Crisis del coronavirus

Cachondeo en el mundo científico: Simón elabora informes con gráficos sacados de la prensa

Utiliza datos de 'The New York Times', como si el periódico norteamericano fuese una fuente científica

cepa india
El director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
Carlos Cuesta

Los científicos no terminan de dar crédito a que un estudio con el sello del Ministerio de Sanidad y procedente del famoso Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias de Fernando Simón haya incluido gráficos procedentes de la prensa. En concreto de The New York Times. Como si el periódico fuese una fuente científica.

El gráfico figura nada menos que en el informe sobre la ‘Circulación de VOC B.1.1.7 y otras variantes de SARS- CoV-2 de interés para la salud pública en España’, un informe decisivo, puesto que lleva a cabo una «evaluación rápida de riesgo» de las nuevas cepas, su virulencia e, incluso, su mortalidad. Allí, en su página 7, figura la explicación de nada menos que el «genoma del SARS-CoV-2 con las mutaciones descritas para la variante B.1.1.7. y mutaciones en la región del gen S (espícula) de la variante B.1.1.7» confiada a la capacidad científica del «Nytimes (15)».

«El número viene referenciado al final del documento donde sí se describen los trabajos científicos en cuestión», señala una fuente investigadora. Efectivamente en esa reseña figura lo siguiente: «Corum J, Zimmer C. Inside the B.1.1.7 Coronavirus Variant. The New York Times [Internet]. 18 de enero de 2021 [citado 21 de enero de 2021]».

«¿Pero significa que no se han leído el informe científico y que sólo han leído la noticia en prensa?», destaca la misma fuente. «No es serio», añade, «es nada menos que el informe sobre el que el Gobierno debe trazar la estrategia de protección frente a las nuevas variantes».

El departamento responsable del estudio es el de Fernando Simón, el mismo director y portavoz al que resulta complicado detectarle una frase certera sobre el COVID en casi un año. Todo ello con el agravante de que el estudio, efectivamente, es de máxima relevancia.

El texto del documento no oculta lo delicado del asunto. «El 14 de diciembre de 2020, Reino Unido declaró un aumento de la incidencia de SARS-CoV-2 en algunas regiones de su país (este y sureste de Inglaterra y área metropolitana de Londres) asociada a una nueva variante del virus, que se ha denominado VOC B.1.1.7 con una mayor capacidad de transmisión y que circulaba en el país desde el mes de septiembre. En la segunda semana de 2021, el porcentaje acumulado de detección de la variante sobre el total de secuencias en Inglaterra, se estima en más del 76%».

El estudio señala que «la variante VOC B.1.1.7 implica un mayor riesgo de transmisión lo que podría condicionar un aumento de la incidencia de casos de COVID-19. Las personas infectadas por esta variante, según informes recientes publicados por Reino Unido, podrían, además, tener mayor riesgo de padecer una enfermedad grave. La eficacia de la inmunidad natural y la efectividad de las vacunas no parece estar afectada. La variante VOC B.1.1.7 está presente en España, y en alguna comunidad autónoma se ha observado un incremento muy importante en las últimas semanas. El riesgo de diseminación en España se considera muy alto. El impacto podría ser muy alto, ya que la variante puede ocasionar un aumento en la tasa de hospitalización y letalidad tanto por la mayor tasa de incidencia como por la aparente mayor gravedad. Con la información disponible en este momento, el riesgo de reinfecciones por VOC B.1.1.7 así como la reducción de la efectividad vacunal se considera bajo».

Es decir, que el informe lanza justo las conclusiones contrarias a las primeras estimaciones del jefe del departamento. Porque Fernando Simón aseguró el 11 de enero que la evolución pandemia en España «en ningún momento» va a cambiar por el impacto de esta cepa, «porque si cambia será por culpa de nuestro comportamiento y la aplicación de las medidas de control, que todos sabemos aplicar».

Simón añadió que «si aplicamos correctamente las medidas de control, la transmisión se controla. Si la cepa es más transmisible, hay que aplicarlas un poco mejor, aunque los datos que tenemos hasta ahora no indican que sea excesivamente más transmisible». Y sentenció: «El impacto de la variante, en caso de tener algún impacto, será marginal en nuestro país».

Es de suponer que, a estas alturas, Fernando Simón ya ha debido leer a fondo The New York Times, porque una semana después de esas afirmaciones el gurú científico de Pedro Sánchez cambiaba la versión radicalmente y admitía que la cepa británica podría llegar a ser «dominante a mediados de marzo».

El informe continúa revelando la gravedad de la amenaza: «Además, se han notificado otras dos nuevas variantes de interés asociadas a un incremento de transmisión. Una en Sudáfrica, donde se ha hecho muy prevalente, la denominada variante 501Y.V2 perteneciente al linaje B.1.351 y que se ha detectado en varios países europeos. La otra, perteneciente al linaje B.1.1.28.1 (P1) se ha identificado en Japón, en 4 viajeros procedentes de Brasil, en donde ha aumentado mucho su incidencia, especialmente en la región amazónica de Manaos».

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