Juan Carlos I entra en la casa de su amigo Campos sin pararse a hablar ni bajar la ventanilla
El emérito ha saludo desde el coche pero no ha querido hacer declaraciones
Juan Carlos I ya está en España para comenzar su segunda visita en tres años
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Juan Carlos I ya ha llegado a Sangenjo para participar en una regata con su barco el Bribón. Es su segunda visita a España desde que en 2020 decidiera mudarse a Abu Dabi salpicado por los escándalos y la polémica. El emérito ha aterrizado en Vigo sobre las 13:30 horas de este miércoles e inmediatamente ha sido trasladado a la casa de su amigo Pedro Campos, donde se hospedará durante toda su estancia.
Desde primera hora de la mañana la expectación era máxima. Decenas de periodistas esperaban su llegada a las puertas del domicilio del empresario y actual presidente del Real Club Náutico de Sangenjo. Allí también aguardaban dos escoltas de la Casa Real, una veintena de vecinos y dos amigos que iban a comer con él. La Policía y la Guardia Civil desplegaron un dispositivo policial 20 minutos antes de la llegada del emérito.
Como ocurrió el año pasado cuando también visitó Sangenjo para acudir a una regata, Juan Carlos I ha saludado a al prensa desde el asiento del copiloto a su llegada a la casa de su amigo pero no ha querido interactuar más. El año pasado sí que bajó la ventanilla y al ser preguntado por su estado de salud el Rey levantó el pulgar para arriba.
La casa de Pedro Campos, y su segunda mujer, Cristina Franze, es una vivienda de dos plantas con magníficas vistas a la playa de Nanín. La anécdota la ha protagonizado un particular que ha dejado empanadas artesanas para los periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión que han hecho guardia ante el chalé desde primera hora.
A este mismo domicilio acudió a mediodía Piliña, muy conocida en la zona por su fama de contar con los mejores productos del mar. Ella llegó en su furgoneta cinco minutos antes de las 12:30 horas para hacer una entrega en casa de Pedro Campos: «No puedo decir nada. Soy la encargada de la cocina», dijo la pescadera.
El año pasado ya llevó al chalé de Campos en Nanín rodaballo a la plancha, que apasiona a Juan Carlos I.
Debido a sus problemas de movilidad, la idea de Juan Carlos I, de 85 años, es reposar y embarcar el jueves para entrenarse con la tripulación del Bribón con vistas a la regata que se va a celebrar el sábado y el domingo.
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