El jefe socialista del Júcar reconoce que no llamó por la crecida: «Atendemos si nos telefonean»

Miguel Polo Cebellán, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) nombrado por el gobierno socialista y ex concejal por el PSOE en Titaguas (Valencia), ha admitido en un informe oficial remitido al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Catarroja que su organismo no realizó llamadas telefónicas de alerta durante la catastrófica crecida del Barranco del Poyo. El documento, que obra en el sumario judicial consultado por OKDIARIO, revela que el sistema de comunicación con Emergencias se limitó al envío de correos electrónicos, algunos de ellos cuando la tragedia ya estaba en marcha.

«El teléfono del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) se atiende 24 horas al día durante los 365 días al año, por lo que por vía telefónica también se aporta información si así se requiere por parte de otras administraciones», señala el informe firmado por Polo Cebellán, sugiriendo que ellos no llamaron y que esperaban a que fuesen las autoridades de emergencias quienes tomaran la iniciativa de descolgar el teléfono para conseguir datos actualizados.

Este documento muestra que el correo electrónico alertando de la crecida «muy rápida» del Barranco del Poyo se envió a las 18:43 horas del 29 de octubre de 2024, cuando el caudal ya había alcanzado niveles catastróficos, tal como se muestra en vídeos grabados por los vecinos minuto a minuto. Para entonces, el barranco llevaba más de una hora desbordándose, a las 17:00 ya se ve el cauce desbordado, con un flujo que se había multiplicado por seis: de 280 m³/s a las 17:35 a 1.686 m³/s a las 18:20 horas.

Por tanto, el informe oficial remitido al Juzgado revela que el aviso de crecida «muy rápida» del Barranco del Poyo llegó al Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI) cuando la catástrofe ya estaba en marcha. Antes se habían enviado más correos electrónicos automáticos hablando de que se acumulaban lluvias en la zona.

Según el informe firmado por Miguel Polo, el correo electrónico alertando de la crecida «muy rápida» se envió a las 18:43 horas. Para entonces, el Barranco del Poyo llevaba más de una hora desbordándose, con un caudal que había pasado de 280,5 m³/s a las 17:35 a 1.686,8 m³/s a las 18:20 horas.

La caudal se multiplicó y no hubo ni una llamada. Entre las 16:13 y las 18:42 horas, el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) envió automáticamente 16 correos electrónicos referentes a la superación de umbrales de lluvia en diferentes puntos de medición. Sin embargo, el documento no menciona ninguna llamada telefónica de alerta entre la CHJ y el CECOPI, a pesar de que el informe señala que «el teléfono del SAIH se atiende 24 horas al día durante los 365 días al año».

La transmisión de la información se limitó a datos publicados en la web del SAIH, accesibles a través de la aplicación SAIHWIN, que se muestran en el visor de la Red de Alerta Nacional, y correos electrónicos automáticos, pero aparentemente ninguna comunicación directa entre técnicos hasta que fue demasiado tarde.

El documento evidencia un retraso crítico en la cadena de alertas. El incremento súbito de caudal se registró a partir de las 17:00 horas, pero los datos no estuvieron disponibles en el Centro de Proceso de datos de la Cuenca hasta entre las 18:00 y las 18:10 horas, debido a los «procesos de comunicación y tratamiento de datos». Sorprendentemente, los técnicos de la sala SAIH tardaron aún más de 30 minutos adicionales en enviar el aviso oficial al centro autonómico de coordinación de emergencias, el CCE.

Un solo sensor

El informe revela otra deficiencia alarmante: el único sensor de control automático en todo el Barranco del Poyo estaba ubicado en el cruce con la autovía A-3, monitorizando apenas el 50% de la cuenca. «Aguas abajo de dicho punto de control confluyen importantes barrancos, capaces de aportar grandes caudales», reconoce el informe, mencionando específicamente los barrancos de la Horteta, de las Cabezas, de Gallego, de Pelos y de Santo Domingo.

La CHJ admite en el documento que «en este episodio, además, por la forma en la que se produjeron las lluvias (del Este hacia el Oeste), la parte sur de la cuenca (barrancos de Gallego, Santo Domingo, Pelos, Horteta…), que escapa al control del sensor SAIH, es la que primero generó la crecida que comenzó a inundar Paiporta antes incluso de que dicho sensor comenzara a registrar una crecida importante».

El informe señala que el récord de lluvia registrado en el pluviómetro de AEMET en Turís fue de 185 l/m² en una hora entre las 15:30 y las 16:30, alimentando precisamente estos barrancos del sur que quedaban fuera del alcance del sistema de monitorización.

«No es predicción»

La CHJ se defiende en el documento argumentando que «el SAIH no es un sistema de predicción, es un sistema de observación». El organismo explica que desde que se recogen los datos en campo hasta que se visualizan en la aplicación informática SAIHWIN o en la web del SAIH «media un tiempo de unos 20 a 30 minutos desde su ocurrencia real, siempre que no se produzcan fallos de comunicación».

El informe también intenta diluir responsabilidades señalando que «teniendo en cuenta las características de la cuenca del Poyo, la funcionalidad del SAIH y el propio Plan Especial de Inundaciones de la Generalitat, no se puede confiar la seguridad de las personas ante una emergencia por inundaciones, a los datos de caudal de un simple sensor de nivel».

«La gestión de inundaciones en este tipo de cuencas requiere de una mayor anticipación, para lo cual sirve la información pluviométrica, pero sobre todo ha de servir la predicción meteorológica», concluye escurriendo el bulto y descargando la responsabilidad en la AEMET.