España
PUCHERAZO

Batet no dejó entrar a Casero al Congreso pero violó la norma Covid para que sí entraran UGT y CCOO

El polémico ‘caserazo’ presidido por Meritxell Batet que aprobó la ansiada reforma laboral de Sánchez sin corregir el voto erróneo de un diputado del PP parece haber batido el récord de incumplimientos normativos. No sólo no aceptó corregir por teléfono el voto telemático del popular Alberto Casero, sino que, además, le impidió el acceso a la Cámara mientras permitía la entrada de los representantes de UGT y CCOO en contra de la norma antiCovid.

La grada de invitados contó ese jueves 3 de febrero con un par de invitados muy destacados: los máximos líderes de los dos grandes sindicatos españoles: el de CCOO -Unai Sordo- y el de UGT -José María Álvarez-. Estaban invitados como grandes aliados de la reforma laboral. Como grandes artífices de la norma que ha permitido a Pedro Sánchez ganar oxígeno ante Europa y seguir avalando la percepción de fondos del rescate de la UE y del BCE. Y es que ese logro era necesario para Sánchez, puesto que sus propios aliados en el Congreso le retiraron el apoyo.

Permiso a CCOO y UGT

A los sindicatos CCOO y UGT, sin embargo, sí se lo dieron. Es más, rebajaron sus expectativas iniciales para conseguir el pacto de la patronal CEOE y obtener, así, un texto presentable ante Europa. Y eso, a ojos del Gobierno, debía tener un premio. El problema es que la invitación a la fiesta de la aprobación en el Pleno del Congreso iba en contra de las propias normas exigidas por la presidenta Meritxell Batet en el Hemiciclo a raíz de la pandemia de Covid. Y es que, bajo su propia responsabilidad, el Parlamento ha implantado una exigencia que figura plasmada en todo acto con el siguiente texto: “Por las circunstancias sanitarias actuales no está permitida la asistencia a las sesiones plenarias”.

No lo estaba. Pero lo estuvo para que entraran los amigos y aliados del Gobierno en esta reforma. Porque había que celebrar el éxito de una norma que ha acabado saliendo con un voto no corregido por decisión unilateral de la presidenta. El empeño de Meritxell Batet en mantener esa restricción al acceso al Pleno, de hecho, quedó clara incluso el pasado mes de diciembre, cuando la Junta de Portavoces del Congreso rechazó implantar el pasaporte Covid para poder acceder a sus dependencias.

Lo hizo, de hecho, pese a haber mostrado ser partidario de ello Unidas Podemos y algunos partidos minoritarios. Pero el portavoz socialista, Héctor Gómez, señaló que no se podía aplicar en la Cámara si no adoptaba antes la misma medida la Comunidad de Madrid. Traducido: la culpa era de Isabel Díaz Ayuso. Y, con ese argumento, lo cierto es que se mantuvo el cierre estricto de las dependencias a cualquier persona que pudiera ser invitada. Cualquiera, menos los secretarios generales de los dos grandes diputados.

El incumplimiento de la norma antiCovid del Congreso se convierte, así, en la última irregularidad de una sesión plenaria en la que Pedro Sánchez consiguió sacar adelante su reforma laboral sin el apoyo de sus socios. Y lo hizo gracias a un voto equivocado del PP: el voto decisivo. Pero lo cierto es que la normativa del Congreso, de nuevo, sí permitía la corrección a tiempo de esos votos erróneos y Meritxell Batet se negó a convocar la Mesa tras solicitarlo el PP. De ese modo, decidió unilateralmente una negativa a aceptar la corrección del voto erróneo, hurtando a la Mesa de esa decisión.

El PP reclamó corregir el voto en tiempo y forma. Pero la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, le negó ese derecho y sumó el voto equivocado y decisivo para que la reforma laboral de Pedro Sánchez obtuviera el respaldo de la Cámara.

Es más, la propia Mesa confirma al propio diputado Alberto Casero el 1 de febrero la posibilidad de votar de forma telemática y en esa misma comunicación le confirmó la vigencia de la norma que ampara su derecho a recibir una llamada telefónica para confirmar el sentido del voto, como ya ha publicado OKDIARIO.