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GUARDIA CIVIL

Así se dio la orden que provocó el asesinato de guardias civiles en Barbate: «Meteos al agua y que os vean»

El coronel jefe encargó a un capitán del GEAS ir hasta Barbate a ver qué estaba pasando, y allí se ordenó entrar al agua

En el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil en Cádiz siguen sin comprender por qué se dio la orden de que sus compañeros Miguel Ángel y David, junto con otros más, se echaran al agua el pasado viernes en Barbate. Una fatídica decisión que puso a ambos agentes en la diana de Kiko el Cabrael narco que conducía la potente planeadora que les pasó por encima, asesinándoles y dejando mutilado a otro compañero. Todo partió de una llamada del coronel de la Comandancia, que se encontraba en un acto en el teatro Manuel de Falla, y encargó a sus hombres de Algeciras que fuesen a ver qué pasaba en Barbate. La orden de entrar al agua la dio un capitán que estaba en el puerto de la localidad gaditana y que ahora, cuentan en su entorno, «está destrozado». OKDIARIO ha reconstruido lo ocurrido según las versiones recabadas en la unidad.

Tarde del viernes 9 de febrero, Barbate. Los efectos del temporal Karlotta azotan la costa gaditana, con un mar embravecido que obliga a buscar refugio en el puerto a las embarcaciones de la localidad. Y entre ellas, seis enormes planeadoras que quedan aparcadas en la dársena, llamando la atención de todos los habitantes que se acercan a verlas con sus potentes motores de más de 300 caballos. Todos los locales saben a ciencia cierta a qué se dedican esas embarcaciones. El revuelo es tal que el propio alcalde de Barbate, Miguel Molina, llama a la Comandancia de la Guardia Civil en Cádiz para ponerlo en su conocimiento.

A esa hora es carnaval en Cádiz. La fecha más señalada del año en la capital gaditana. Toda la ciudad tiene su atención puesta en el teatro Manuel de Falla, donde se celebra la gran final de agrupaciones. Al poco de comenzar, el coronel a cargo de la Guardia Civil en la Comandancia de Cádiz, que lleva apenas un mes en el cargo y ha sido invitado al evento, recibe una llamada que le comunica la denuncia realizada por el alcalde de Barbate. «Han entrado unas gomas al puerto».

En la comandancia acreditan que no hay capacidad de reacción con los medios actuales de la flota, con «las cinco embarcaciones inoperativas» según confirman a OKDIARIO fuentes de la Guardia Civil en la provincia. Ni una patrullera lista para echarse al agua. En el puerto de Algeciras, la situación de la flota no es mucho mejor. Por tanto, se decide un plan B. Se moviliza a un capitán, que estaba de permiso en ese momento.

«Id a Barbate»

Suena el teléfono en el puerto de Algeciras, donde tiene su base el GEAS. Las órdenes trasmitidas desde Cádiz por el coronel llegan de forma directa y sin margen de interpretación: coged un vehículo de la unidad, cargad una de las zódiacs ligeras e id a Barbate a ver qué está ocurriendo.

En el vehículo, con la zódiac cargada en su remolque, viajan hasta Barbate el capitán -reincorporado de su permiso- y sus subalternos del GEAS, además de efectivos del Grupo de Acción Rápida (GAR), especialistas en misiones antiterroristas y bregados en la lucha contra las organizaciones criminales de narcos. El objetivo es puramente disuasorio: que las lanchas y sus tripulantes, cuando les vean, huyan. No hay previsión de detenerles ni de incautar las lanchas.

Una zódiac del GEAS.

Según el relato recopilado por OKDIARIO entre agentes muy próximos a este operativo, el vehículo llegó a Barbate cuando ya no había un ápice de luz natural. En el puerto seguía la aglomeración de personas, a pesar de temporal, esperando a ver el desenlace de aquello. De las seis lanchas iniciales, cuatro ya se habían ido. Quedaban dos. En una, a los mandos, se encontraba Kiko el Cabra. Con él, otros cinco compinches, todos detenidos el pasado sábado.

Los narcos no tienen intención alguna de marcharse pese a la presencia de los recién llegados GEAS, o al menos de hacerlo sin dar el espectáculo a todos quienes allí se agolpaban. Una parte determinante de la idiosincrasia de estos grupos criminales, que la cultura popular y hasta el cine ha contribuido a rodear de un aura de atracción.

«Toreados»

El mar sigue picado y apenas hay luz, pero el capitán decide dar la orden final, emanada desde Cádiz por el coronel. «Coged la goma y meteos al agua, y que os vean». Según relatan fuentes de la Guardia Civil, la instrucción provocó inquietud entre los agentes, en vista de que su zódiac de apenas 6 metros y con un motor de unos 80 caballos iba a tener que vérselas con una planeadora de cerca de 5.000 kilos y dos fuerabordas que suelen superar los 350 caballos. Temían que iban a «ser toreados», explican desde la unidad. La batalla iba a ser desigual, y lo fue.

El resto de lo que ocurrió fue captado en vídeo por los testigos que se arremolinaban en aquel puerto. Kiko el Cabra, tras ejecutar algunas maniobras temerarias, se lanza a la embestida contra la pequeña zódiac y la arrasa. Dos muertos y un agente que ha perdido un brazo. En menos de 24 horas, ocho responsables son detenidos en Sotogrande, municipio de alto nivel adquisitivo al que los tripulantes de la narcolancha huyeron.

Fuentes internas del cuerpo señalan que el capitán que dio esa fatídica orden, ratificando la que se le había trasmitido desde altas esferas de Cádiz, «está destrozado anímica y psicológicamente». Otros compañeros apuntan a que, en esas circunstancias, la orden final nunca se debió de dar.