Elecciones Generales 2019

Diario de Campaña, día 5: Los candidatos se ponen tiernos

Los candidatos se lanzan al voto emocional mientras suben el tono de la campaña contra sus adversarios

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Joan Guirado

Quinto día de campaña y los candidatos empiezan a aflorar los sentimientos sobre los escenarios. Ayer fue Pablo Sarrión, candidato de Ciudadanos por Madrid -aunque natural de Albacete-, quien, junto al presidente del partido, Albert Rivera, se emocionó cuando su madre -también en el escenario- relató el sufrimiento que pasó el joven periodista cuando era un niño debido a su orientación sexual. Sarrión, que ha levantado la bandera del arco iris en varios actos de Rivera, se tuvo que secar las lágrimas mientras escuchaba el relato de su madre defendiendo a su formación política como la gran defensora de las libertades.

Tras los primeros cuatro días con actos más bien pequeños y flojos, ayer los candidatos también consiguieron por primera vez dejar gente en la calle. Primero fue el líder del Partido Popular, Pablo Casado, en Ciudad Real. Por la tarde fue el presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez, que fue recibido a gritos de «torero» mientras en el exterior unos cuatrocientos trabajadores de una empresa de Pontevedra se manifestaban contra la actitud de su gobierno ante el inminente cierra de la fábrica que dejará más de mil de personas sin trabajo, quién consiguió reunir en la calle en Vigo casi más personas de las que cabían dentro. Un acto en el cual el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, un antisanchista reconvertido en máximo defensor del líder socialista, le puso fecha de caducidad en el Gobierno: «Te queremos en La Moncloa ocho años más».

El tono va aumentando cada día que pasa y ayer, el candidato de Ciudadanos recurrió a un calificativo que años atrás usó Sánchez contra Mariano Rajoy. El candidato naranja llamó ‘indecente’ al Presidente del Gobierno por querer vender «a la buena gente».

Y desde su retiro espiritual en Waterloo (Bélgica), el omnipresente Carles Puigdemont, también tuvo su papel en el quinto día de campaña. Su empuje a Junts per Catalunya – PDeCAT para recurrir el debate a cinco de Atresmedia por incluir a Vox y no a los independentistas tuvo su efecto y consiguió que la Junta Electoral Central suspendiera el debate en el formato inicial y obligara al grupo de comunicación a redefinir el formato, dejándolo finalmente en un debate a cuatro sin Santiago Abascal, igual que el que el día anterior se emitirá en Televisión Española. Ahora Sánchez no tendrá excusa para no ir al de la televisión pública, más allá de no creer en ella. De momento, TVE lo ha vuelto a ofrecer. Pero visto lo visto, si el debate tiene que ser como el que moderó Xabier Fortes ayer en La 1, casi mejor que lo dejen pasar. Y es que si de algo sirvió el debate de TVE fue para elevar la tensión. Broncas muchas, propuestas cero.

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