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CATALUÑA

El informe de los Mossos confirma la exclusiva de OKDIARIO: su cúpula esperó a Puigdemont para detenerle

Este periódico reveló el 9 de agosto con todo tipo de detalles como los Mossos pretendían detener a Puigdemont

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

El informe que los Mossos han remitido al Tribunal Supremo con la explicación de como trataron de detener a Carles Puigdemont, el pasado 8 de agosto, confirma al detalle la exclusiva de OKDIARIO. Un día después, el día 9, este periódico contó cómo los comisarios jefes Eduard Sallent y Montserrat Estruch estaban preparados a escasos 50 metros del Parlament para proceder a la detención del ex presidente de la Generalitat antes de su llegada a la Cámara catalana.

El documento, firmado por el propio Sallent el pasado 19 de agosto y remitido al Supremo en las últimas horas, y al que ha tenido acceso este periódico, destaca que «con el fin de apoyar la detención evitando las interferencias de las autoridades públicas que se pudieran encontrar prestando ayuda al señor Puigdemont, se desplazaron al parque de la Ciutadella el comisario jefe de los Mossos y la comisaria jefa de la Región Policial de Barcelona». Son Sallent y Estruch.

Tal como reveló este periódico, ambos estaban apostados en el acceso del Paseo Picasso, denominado como acceso número 1, para detener a Puigdemont nada más ser observado dentro del recinto cerrado al público. Un vehículo negro con los cristales tintados estaba dispuesto para trasladarlo de inmediato a la Ciutat de la Justicia. Varios agentes de los antidisturbios, según se recoge en este mismo informe, estaban preparados para actuar si se producían incidentes.

¿Cómo se esfumó Puigdemont?

Carles Puigdemont se esfumó el 8 de agosto en las narices de los mossos cuando estos iban a detenerle luego de su baño de masas en el Arco del Triunfo de Barcelona ante miles de seguidores. Eduard Sallent y Montserrat Estruch, los dos principales jefes de los Mossos, esperaban a Puigdemont a escasos cincuenta metros del Parlament de Cataluña.

Esto ocurría sobre las 10:00 h en una zona arbolada, completamente vacía de gente, pegada a la entrada del Zoo por la Estación de Francia. Minutos antes de las 9:00 horas, Puigdemont había reaparecido en una calle de Barcelona cercana al escenario preparado por Junts muy cerca del Parlament, para el acto de «bienvenida».

Junto a la cúpula de los Mossos más de un centenar de agentes, una decena de furgones y coches patrulla, y un Volkswagen Passat oscuro, con los cristales tintados, escondido entre los árboles. En el interior de dicho vehículo aguardaba otro agente, que esperaba la llegada de sus jefes con la presa, con el objetivo de trasladar al ex president catalán a la Ciudad de la Justicia.

Todo este operativo, la detención de Carles Puigdemont por parte de los Mossos, se había diseñado el miércoles por la mañana en una reunión en la Prefectura. Pero todo saltó por los aires por el apoyo de otro agente fuera de servicio al líder de Junts, que le puso su coche a disposición para volver a huir.

La Policía autonómica había convenido que la detención se debía producir «con discreción», en un lugar apartado de los manifestantes y con una salida rápida hacia las rondas para evitar incidentes con la comitiva policial.

De ahí que Sallent -que había interrumpido sus vacaciones para esta operación- y Estruch se acercasen para localizar entre el centenar de personas al hombre que buscaban cuando Josep Rull y el resto de diputados de Junts se acercaban a las puertas del Parlament.

La tarea era fácil: identificarlo y montarlo en un coche sin logotipos para conducirlo ante el juez. Pero cuando Sallent y Estruch salieron a detenerle se llevaron la gran sorpresa. No estaba. Rull venía acompañado del presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet, pero no había ni rastro de Puigdemont.

Registro en el Parlament

El informe también esgrime que «se activaron los recursos necesarios para inspeccionar el interior del Parlament y así descartar que el señor Puigdemont hubiera accedido previamente». No obstante, según reconocen acto seguido, el president del Parlament, Josep Rull, les impidió realizar dichas tareas preventivas. Durante esas horas previas, fuentes de la Policía autonómica esbozaban como opción que Puigdemont estuviera encerrado dentro la Cámara catalana desde días antes.

Primero, solicitaron una comunicación por escrito por parte del comisario jefe de Mossos, después les indicaron que la comunicación debía hacerse llegar al presidente del Parlament, y finalmente les informaron de que no se podían hacer las requisas porque no había personal laboral adecuado. «No se pudieron llevar a cabo durante la tarde del 7 de agosto, ya que los responsables del Parlament no facilitaron que se pudieran realizar», manifiesta el informe.