España
Terrorismo

El etarra que secuestró a Ortega Lara recibido como un héroe en un municipio gobernado por Bildu

Ugarte y el resto de acusados reconocieron haber participado en el secuestro del ex funcionario de prisiones pero negaron que su intención fuera dejarle morir en el zulo de Arrasate.

Uno de los etarras que secuestró a Ortega Lara sale de prisión tras cumplir 22 de los 200 años de condena

Un nuevo homenaje a otro etarra excarcelado. Apenas 24 horas después de la bienvenida a ‘Baldo’ en Hernani, otro municipio en manos de Bildu -en esta ocasión el de Oñate (Guipúzcoa)- ha recibido en loor de multitudes a un terrorista de ETA: Xavier Ugarte Villar, uno de los secuestradores de Ortega Lara.

Simpatizantes de la izquierda abertzale celebraron el regreso de Ugarte a su localidad natal en un pasillo repleto de ikurriñas, pancartas, bengalas y entre aplausos. Minutos antes de la entrada del etarra en el pueblo, algunos de ellos se hacían eco en redes sociales de su llegada: «La gente está nerviosa, feliz, emocionada … ¡esta ciudad necesita más cosas como esta! ¡Bienvenido Xavier!», decían algunos de sus mensajes.

Entre los concentrados en Oñate se encontraban algunos históricos etarras como el Carnicero de Mondragón o Kubati.

En otros tuits podía verse al terrorista disfrutar de sus primeras horas de libertad «en la calle»:

Ugarte fue detenido el 1 de julio de 1997 en Arrasate, donde trabajaba como empleado en una fábrica, y juzgado junto a otros miembros de ETA -José Miguel Gaztelu, José Luis Erostegi y Josu Uribeetxeberria Bolinaga- por retener al ex funcionario de prisiones en un angosto zulo durante 532 días, el secuestro más largo de la historia de España.

Fue juzgado por estos hechos y el 29 de junio de 1998 resultó condenado -al igual que sus compañeros del comando Bellotxa- a una pena de 32 años de cárcel por «secuestro terrorista y asesinato alevoso en grado de conspiración», ambos delitos agravados por ensañamiento. El tribunal encargado de juzgarle destacó en su sentencia que la intención de los etarras era abandonar a Ortega Lara a su suerte y dejar que muriese de hambre.

Los cuatro: Ugarte, Bolinaga, Erostegi y Gaztelu, integraban una agrupación especial de la organización terrorista y dependían directamente de su cúpula. Tal es así que durante mucho tiempo hicieron vida normal en Mondragon mientras actuaban contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con la impunidad que les proporcionaba ser miembros ‘no fichados’ de la banda armada.

Ugarte ha permanecido un total de 22 años en prisión, de los 200 impuestos por la Audiencia Nacional por éste y otros delitos. Hoy abandonaba definitivamente la salmantina cárcel de Topas, donde ha cumplido los últimos años de condena.

Historial 

El etarra atesora un amplio historial como miembro activo de ETA. Su atentado más grave fue el que perpetró en 1987 contra una patrulla de la Guardia Civil en la carretera Oñate-Legazpia. Un fatídico plan que provocó la muerte a dos agentes y heridas a otros 12.

No fue el primero. Dos años antes, el 13 de mayo de 1985, ya había dejado gravemente herido a un guardia civil al que trató de asesinar, en Arrasate, con una bomba-lapa colocada en su vehículo. Por este hecho cumplía 26 años más de cárcel.

Tiempo al que habría que sumar los 14 años de prisión impuestos a Ugarte por el secuestro del industrial vasco Julio Iglesias Zamora, durante más de tres meses -entre el 5 de julio y el 29 de octubre de 1993- y para el que los etarras usaron el mismo zulo en el que, años más tarde, ocultaron a Ortega Lara.

Nunca ha pedido perdón a sus víctimas ni se ha arrepentido por ninguno de los delitos cometidos.