La funcionaria de la cárcel de Villena recibió llamadas de Interior para denunciar las falsas amenazas
Dos juzgados investigan los hechos que acabaron con la suspensión de varios funcionarios y la imputación de tres cargos de Instituciones Penitenciarias
El día que la mujer dijo haber sido agredida en la puerta de su casa por desconocidos recibió dos llamadas para asegurar que iba a denunciar los hechos a la Guardia Civil
Interior purga a varios cargos para intentar tapar el escándalo de la cárcel de Villena
La funcionaria de prisiones purgada por Marlaska reconoce que Interior la usó contra sus compañeros
La ex subdirectora de la cárcel de Villena no quería denunciar los hechos que según ella le sucedieron el pasado 6 de septiembre, cuando varios desconocidos según ella la asaltaron en la puerta de su casa para tratar de impedir que testificara contra funcionarios de la cárcel acusados de emplear violencia gratuita contra un preso. La mujer acabó denunciando, según ella, prácticamente forzada por sus superiores. Lo que no se sabía hasta ahora es que esas presiones también fueron presuntamente ejercidas por la cúpula del Ministerio del Interior, desde donde, según ella, la llamaron dos veces ese mismo día para asegurarse de que sí iba a denunciar.
Tal y cómo reveló recientemente OKDIARIO, el escándalo de la cárcel de Villena comienza a tener explicaciones que hacen más comprensible la precipitada muestra de apoyo por parte del Ministerio del Interior a una funcionaria de prisiones que con una denuncia sólo basada en su testimonio arrojaba la sombra de la duda y la violencia sobre una organización de trabajadores de prisiones más que incómoda para la cartera de Fernando Grande-Marlaska. No es la primera vez que el ministro del Interior yerra en sus apoyos públicos, pero sí que es una de las pocas en las que se puede establecer el relato para entender ese desproporcionado respaldo.
Sin apenas tiempo para contrastar ninguna información Marlaska definió a la subdirectora de la cárcel de Villena como “una auténtica funcionaria” tras haber denunciado presuntas amenazas y una agresión a las puertas de su casa. Acto seguido, Ángel Ortiz, el secretario general de Instituciones Penitenciarias viajaba hasta Alicante para posar con la presunta víctima a las puertas de la cárcel. Todo en un tiempo récord. Lo que ahora ha sabido OKDIARIO es que, desde esa misma institución, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, llamaron dos veces a la funcionaria presuntamente agredida para asegurarse de que iba a ir a denunciar estos hechos, como al final hizo pese a no ser esa su intención inicial.
Apoyo excepcional
¿Cuántas veces ha mostrado Marlaska su apoyo a funcionarios de prisiones agredidos? Pocas ¿Cuántas veces se ha apresurado el cargo puesto por él a dedo en Prisiones a hacerse la foto con funcionarios agredidos? Menos. Ahora un juzgado ha escuchado a los verdaderos damnificados por esta situación, la asociación de trabajadores penitenciarios Tu Abandono Me Puede Matar, quienes han exigido a la juez de Villena que investiga parte de estos hechos que interrogue como investigados al ex director de la cárcel, la ex subdirectora que denunció tras las llamadas de Interior y a otro cargo del centro penitenciario. Ellos tendrán qué responder quién y qué órdenes dio en aquellos días para generar una historia manifiestamente falsa.
Ni a la ex subdirectora de Villena le mandaron mensajes amenazantes ni unos desconocidos la amenazaron a las puertas de su casa, ni le pegaron para que no declarara contra unos compañeros. Ella misma se mandó los mensajes a su teléfono desde otro móvil y los sicarios amenazantes debieron ser invisibles porque ninguna cámara cercana a su casa grabó nada de ellos. No lo dice OKDIARIO, lo dice el informe de la Guardia Civil al que ha tenido acceso este periódico y que investiga otro juzgado en la localidad en la que reside la ex subdirectora, Benidorm.
Por eso la mujer no quería denunciar ante la Guardia Civil lo que le pasó aquel día, porque eras mentira. Por eso condujo como si nada hasta su trabajo y por eso no le contó a nadie lo que en teoría había acontecido, hasta que el director accidental de la cárcel habló con ella y comenzaron las presiones para denunciar que culminaron con las dos llamadas desde Madrid.
Que el ministro Marlaska no es un lince apoyando según qué causas es un hecho constatado, pero más atribuible a su precipitación que a su mala fe. Sin embargo, en este caso hay demasiados factores no atribuibles al azar, como la filtración de un vídeo de apariencia violenta cuya imagen no se respalda con ningún informe médico: el preso reducido por la fuerza por varios funcionarios no tenía lesiones según dos médicos distintos y pese a la aparente dureza de las imágenes eso se explica por el tipo de material usado aquel día por los funcionarios, unas defensas de dureza y flexibilidad cercanas a la goma espuma. Pero el vídeo se vendió como “brutalidad innecesaria”.
A partir de ahí llegó lo demás. Ahora el juzgado quiere saber si todo este embrollo se lo inventó una funcionaria con ganas de tirar su carrera por la borda de manera gratuita o si recibió inspiración exterior, como, por ejemplo, ese par de llamadas que la animaron a denunciar. Ella tiene la clave.