España

Esperpento en el Congreso: Junts no vota y salva dos decretos de Sánchez a cambio de blindar la amnistía

El Gobierno saca adelante el decreto sobre Justicia al no votar Junts

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Negociación de infarto entre Junts y el PSOE para sacar adelante los decretos de Pedro Sánchez.  En una jornada agónica, el Gobierno ha logrado aprobar dos decretos al renunciar los de Puigdemont a participar en la votación.

Sánchez ha podido salvar así el conocido como decreto ómnibus, que incluye una batería de reformas en el ámbito de la Justicia y necesario para recibir 10.000 millones de fondos europeos. La votación del decreto anticrisis -que recoge la subida del IVA de la luz del 5 al 10%- tuvo que repetirse al producirse un empate a 171 votos porque, según fuentes parlamentarias, uno de los diputados que debían votar a favor no ejerció el voto por error. Por otro lado, el decreto que regulaba la reforma de los subsidios de desempleo propuesta por Yolanda Díaz ha decaído al recabar 167 votos a favor y 176 en contra, entre ellos, de los cinco diputados de Podemos. La posición de Junts ha sido en este caso irrelevante.

Cesiones

El apoyo, por omisión, de Junts para que los decretos salgan adelante no es gratis. La formación separatista ha pactado varias medidas con Moncloa a cambio de no participar en las votaciones.

En un comunicado, Junts asegura que el acuerdo con el PSOE incluye la supresión del artículo «que amenazaba la viabilidad de la futura Ley de Amnistía». Se trata del punto más criticado por los de Puigdemont, que fue incluido en uno de los decretos y que obligaría a dejar en suspenso esta ley en el caso de que se elevase una cuestión prejudicial ante el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea. Desde Moncloa aseguran que ésa es la práctica habitual y que se trataba de ponerlo por escrito, como, afirman, habría recomendado Europa. 

Asimismo, el Gobierno acepta ceder a la Generalitat las competencias sobre inmigración para «realizar una política integral» y «propia» del fenómeno migratorio, señalan los independentistas. También se ha pactado la «publicación inmediata de los datos oficiales para el cálculo de las balanzas fiscales» y la reforma de la Ley de Sociedades de Capital, por la que Junts quiere obligar a las empresas a regresar a Cataluña bajo la amenaza de sanciones. El pacto incluye la supresión del IVA del aceite, se multiplican por cinco los fondos para la digitalización de la Justicia -hasta los 6,2 millones-, el Estado asume «la totalidad del coste sobre los descuentos y bonificaciones del precio del transporte público» y «se reconocen los derechos históricos de Cataluña en materia de régimen local», según la nota emitida por Junts.

Negociación agónica

Las últimas horas han sido agónicas para Moncloa, como se ha reflejado en el rostro de los negociadores, Félix Bolaños, María Jesús Montero y Santos Cerdán, éste último el artífice de la investidura. Todos, con cara de circunstancias, han mantenido la tensión hasta el último momento por la incógnita sobre la posición de Puigdemont.

Junts ha llevado al PSOE al límite como nunca, bajo la amenaza de tumbar los decretos. La derrota tendría una enorme carga simbólica para Sánchez, pero la negociación ya evidencia de por sí el enorme poder del ex presidente separatista para marcar el futuro legislativo del Gobierno y tenerle completamente en vilo. La opacidad ha sido tal que la formación declinó intervenir en los dos primeros debates para no conceder ninguna pista mientras mantenía conversaciones con Moncloa.

El nerviosismo del Ejecutivo fue evidente desde el inicio de la sesión parlamentaria y se plasmó desde la tribuna del Senado, marco improvisado del debate por las obras en el hemiciclo del Congreso.

El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, defendió los decretos con una advertencia dicotómica: «O defender a los ciudadanos o dañarlos». «Si ustedes fallan hoy, mañana sube la factura de la luz (de los ciudadanos), su pensión baja (…), dejan de poder acceder gratuitamente al transporte público y tienen que gastar más en el supermercado para llenar el frigorífico», ilustró, mirando al PP y también a sus aliados de investidura, para concluir, con tono de tensa amenaza: «Cada pensionista que les votó está hoy mirándoles».

Ya en declaraciones en los pasillos del Senado, Bolaños admitía que el día sería «intenso, de mucho trabajo». Poco antes, la portavoz del partido independentista, Miriam Nogueras, había advertido en una entrevista que Junts seguía en el no, aunque confirmaba las conversaciones in extremis con el Gobierno. «Si presentan un real decreto sin trampas, podrán contar con nosotros», aseguraba.

Después, ya en la tribuna, Nogueras reiteró la intención de Junts de tumbar los decretos, sugiriendo a Sánchez la conveniencia de retirarlos y empezar de nuevo. La portavoz reprochó al Gobierno que hubiese sido necesario llegar a una «situación límite» para entender que cuando Junts avisó al PSOE de que no les darían sus votos «a cambio de nada» querían decir exactamente eso. «Aún hay tiempo», remarcó no obstante en su intervención, emplazando a los socialistas a un último gesto antes de la votación.

Podemos, por su parte, ha votado en contra del decreto que incluye la reforma de la ayuda de desempleo propuesta por Yolanda Díaz. Desde el partido de Ione Belarra han justificado su voto en que Trabajo no se había comprometido por escrito a revisar la reforma del subsidio de desempleo para los mayores de 52 años, como les habían reclamado. La formación morada ha acordado con el PSOE impedir a los propietarios de viviendas desahuciar a los inquilinos hasta 2028.

«Humillación»

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha mostrado muy crítico con la negociación de Sánchez con los separatistas. En una comparecencia en el Senado, ha advertido que es «la primera vez que el Gobierno traslada la soberanía nacional fuera de las Cortes Generales» y que «ha quedado demostrado que el Gobierno lo presiden un presidente sin cartera».

«Mi país no se merece este esperpento, esta deshonra, esta humillación», ha aseverado Feijóo, quien ha señalado que «si tres decretos han supuesto un jaque al Gobierno, aterra pensar en cómo será cada semana en esta legislatura».