España

El Gobierno implanta un doble Consejo de Ministros: uno para Cataluña, otro para el resto de temas

La gravedad del golpe de Estado separatista ha llevado a una situación totalmente novedosa. Y es que el Consejo de Ministros ha quedado estructurado ya, por lo menos durante el tiempo que duren los coletazos del desafío separatista, como un doble Consejo de Ministros.
En uno de ellos se abordan los temas habituales de este órgano colegiado. Todo lo que afecta a la actividad económica, laboral, social, etc.
En el otro, el tema es monográfico: exclusivamente el golpe de Estado separatista en Cataluña.

El resultado es un doble Consejo de Ministros interminable que se extiende a lo largo de toda la mañana y fuerza a los ministros a acudir antes de lo habitual a la sede de Moncloa para discutir todos los temas de ambas reuniones.

Índices separados, asuntos distintos, agendas diferentes. Todo duplicado para poder abordar en condiciones unos consejos que debaten uno de los momentos más delicados de toda la etapa democrática española.

Así ha ocurrido, por ejemplo en este último Consejo de Ministros. Y en algunos de los previos. Hasta el punto que algunos de los responsables consultados asumen ya que, por ahora, continuará la doble agenda, doble índice y doble Consejo de Ministros.

La preocupación es máxima. Y, en este último consejo -parte catalana-, por ejemplo, se ha debatido en profundidad la situación que se ha generado en Cataluña con la entrada en prisión provisional incondicional de Junqueras y el resto de ex consejeros que ya se encuentran en la cárcel de Estremera. En esa debate se ha analizado la movilización que este hecho, según el Gobierno, va a favorecer por parte de los separatistas y el problema adicional que puede suponer de cara a las elecciones muy cercanas del 21-D en Cataluña.

También en esa parte del Consejo de Ministros se analiza la evolución del control de los Mossos, la desactivación del proyecto de Hacienda catalana independentista, o los planes de chequeo a través de la Junta Electoral del comportamiento de TV3 -otra de las grandes preocupaciones-.
Todo en un trabajo duplicado porque el problema, como reconocen internamente en el PP, “extremadamente delicado y se encuentra en una fase decisiva”.