España
ESTADO PALESTINO

El Ejército da por hecho que Israel cortará el acceso a armamento cuando Sánchez reconozca Palestina

El pulso de Sánchez a Israel amenaza con dejar a las Fuerzas Armadas sin material estratégico

El Gobierno de Pedro Sánchez ya ha dado luz verde a su plan para reconocer el Estado palestino. Moncloa ha diseñado un tour oficial del presidente por países de la Unión Europea para recabar apoyos a esta iniciativa. De cristalizar, el reconocimiento de Palestina tendría un primer efecto: Tel Aviv se prepara para cortar el acceso de España a tecnología militar punta que depende del Estado hebreo. Se trata tanto de sistemas de armas como de herramientas informáticas o de comunicación que requieren una licencia de uso o exportación por parte de Israel. En las Fuerzas Armadas ya trabajan en planes de contingencia para afrontar la situación.

Una de las principales medidas de presión a la que recurre Israel cuando otro país le planta un pulso diplomático es el acceso a su tecnología. Lo ha hecho recientemente con Colombia, dejando una parte de su fuerza aérea en tierra por falta de repuestos. Y es que el país hebreo es una potencia mundial en el desarrollo de alta tecnología aplicada a la seguridad y a la defensa, y su industria es puntera en componentes avanzados para buques, aviones o vehículos militares. Desde visores a sistemas de puntería, pasando por herramientas de espionaje para servicios de inteligencia (como Pegasus o Candiru, utilizadas por el CNI).

Pese a que los socios de Pedro Sánchez en el Congreso le han presionado en los últimos meses para que corte las exportaciones de armas de España a Israel, lo cierto es que la balanza contraria, la de Israel a España, es más numerosa y, sobre todo, mucho más estratégica para la defensa.

El Ejército español, por ejemplo, firmó a finales de 2023 la adquisición del llamado programa SILAM de lanzacohetes móviles. El sistema PULS, fabricado por la israelí Elbit, ha sido la plataforma elegida, que fabricaran por 697,5 millones las firmas españolas Escribano Mechanical & Engineering y Expal. Se trata de un sistema clasificado de estratégico por las Fuerzas Armadas, lo que da una idea de la relevancia del armamento con licencia israelí al que accede España.

Con esa situación sobre la mesa, Sánchez se ha lanzado a Europa en busca de apoyos para su plan de reconocer oficialmente un Estado palestino. Un punto que supone recrudecer el enfrentamiento con Israel. El mes pasado, el Ministerio de Exteriores israelí aseguraba que «los comentarios de Pedro Sánchez sobre reconocer el Estado palestino, así como la declaración común de EspañaMaltaEslovenia Irlanda sobre su posible disposición a reconocer el Estado palestino, constituyen una recompensa al terrorismo». Terreno abonado para la ruptura.

Nueva crisis en ciernes

Según fuentes militares consultadas por OKDIARIO, la posibilidad de que España se enfrente a un cerrojazo al uso de todas o algunas licencias de armamento ya no es un temor ni una hipótesis, sino un escenario con el que trabajar anticipadamente. «Se da por hecho que la respuesta de Israel va a ir por ahí», dicen, en referencia a la reacción de Tel Aviv a la ya anunciada intención de Sánchez de reconocer a Palestina como Estado independiente.

También lo señalan así en la propia industria española, la que suele actuar de intermediaria con las Fuerzas Armadas cuando se trata de un producto con licencia de exportación israelí. Fuentes del sector, que trabajan para firmas con importantes vínculos y negocios en marcha con empresas armamentísticas israelíes, explican con extrema claridad a OKDIARIO las consecuencias de esa ruptura en el terreno militar: «Esto amenaza con poner patas arriba absolutamente todo lo negociado durante años». El panorama que se abre ahora ante la industria y las Fuerzas Armadas españolas es complicado en lo que a acceso a tecnología y armamento israelíes se refiere.

No hablan de oídas ni se basan en suposiciones, sino en su experiencia y en los antecedentes: el Ejecutivo hebreo, cuando se tocan ciertos temas, «da un aviso». Pero al segundo, corta relaciones en ciertas materias: la principal, la seguridad. Esa posibilidad, coinciden en señalar fuentes militares e industriales, ya está sobre la mesa.

La medida está perfectamente al alcance del Gobierno de Benjamin Netanyahu: todas las exportaciones de armas, sistemas o repuestos necesitan el visto bueno del Ministerio de Defensa israelí. También las licencias de fabricación, por las que empresas españolas producen armamento adaptado a las Fuerzas Armadas recurriendo a tecnología de base israelí.

Misiles, comunicaciones…

Sobre la mesa están compras recientes y futuras de España a Israel como los 1.680 misiles Spike LR2, la versión más avanzada, que el Gobierno de Sánchez aprobó en octubre de 2023 por 287 millones de euros. El contrato contaba con el visto bueno del Ejecutivo israelí, pero las entregas aún no se han producido. Estos misiles son esenciales para la defensa contracarro del Ejército de Tierra y de la Infantería de Marina.

España también ha adquirido radios de comunicación, designadores de objetivos para el Ejército del Aire y un sinfín de alta tecnología de origen israelí que, a día de hoy, resulta prácticamente esencial para la operatividad de las Fuerzas Armadas. Los sistemas de obtención de inteligencia y de ciberdefensa también operan con tecnología procedente de Israel.

La posibilidad de perder de un plumazo el acceso a todo este armamento y tecnología, así como ver cortada la cadena de repuestos y suministros para otras armas ya en servicio, ha encendido las alarmas en el Estado Mayor. Lo confirman fuentes militares a OKDIARIO: el riesgo de ruptura y sus consecuencias ya ha sido puesto en conocimiento de la ministra, Margarita Robles.

Fuentes de Israel ni confirman ni desmienten que este movimiento se esté gestando como respuesta a la posición de España mostrada por el Gobierno de Pedro Sánchez.

El antecedente de Colombia

Que Israel no juega con estos asuntos lo sabe bien Colombia. En los días posteriores a los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre, el presidente Gustavo Petro mostró su simpatía por la causa palestina y se negó a condenar a Hamás. Pese al malestar patente del Gobierno hebreo, siguió insistiendo en esa línea.

La respuesta de Israel no se hizo esperar: su ministro de Relaciones Exteriores, Eli Cohen, convocó «para una reprimenda» a la embajadora colombiana en Tel Aviv. Lo hizo tras una semana de «declaraciones hostiles y antisemitas» por parte de Petro. Finalmente, Israel rompió la baraja y decretó la paralización de «las exportaciones de seguridad a Colombia». 

Un mes después de aquello, la mayoría de la flota de cazas Kfir, la principal aeronave militar de combate que opera Colombia, está en tierra. La firma que mantiene estos aparatos, la israelí IAI, ha dejado de prestar servicio al país iberoamericano. No se queda ahí la cosa: el veto israelí supone dejar a sus fuerzas armadas sin acceso a recambios para drones, helicópteros, carros de combate, sistemas de comunicaciones, de inteligencia y de ciberseguridad. Bombas, misiles -los Spike, los mismos que utiliza España-, aviones de reabastecimiento, designadores láser de objetivos…, todas funcionan en base a tecnología israelí.