España

Pablo Iglesias emula al joven Stalin con su nuevo corte de pelo

  • Iñigo Artola
  • Portadista. Redactor de cultura, internacional, política, sociedad y lo que haga falta. Devorador insaciable de series y películas.

La coleta de Pablo Iglesias ya es historia. Con su nuevo look, el ex líder de Podemos pretende comenzar una nueva vida, ya fuera de la política, sin llegar a determinar cuál será su próximo objetivo laboral. Las dos imágenes del residente de Galapagar desprendido de su cola de caballo que han dado la vuelta a España, además de generar un aluvión de memes, han levantado las sospechas por un inquietante parecido, más que razonable, con el dictador y asesino soviético Josef Stalin.

Iglesias nunca ha escondido su filia por el comunismo y su afán por traer a España sus políticas. A la pregunta de un presentador de radio «¿comunismo o libertad?», Iglesias no dudó ni un segundo de su respuesta: «Comunismo». Con el calificativo de nazi en la boca para sus contrincantes políticos, Iglesias y sus camaradas de Podemos nunca jamás han condenado el comunismo y se negaron, junto al PSOE de Pedro Sánchez, a que se equiparase el totalitarismo comunista con el autoritarismo nazi como planteó el PP en el Congreso. Lejos de condenarlo, se han dedicado a revestir el comunismo de un halo de salvación, obviando por completo la barbarie que las políticas comunistas llevaron a la entonces Unión Soviética y otras partes del mundo.

Ahora, el líder de Podemos se vuelve a convertir en el centro de atención con unas fotografías en las que la coleta que le sirvió para su (falsa) campaña de cercanía con los barrios obreros desaparece de la ecuación. Ahora, alejado de Vallecas, uno de los barrios que encumbraron a Podemos en sus inicios, el propietario de una villa con jardín, piscina y hasta casa de invitados en Galapagar recuerda a un joven Stalin con su nueva imagen.

Stalin: la barbarie y el terror

Las alternativas revisiones de la Historia rusa han puesto en su lugar a Stalin, de quien ya no hay duda de que fue un genocida capaz de matar de hambre al pueblo ruso durante las hambrunas de los primeros años treinta del pasado siglo, unos hechos que ya tienen nombre y que los historiadores denominan Holodomor, en ucraniano «morir de hambre», conocido también como «Holocausto ucraniano». El Holodomor mató de hambre a siete millones de rusos y constituye el mayor crimen de Stalin y de toda la historia de la Unión Soviética; es sin duda una de las mayores tragedias humanitarias del siglo XX.

Además, Stalin ideó la Gran Purga o el Gran terror para consolidar su poder. Fue una campaña de represión y persecución política llevada a cabo en la Unión Soviética al final de los años 30 en la que cientos de miles de miembros del Partido Comunista Soviético, socialistas, anarquistas y opositores fueron perseguidos o vigilados por la policía; además, se llevaron a cabo juicios públicos, se envió a cientos de miles a campos de concentración del gulag y otros fueron ejecutados.

En cuanto a la cifra de muertos bajo su dictadura, ni siquiera hoy en día existe una cifra oficial. El cálculo, según el historiador que lo realice, oscila entre los cuatro y los 50 millones de personas fallecidas o asesinadas. El investigador Robert Conquest, investigador ducho en la represión política stalinista y en la gran hambruna, situó la cifra entre los 13 y los 15 millones de muertos.

Otro investigador, Vadim Erlikman, afirma que en total hubo 1,5 millones de ejecuciones, cinco millones de víctimas de los gulags, entre 1.7 y 7,5 millones de deportados y un millón de prisioneros de guerra, es decir alrededor de nueve millones de víctimas. Para completar la cifra de los 15 millones de Conquest y otros autores habría que sumar los siete millones de muertos por el hambre.