Carmen Calvo pasó la cuarentena en un edificio oficial pagado con dinero público
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha recibido el enésimo ataque de la izquierda a propósito de su confinamiento en un hotel de la cadena Room Mate, que cedió sus hoteles en diferentes ciudades españolas y del extranjero para que se alojaran sanitarios, personal de emergencias y personas que tuvieran que guardar la cuarentena. En la misma situación se encontró la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, con la diferencia de que ésta prefirió pasar el confinamiento en un edificio oficial, es decir, pagado por todos los españoles.
Ayuso ya ha salido al paso de los ataques de la izquierda asegurando que pagará de su bolsillo –a razón de 80 euros la noche– la estancia en el hotel de la cadena que presidente Kike Sarasola en el que ha gestionado confinada la crisis sanitaria desde el pasado 16 de marzo.
Muy distinto es el caso de la vicepresidenta Carmen Calvo. Ésta se contagió en la manifestación del 8-M, pese a que tanto el PSOE como Podemos han intentado tapar que la concentración feminista fue una auténtica bomba biológica en la que resultaron también contagiadas la ministra de Igualdad, Irene Montero, la mujer y la madre de Pedro Sánchez o la ministra Carolina Darias. Tras pasar por la prestigiosa y privada Clínica Ruber, Calvo se confinó en un edificio oficial situado en el número 17 de la Plaza de España, en Madrid.
Calvo publicó al recibir el alta un tuit en el que aseguraba que tras abandonar el hospital pasaría la cuarentena en su domicilio. Nada más lejos de la realidad. Como publicó el diario El Mundo, la vicepresidenta se marchó de la clínica privada directamente a una vivienda de 230 metros cuadros en la Plaza de España. Esta es una de las múltiples propiedades que pueden utilizar los miembros del Ejecutivo como residencia habitual o transitoria.
Testigos presenciales de la llegada de Calvo al edificio, donde están las oficinas de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, el personal de limpieza se afanó en desinfectar el ascensor utilizado por Calvo para subir a la séptima planta, donde está el apartamento.