España
'Caso Erial'

La juez pone en libertad a Eduardo Zaplana tras tenerlo 9 meses en la cárcel con cáncer

La titular del juzgado de instrucción número 8 de València, que investiga el 'caso Erial', ha decretado este jueves la puesta en libertad del expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro de Trabajo Eduardo Zaplana, según han confirmado fuentes del entorno del exdirigente 'popular'.

La jueza adopta esta decisión al considerar que no existe el riesgo de fuga que apreció en otras ocasiones para mantenerlo en prisión preventiva. El cambio de opinión se ha debido a que, en esta ocasión, la juez ha bloqueado el dinero que el expresidente valenciano tiene en el extranjero.

No obstante, la magistrada ha adoptado una serie de medidas cautelares como la retirada del pasaporte, la prohibición de salir del territorio nacional y comparecencias periódicas en el juzgado para firmar, según las mismas fuentes.

Eduardo Zaplana se encuentra ingresado desde mediados de mayo en el Hospital La Fe de Valencia a causa de la leucemia que padece. Precisamente por este motivo, sus abogados habían solicitado en diversas ocasiones su puesta en libertad argumentando que existe un «riesgo vital».

La jueza acordó la prisión provisional, comunicada y sin fianza para Zaplana, el pasado mes de mayo, tras ser detenido por presuntos delitos de blanqueo de capitales, malversación y prevaricación.

El deterioro de la salud de Eduardo Zaplana alarmaba ya a sus allegados. La defensa del ex ministro popular ha venido reclamando, desde que el valenciano entró en prisión, que la jueza que instruye su caso tuviera en cuenta la leucemia que padece.

Durante su encarcelamiento, la situación de Zaplana en la prisión de Picassent ha sido límite. El agotamiento del ex presidente valenciano, debido a la dureza de su leucemia, es tal que llegó a transmitir a sus más allegados una frase demoledora: “Rezo todos los días para morirme, esto es una tortura”.

El pasado mes de enero, la misma jueza que ahora ha permitido su salida de prisión, le denegaba el permiso para salir de la habitación en la que estaba ingresado en el Hospital La Fe de Valencia. Ni siquiera se le permitió hacerlo para realizar el ejercicio físico que le había indicado, bajo prescripción médica, el jefe del servicio de Hematología del centro, Guillermo Sanz.