España

El Gobierno balear pagará a los fabricantes de juguetes para que los niños «jueguen en catalán»

La idea ya es conocida, de hecho no se puede acusar al Gobierno de Francina Armengol de haber inventado nada. Si acaso, de que desde una teórica posición socialista impulsa un nacionalismo pancatalanista de corte tan totalitario que quiere imponer el uso del catalán a los niños baleares… hasta en sus juegos.

Así se desprende de uno de los puntos del plan quinquenal aprobado este jueves por el Consejo Social de la Lengua Catalana que reúne en 136 puntos los pasos que el Partido Socialista en el poder en Baleares quiere imponer a los ciudadanos de las islas. Rememorando a los tiempos más duros de la persecución de los escolares de Cataluña, Armengol quiere subvencionar a las escuelas y empresas que impulsen juegos en catalán para que los niños se socialicen en esa lengua.

Eso es lo que textualmente dice el texto: «jugar en catalán». Para el Plan de Política Lingüística, es muy grave que en la actualidad sólo «entre un 6& y un 8%» de la oferta de juegos y juguetes que se venden en los mercados de las islas estén etiquetados y elaborados para ser utilizados en la lengua catalana. Así, cataloga como muy «importante» alcanzar una oferta «rica y variada de productos lúdicos» en catalán en las islas.

Para ello, Armengol no duda en habilitar partidas presupuestarias del Ejecutivo para crear subvenciones públicas para fomentar la creación de productos competitivos aplicando nuevas tecnologías (entre las que incluye, sorprendentemente, el ‘noventero’ CD-ROM, la animación por ordenador, los juegos interactivos y las apps).

La idea es que las empresas creadoras de videojuegos, los fabricantes de juguetes y los comerciantes colaboren en la implantación del plan, que pretende «romper» con el estereotipo de que sólo los juegos educativos se fabrican y distribuyen en catalán.

El texto auspiciado por la baronesa socialista pretende que la «población esté concienciada y pida juegos en catalán al comerciante, que es quien lo transmitirá al fabricante», dice. Y para su plan nacionalista, nada mejor que empezar por las generaciones más jóvenes. Tienen de dónde aprender, pues esto fue lo mismo que se aplicó en los planes de inmersión lingüística de Cataluña de los años 80 y 90, con los resultados ya conocidos.