será de 1.921,20 euros para los diputados de circunscripciones distintas a Madrid y de 917,03 euros para los electos por Madrid. Esta cantidad está exenta de retención.

Así, por ejemplo, en mayo de 2017 -Podemos no actualiza las nóminas desde junio de ese año- Iglesias recibió 3.088,73 euros netos por su trabajo como diputado. Ese mes, declaró haber cobrado realmente 2.122,80 euros – en virtud de la regla de los 3 SMI– y donado 182,97 euros a Podemos, y otros tantos a proyectos sociales (a través de IMPULSA, la plataforma de iniciativas de la formación). La suma entre lo que afirmó cobrar y las donaciones es de 2.488,74 euros. Quedan 600 de diferencia, que Iglesias admite haber gastado como ‘dietas/indemnizaciones’, procedentes de su sueldo del Congreso.

Este diario reveló también que hasta seis diputados de Podemos cobraban la dieta del Congreso por alojamiento por haber sido elegidos por una circunscripción distinta a Madrid, pese a disponer de casa en la capital.  

En el caso de los eurodiputados, Podemos alegó que el extra por gastos de oficina, por ejemplo, «no forma parte del salario» y, en consecuencia, no está fiscalizado como tal. «De hecho, en nuestro caso se devuelve el sobrante cuando finaliza el mandato, aunque la institución ni lo exige ni antes de llegar nosotros tenía un medio habilitado para hacerlo», explicaron fuentes del partido, a una consulta de este periódico.

El Parlamento Europeo carece de un sistema de vigilancia sobre esos gastos, de forma que los diputados europeos-no solo los de Podemos- suelen utilizarlos libremente, más allá de sufragar sus oficinas. En ese ‘libremente’ se incluyen, por ejemplo, viajes o incluso aportaciones a sus partidos.