España

JxCAT no quiere nuevas elecciones y aupará a Artadi como candidata cuando tumben a Puigdemont

JxCAT no quiere nuevas elecciones y pretende aupar a Elsa Artadi como candidata cuando la Justicia vuelva a tumbar los deseos de este partido de investir como president a Carles Puigdemont.

El agotamiento empieza a hacer mella entre los propios separatistas. Ellos cuentan con el resultado de las elecciones del 21-D a su favor, pero no tienen nada claro que puedan repetir ese resultado electoral con el deterioro económico y social que está causando la actual situación entre sus propios votantes. Los medios separatistas están pidiendo a sus partidos que regrese la gobernabilidad cuanto antes y que puedan volver a tener control de las subvenciones ante las penurias económicas que empiezan a pasar con el 155.

Las asociaciones separatistas se encuentran en la misma situación y la presión crece tanto hacia JxCAT como hacia ERC para que se instaure un Govern y vuelva el control del crédito presupuestario —al menos, parcialmente— a manos de los partidos que defendieron y siguen defendiendo el referéndum ilegal de independencia del 1-O.

Y en esa situación, empieza a crecer el ánimo de cerrar ya una opción de gobernabilidad que acabe con la interinidad y permita volver a lo que ellos consideran una cierta normalidad.

En ese panorama, un nombre ha vuelto a sonar con fuerza: el de la opción defendida por el propio Carles Pauigdemont, Elsa Artadi, la que fuera jefa de campaña del 21-D y persona de confianza del ex presidente regional durante los preparativos del golpe.

Artadi no ha sido imputada y, sin embargo, cuenta con el respaldo de Puigdemont, algo que la convierte en una especie de “renuncia sin rendición”, como explica a OKDIARIO una fuente conocedora de las negociaciones que se están llevando a cabo.

Pese a ello, aún pasarán días hasta que esta opción se haga obvia. Días en los que se seguirá dando a entender que la única apuesta posible es el ex president fugado, ahora en Berlín. Pero la Justicia se encargará de desvanecer esas pretensiones: Puigdemont sólo puede pasar de Alemania a la prisión española y, por lo tanto, no podrá sentarse en el sillón presidencial. Otra cosa es que quiera vestirse de «presidente en el exilio» ante sus amigos y en tierras germanas.

La CUP como escollo

El principal problema en el camino es, sin embargo, la CUP. Pese a que la Mesa del Parlament ha aprobado, este martes, la delegación del voto solicitada por el ex consejero fugado Toni Comín, aún deberá esperarse a ver la reacción de la Justicia a ese acto. La decisión de la Mesa desbloquea el camino hacia una investidura en segunda votación, pues ERC, la formación de Comín, no necesitaría el apoyo de la CUP. Pero en caso de tumbarse por la Justicia, la partida volvería al punto de salida.

Este martes, además, el mismo Toni Comín, fugado en Bélgica de la Justicia española, ha asegurado que las fuerzas independentistas trabajan para hacer presidente de la Generalitat a Carles Puigdemont, pero ha advertido de que ello “no quiere decir que sea el único plan”.

Comín reconoce ya que se investirá a un presidente de la Generalitat antes del 22 de mayo, día en que finaliza el plazo para hacerlo y se convocan nuevas elecciones, pero ha advertido de que el Govern “no podrá resolver todos los males”.

El ex conseller, que huyó a Bélgica en octubre de 2017, ha pedido investir a un Govern “que permita levantar el 155” y, a la vez, impulsar un proceso constituyente y articular en el extranjero un ‘consell de la república’ que pueda llevar a cabo lo que el Ejecutivo autonómico no pueda desarrollar.