España
Congreso de los Diputados

El Gobierno quiere crear un ‘Gran Hermano’ para vigilar la educación sexual de los menores

Sumar, partido socio de Pedro Sánchez, pretende "monitorizar" estos contenidos en las escuelas

Sumar, partido que forma Gobierno con Pedro Sánchez, quiere implantar un «sistema de monitorización» para evaluar si en los colegios españoles se imparten clases de «educación sexual». Con este sistema pretenden asegurarse de que estos contenidos estén implantados «en todas las etapas educativas» y «aumentar la cobertura» de centros con esta formación en nuestro país.

La medida ya ha sido recogida a través de una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados. El partido de Yolanda Díaz quiere, además, que la educación sexual «y emocional» no sea sólo un contenido transversal sino una asignatura obligatoria. Entre otras medidas, proponen además incorporar al sistema sanitario, en el marco de la Atención Primaria, «contenidos de educación sexual en forma de mensajes y materiales dirigidos a las personas, con un protocolo de intervención estándar que garantice la equidad en el sistema sanitario público de nuestro país» y «diseñar un plan de educación sexual a nivel de la sociedad para incorporar a las entidades del Tercer Sector y a los medios de comunicación, con la subvención de proyectos, programas y campañas de publicidad que contribuyan a la educación sexual de la población en general y de las personas menores y jóvenes en particular».

«Rendimiento escolar»

En la exposición de motivos, Sumar argumenta que la educación sexual es «una necesidad educativa del alumnado infantil y adolescente, ya que afecta a su desarrollo personal y social, a su bienestar mental y a sus relaciones, y además influye en los procesos de aprendizaje y en el rendimiento escolar».

«Frente a los discursos del miedo a la educación sexual, que preconizan un adelanto de prácticas y riesgos, la evidencia científica es determinante para demostrar precisamente lo contrario: el retraso en las prácticas y conductas más responsables», recoge el partido de Díaz.

La Ley de Educación aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez establece que «el sistema educativo español incluirá, dentro de sus principios de calidad, la integración de contenidos basados en la coeducación y en la pedagogía feminista sobre educación sexual e igualdad de género y educación afectivo-sexual para el alumnado, apropiados en función de la edad, en todos los niveles educativos”. El Ejecutivo obliga a que la «educación afectivo-sexual forme parte del currículo durante toda la educación obligatoria».

«Se observa todavía una cobertura muy baja en la implantación curricular en los centros educativos de nuestro país», se queja Sumar, destacando que «en la práctica, en España, al analizar el actual currículo educativo, se puede concluir que la educación sexual no está incorporada como materia ni como contenido específico de una materia».

«Más allá del currículo educativo, los estudios disponibles también indican que la educación sexual no está incorporada de forma efectiva ni universal en los centros educativos», añade. La formación de Gobierno se queja de las «dificultades» para su implantación, como «la ausencia de apoyo institucional, la escasa formación del profesorado o la falta de apoyos de libros de texto» y «paralelamente, esta situación se acompaña de una realidad muy preocupante sobre la salud sexual y emocional de nuestra juventud».

Sumar cree que los datos sobre el incremento de enfermedades de transmisión sexual, abortos o violencia de género entre menores «son suficientes para declarar una emergencia en salud pública en relación a la salud sexual y emocional de la población menor en nuestro país».

Polémica

En su día, unas declaraciones de la entonces ministra de Igualdad Irene Montero en relación a la educación sexual resultaron muy polémicas.

Montero afirmó, en el Congreso de los Diputados, que: «todos los niños, las niñas, les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren, y que eso es una forma de violencia. Tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas, eso sí, en el consentimiento. Y esos son derechos que tienen reconocidos, y que a ustedes no les gustan».

Pese a las críticas, Montero se reafirmó poco tiempo después: «Independientemente de cuál sea su familia, los niños, las niñas y les niñes [sic] tienen derecho a saber que sus cuerpos son válidos, que tratar bien está bien y tratar mal está mal, que pueden amar a quien quieran y tener sexo con quien quieran», afirmó desde Buenos Aires.