España

El Gobierno ve al PNV «desencantado» con los independentistas y confía ahora en pactar los Presupuestos

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Gobierno ve ahora más margen que hace unas semanas para aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

La actitud del PNV es clave para sondear las posibilidades de éxito sobre las cuentas, que se mantienen prorrogadas. El Ejecutivo no tendría problemas en extender esa prórroga, aunque Mariano Rajoy siempre ha manifestado su deseo de mantener los Presupuestos actualizados. Eso sí, sin exigencias. 

La razón fundamental de ese cambio de impresión es que los peneuvistas están «desencantados» de las últimas maniobras del expresident Carles Puigdemont, afirman en fuentes gubernamentales. Esto es, su empeño por ser investido por plasma, vulnerando de nuevo la legalidad y con el criterio en contra de buena parte del bloque independentista. En esa lectura, se considera que la ambición personal de Puigdemont impide llevar a cabo una investidura de pleno derecho-cualquier tentativa será recurrida por el Gobierno ante el Tribunal Constitucional-y, en consecuencia, a perpetuar el artículo 155 de la Constitución. 

La pretensión de Rajoy es acelerar las negociaciones una vez se clarifique la situación política catalana. De hecho, ése es su principal objetivo en el corto plazo, y desde el PNV siempre se ha condicionado toda negociación al levantamiento del 155 y la «normalización» en Cataluña, un horizonte aún incierto.

Aunque las negociaciones distan de ser formales, los preliminares sí dan esperanzas al Ejecutivo. Esta semana, la diputada en el Congreso por Coalición Canaria, Ana Oramas, reveló en una entrevista en TVE que el PNV estaría dispuesto a cerrar un acuerdo presupuestario. Según la diputada canaria, el acuerdo se remonta a mediados de diciembre, cuando el lehendakari, Íñigo Urkullu ya había cerrado el pacto con el PP vasco para asegurar sus propias cuentas. El PNV lo negó tajante.

La reflexión de Oramas profundizó sin embargo en otro escenario: y es que al PNV no le interesa una convocatoria anticipada de elecciones generales en los próximos meses. El partido cerró el año pasado un acuerdo histórico que incluyó la actualización del Cupo, tras siete años de retraso, y no quiere ver en riesgo el resto de puntos, en los que se incluyen, por ejemplo, destacadas partidas para inversiones y un especial impulso al AVE vasco.

El Gobierno ya dio muestras de su interés en satisfacer al PNV, llevando al Congreso, en noviembre, la nueva ley de Cupo y la reforma del Concierto Económico, que salió adelante con el único rechazo de Ciudadanos y Compromís y la abstención de Bildu. Esa circunstancia provocó el recelo de los socialistas, que reprocharon al Ejecutivo no haberse puesto a la labor de reformar el sistema de financiación.

En fuentes gubernamentales se considera que los Presupuestos podrían llevarse al Congreso en torno al mes de abril. Rajoy ya expresó ante la Junta Directiva Nacional del PP, celebrada el pasado lunes, su deseo de que las fechas «se pudiesen adelantar» sobre las del año anterior. Entonces, las Cortes les dieron luz verde a finales de junio.

El Ejecutivo espera que la negociación se centre en nuevas inversiones de infraestructuras y en la rebaja de la tarifa eléctrica para las grandes empresas, aún pendiente, y descarta incluir otras pretensiones, como la siempre presente reclamación de las transferencias, sobre todo, la política penitenciaria y la Seguridad Social. En el Ejecutivo rechazan que esos asuntos formen parte de un acuerdo presupuestario.