La violación por la que fue condenado se produjo en la madrugada del 12 de enero de 2020 en un piso situado en el barrio zaragozano del Arrabal. El violador y su víctima coincidieron en la discoteca Supernova con sus respectivos grupos de amigos y, al salir a la puerta del local cuando ya estaba cerrando, él la invitó a fumar un porro. Después, le dijo que si le acompañaba a casa, donde tenía dicha sustancia, según declaró la joven durante la vista oral. Cuando estaban cerca del domicilio, la víctima le comentó que necesitaba ir al baño y él le dijo que subiera al piso. Tras beber un vaso de agua, llamó a sus amigos para pasarles la ubicación del piso por Whatsapp y pedirles que fueran a recogerla.
Según la chica, fue durante la espera cuando el procesado la empujó sorpresivamente contra una cama y mientras la sujetaba con fuerza con una mano le bajó la ropa con la otra y la agredió sexualmente. Además de la cárcel –que eludió gracias a la fuga–, debía indemnizar a la víctima con 3.000 euros por daños morales y 1.629 por el perjuicio temporal causado, algo que tampoco ha hecho.