España
Ministerio de Igualdad

Un informe de Montero sobre juguetes denuncia la «opresión del color rosa» sobre las niñas

El Ministerio de Igualdad dirigido por Irene Montero ha publicado un nuevo informe titulado ‘Publicidad y campañas navideñas de juguetes: ¿promoción o ruptura de estereotipos y roles de género?’. Entre sus conclusiones asegura que la «opresión del color rosa sobre las niñas es una constante» en referencia al «abuso» de dicho tono en la industria del juguete.

El Instituto de la Mujer -órgano dependiente de Igualdad- ha elaborado un documento de casi 200 páginas en las que analiza el «sexismo en la publicidad de juguetes». «Las navidades son un momento esperado en el que niñas y niños comienzan a ilusionarse y a fantasear con los regalos que van a recibir», puede leerse en la presentación del informe que afirma que existen «muchas imágenes estereotipadas» en la industria del juguete.

El informe sostiene que existe una «opresión del color rosa sobre las niñas». «Merece una conclusión propia la problemática del color rosa, un color que oprime y reprime a las niñas como se aprecia en muchos anuncios y catálogos, pero que en el punto de venta adquiere gran fuerza al crear el color predominante en la campaña de juguetes», critica. Además, el estudio hace mención especial a la denominada como «tasa rosa», un fenómeno que supone un encarecimiento del producto. «Si es de color rosa, pagas más», concluye.

Los expertos que han elaborado el informa aseveran que existe un uso sexista también en el lenguaje con respecto a la venta y promoción de juguetes para niños. Esta crítica hace referencia a la falta del lenguaje inclusivo, una de las obsesiones de Montero y de Podemos. «Las niñas pueden entender que no pueden ser ni aventureras, ni luchadoras, ni científicas al ser invisibilizadas en su mención apelativa», afea el informe antes de añadir que en «muchos comercios el masculino genérico es la única opción permitida y presente en el lenguaje escrito» de los carteles, embalajes, étc… Esto supone, afirman los expertos del Ministerio de Igualdad, una «ocultación del femenino».

Otro de los puntos en los que incide este informe financiado con dinero público es la tendencia de los catálogos de juguetes a mostrar disfraces diferenciados para niños y niñas. «Los disfraces continúan mostrando roles y estereotipos muy marcados para niñas y niños, con pocas excepciones: princesas para ellas, superhéroes para ellos», critica.

A pesar de ello, el documento reconoce que «aunque representan una minoría», algunos catálogos «ofrecen disfraces similares para ambos sexos y muestran a niñas interpretando personajes o profesiones tradicionalmente no asignadas a las mujeres». Aún así, asegura el informe que los niños no aparecen «interpretando personajes o profesiones tradicionalmente no asignados a los hombres».

Otros estudios

Las críticas sobre la industria del juguete no son las únicas que la ministra Irene Montero ha analizado en los informes del Instituto de la Mujer. Hace apenas un mes elaboraron un documento analizando la perspectiva de género sobre las series españolas. El documento criticaba, entre otros asuntos, que las actrices fueran de una «belleza extraordinaria, con un maquillaje y efectos que las hace todavía parecer más bellas».

Este verano, el Ministerio dirigido por Irene Montero publicó otro bajo el título: ‘Mujeres y digitalización. De las brechas a los algoritmos’. Una de sus conclusiones fue que «asistentes» virtuales tan populares como Alexa o Siri perpetúan roles de género.

El trabajo, muy detallado, analizaba la presencia de la mujer en entornos digitales. Y en este sentido, señala que «la mayor parte de estos asistentes virtuales sitúan de manera indirecta a las mujeres en puestos secundarios, ligados al rol tradicional de género asociado a tareas como las de prestar ayuda y asistencia a otras personas».

El pasado mes de junio Igualdad publicó una guía sobre las adiciones en mujeres. En ella se afirmaba que la desigualdad era el detonante que provoca que el sexo femenino consuma alcohol, tabaco y drogas.

En sus 56 páginas, la guía hacía un repaso por distintas situaciones que, según el Instituto de la Mujer, provocan que las féminas se hagan adictas a sustancias nocivas para su salud. Así, sostenía que la presión social es mayor sobre ellas que sobre los hombres y el consumo en las primeras está más penalizado de lo que está para ellos.