España
MESA DE BILATERALIDAD

La ampliación del aeropuerto del Prat provoca un nuevo choque entre el PSOE y Podemos

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Nuevo choque entre los socios de la coalición progresista. Y puede tener consecuencias a nivel municipal en el ayuntamiento de Barcelona, donde también gobiernan socialistas y podemitas juntos. Todo por culpa del acuerdo alcanzado este lunes, en la bilateral Estado-Generalitat, para la ampliación del aeropuerto de El Prat, que supondrá una inversión de 1.700 millones de euros por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Los comunes de Ada Colau, la franquicia catalana de Podemos, con un ministro de su formación -el de Universidades Manuel Castells- rechaza de lleno la obra que se pretende hacer en un municipio gobernado por el mismo partido que Colau. La ampliación del aeródromo barcelonés, según los colectivos ecologistas, tendría una importante afectación ambiental sobre el espacio protegido del Delta del Llobregat.

Desde Podemos lamentan la forma en la que se ha gestionado el acuerdo, con una reunión secreta este lunes, antes de la bilateral, entre la ministra de Transportes Raquel Sánchez y el vicepresidente y consejero de Territorio Jordi Puigneró. A los de Yolanda Díaz no les ha gustado nada que les hayan ocultado la reunión y el acuerdo. PSOE y Podemos no solo gobiernan juntos el Gobierno, también el ayuntamiento de la ciudad condal. Algunos de sus dirigentes, a través de redes sociales, ponían en duda «los pactos ocultos entre socialistas y convergentes». Fuentes del Ministerio de Transporte aseguran que «era previsible esta reacción» y prefieren no entrar al juego de sus socios.

Colau contra el turismo

El rechazo a la ampliación del aeropuerto es solo una más de las múltiples iniciativas de la alcaldesa de Barcelona para ahuyentar el turismo en su ciudad, una de las principales fuentes de ingresos. A su llegada al consistorio prohibió la concesión de nuevas licencias para construir hoteles, trató de evitar la llegada de cruceros a Barcelona y ha negado la construcción de macro proyectos internacionales como el Hermitage. Dice que la ciudad está saturada, pese a que miles de personas viven del sector.