Se incautan en un solo día de 10 teléfonos móviles ocultos en dobles fondos en la cárcel de Algeciras

A pesar de que están autorizadas las llamadas telefónicas desde el interior de la prisión y de que con motivo de la pandemia del Covid se aumentaron hasta 15 llamadas por semana e incluso se habilitaron cabinas para hacer videollamadas para que los internos pudieran ver y hablar con sus familiares, amigos y allegados, que por un motivo u otro no pueden desplazarse a la prisión, un objeto que se sigue utilizando y muy preciado entre los reclusos de cualquier prisión es el teléfono móvil.

El pasado viernes, funcionarios de servicio intervinieron hasta 10 teléfonos móviles de última generación en el interior de celdas habitadas por internos de la cárcel de Algeciras. El modo de ocultación es el mismo en todos los casos, reclusos han elaborado un doble fondo en la estantería de la propia celda, empleando una fina lámina de madera pintada de blanco simulando la pared, pero dejando un espacio suficiente para ocultar el teléfono.

Los teléfonos son objetos prohibidos dentro de las cárceles porque suelen ser utilizados por narcotraficantes, islamistas o bandas organizadas para seguir operando y dirigiendo sus actividades delictivas desde el interior de la prisión. Los teléfonos también se alquilan, pero cuando las deudas no se pagan se generan agresiones y amenazas que terminan alterando la convivencia en prisión.

La introducción o tenencia de teléfonos móviles en el interior de las prisiones no tiene ningún tipo de relevancia a nivel penal para los internos, ya que en el peor de los casos te pueden imponer una sanción administrativa de privación de paseos hasta un máximo de 30 días, por lo que muchos internos prefieren correr el riesgo y seguir operando desde dentro de prisión.

En los últimos 5 años, el establecimiento penitenciario de Botafuegos ocupa el número 1 en el ranking nacional donde más teléfonos móviles se han incautado a los reclusos, hasta un total de 690 terminales, curiosamente las cárceles que ocupan las primeras posiciones son las que albergan más internos relacionados con el narcotráfico y el blanqueo de capitales, que es el caso de la prisión de Algeciras.

Desde el sindicato de prisiones ACAIP han mandado numerosas quejas y denuncias públicas al secretario de Estado de Instituciones Penitenciarias, Angel Luis Ortiz. A pesar de ello las cárceles españolas continúan operando con inhibidores de frecuencia obsoletos, incapaces de luchar contra la tecnología de última generación e incluso algunos equipos fuera de servicio.

La respuestas de Ortiz al problema de la cárcel de Algeciras fue que «hay un proyecto piloto que se quiere implantar en el penal de Ceuta». La pregunta que surge para el sindicato de funcionarios es «¿para cuándo las más de 80 prisiones restantes? ¿Habrá que esperar que ocurra alguna desgracia de imposible reparación? La realidad es que a corto plazo no hay plan de choque alguno, se requieren soluciones para todas las cárceles españolas ya».