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España no nombrará nuevo embajador en Venezuela porque «no reconoce» el Gobierno del dictador Maduro

El Gobierno de España ha decidido que no nombrará un nuevo embajador en Caracas porque no reconoce el gobierno del narcodictador Nicolás Maduro. Ahora, se designará a un «encargado de negocios con cartas de gabinete» -un puesto de menor nivel- para dejar constancia de que la UE y sus Estados miembros no consideraron «justas ni transparentes» las elecciones presidenciales de 2018, en las que se basa el actual mandato de Nicolás Maduro.

«El reconocimiento que se da a las actuales autoridades no da las condiciones para la presentación formal de una petición de plácet», ha explicado la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe, Cristina Gallach, en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso.

Según ha dicho, el envío de un «encargado de negocios» es una fórmula acordada con los socios de la UE y la misma que han usado Italia y Países Bajos, que acaban de renovar sus jefaturas de misión en Venezuela. Con todo, ha asegurado que la decisión no impedirá que el diplomático «desarrolle sus plenas funciones».

Fuentes diplomáticas han asegurado que la decisión de que el próximo representante español en Caracas sea encargado de negocios y no embajador estaba tomada desde hace varias semanas y que no tiene que ver con la huida del opositor Leopoldo López ni con la tensión que ha surgido con el Gobierno de Venezuela por este motivo.

El Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación ya anunció a finales de septiembre el relevo de embajadores en varios países de Iberoamérica, entre ellas la de Venezuela. La previsión es que el enviado a Caracas sea el actual embajador en Cuba, Juan Fernández Trigo.

Así, Gallach ha enmarcado el relevo de Silva en un proceso normal -«no le den más vueltas», le ha dicho al PP- y ha dicho de él que es «un extraordinario diplomático que ha servido y seguirá sirviendo al Ministerio». Según ha contado, ella misma lleva nueve meses en los que los mensajes de Silva eran prácticamente los primeros que veía por la mañana y los últimos que leía por la noche, así que personalmente le tiene «apego».

«Una situación tan compleja como tiene Venezuela requerirá un profesional igual de experimentado, implicado, energético y de buen colaborador con las personas responsables del Ministerio», ha añadido. El relevo, ha añadido, se producirá en unos días.

El cese de Silva como embajador requiere una decisión del Consejo de Ministros, pero no el nombramiento del encargado de negocios que le relevará.

Normalización con Bolivia

El Gobierno también ha enviado a Bolivia al diplomático Francisco Javier Gassó como «encargado de negocios con cartas de gabinete», en lugar de como embajador. Gallach lo ha justificado en que los dos gobiernos están «en proceso de normalización de las relaciones bilaterales» tras los «incidentes» de finales de 2019 que se saldaron con varias expulsiones de personal diplomático en ambos países.

Según ha dicho, tras unos meses autorizando gradualmente el retorno de personal, el Gobierno quería «fortalecer» su presencia en Bolivia antes de las elecciones del pasado 18 de octubre, pero sin hacer una «completa normalización» que se culminará «una vez que tome posesión el nuevo Gobierno».

Además, ha avanzado que España tendrá una representación en la toma de posesión de Luis Arce como próximo presidente, a la altura de la importancia que concede a las relaciones con este país, pero no ha detallado quién la encabezará.

Gallach ha aprovechado la comparecencia para pedir una «política de Estado» y un «consenso básico» en la política hacia Iberoamérica y ha dicho a los diputados que aunque las diferencias políticas hagan poner el acento en distintas prioridades «no debería ser obstáculo para tener otros consensos respecto al contenido básico y a la forma de hacer política».

Según ha dicho, los objetivos de España en América Latina pasan por reforzar la presencia, defender la democracia y los derechos humanos, ayudar a los países a salir de la crisis de salud y económica, promover las relaciones económicas, fortalecer la ayuda al desarrollo española, profundizar la relación entre la UE y la región y reforzar el sistema iberoamericano.