La CUP da la vuelta a su discurso y pasa de Puigdemont: «Esto no va de simbolismos ni de personas solas»
La CUP ha cambiado completamente el discurso en menos de uan semana. Si hace unos días se negaba a apoyar a cualquier otro candidato que no fuera el fugado Carles Puigdemont, este miércoles rechazado que primen los «simbolismos» y el personalismo en la fórmula para desbloquear la investidura del presidente catalán. Y ha insistido, en una clara referencia al candidato de JxCat, en que «esto no va de personas solas».
Según indica en Twitter el diputado de la CUP Carles Riera, «ahora no tocan nuevos simbolismos» puesto que en el referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre y en las elecciones del 21D «el independentismo votó construir República, empezando por la investidura de la presidencia y continuando con el proceso constituyente, las instituciones republicanas y las políticas sociales al servicio del pueblo».
Ara no toquen nous simbolismes, l'1O i el 21D l'independentisme va votar construir #República començant per la investidura de la presidència i continuant amb el #ProcésConstituent, les institucions republicanes i les polítiques socials al servei del Poble
— Carles Riera (@carlesral) February 7, 2018
Riera también añade que «mientras algunos partidos independentistas se miran el ombligo, el pueblo, que se ha movilizado por la independencia y que el 21D votó república, está desolado».
Según Riera, que fue el cabeza de lista de la CUP en las elecciones, «¡hace falta una propuesta política republicana ya!», por lo que ha preguntado: «¿Nos ponemos manos a la obra?».
La portavoz del secretariado nacional de la CUP, Núria Gibert, que esta mañana se ha mostrado abierta a una hipotética investidura de un candidato «alternativo» si finalmente Carles Puigdemont «no puede ser» investido por el Parlament, ha querido matizar esta tarde el sentido de sus palabras.
En otra entrada en la red social Twitter, Gibert afirma: «Lo que he dicho es que no va de personas solas, sino de miles». Y añade: «Nuestra apuesta es no permitir que nos ordenen desde el TC lo que tenemos que pensar, decir, votar, ser y elegir presidente».
«Esperamos una propuesta conjunta que ayude a salir del callejón sin salida», concluye.