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Elecciones Generales 2019 / Los candidatos

Suárez Illana: «Las ocurrencias de Vox me recuerdan cada día más a la Fuerza Nueva de la Transición»

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El presidente de la Fundación Concordia y Libertad y número dos del PP para las elecciones del próximo 28 de abril, Adolfo Suárez Illana (Madrid, 1964), vuelve a la política activa para reclamar los valores de concordia y libertad, tan célebres en la Transición. En esta entrevista con OKDIARIO, reivindica mirar al pasado, sin nostalgia, para poder construir el futuro.

PREGUNTA.  Ya metido usted en plena campaña, ¿cómo afronta esta vuelta a la primera línea política?

RESPUESTA. Pues con ilusión, una ilusión siempre entendida como esa capacidad de imaginar un futuro mejor por el que merece la pena luchar, que es lo debe definir a un político a la hora de proponer un esfuerzo a la gente a la que pretende liderar.

P. ¿Le costó volver?, ¿quién le convenció?

R. Pablo Casado en persona y no me costó demasiado, en el sentido de que llevaba 16 años predicando que los empresarios debíamos implicarnos también en la construcción de esa sociedad a la que pertenecemos y poniendo nuestro dinero allá donde están nuestros valores y no nuestros intereses. Alguien me tomó la matrícula y, en una comida en Ávila, me dijo: ‘Éste es el momento de ponerlo en marcha’. Y no me sentí con fuerzas para decir que no.

P. Le hemos visto desde el principio mano a mano con Pablo Casado, siempre acompañándole, como en la convención del partido. ¿Qué tiene este nuevo PP que no tenía el anterior?

R. Los proyectos son importantes, son fundamentales, porque sin ellos es imposible desarrollar la política. Pero se necesita algo más. Se necesitan personas con las que se cree un vínculo de compromiso de confianza. Porque son las personas las que, al final, llevan a cabo esos proyectos. Y ese vínculo de compromiso, de confianza, de lealtad, lo encontré profundamente en Pablo Casado y me lancé a por ello.

P. Se ha hablado mucho de ese nuevo PP «sin complejos». ¿Cree que el anterior sí los tenía?

R. Mire, yo soy como un jugador de fútbol que han sacado en el segundo tiempo del partido y no estoy para ver qué hacía el míster o cuál fue el planteamiento en la primera parte del partido. Estoy para intentar marcar una goleada en esta segunda parte y me voy a dejar el alma por conseguirlo.

P. ¿Se esperaba una campaña tan agresiva? Ataques, sobre todo por parte del PSOE, polémicas, desmentidos, … ¿Se lo esperaba así?

R. Bueno, yo ya he vivido unas cuantas campañas, desde las primeras del año 1977. Y la izquierda, con todos mis respetos, siempre es muy agresiva, incluso en el plano personal. Tratan de desacreditar a la persona en vez de acotar la crítica o el debate a los proyectos. A la política hay que venir llorado de casa, y no te puedes quejar de las heridas que te pretendan infligir. Lo importante es sobreponerse a ello y entrar de lleno en tu debate, en el debate de las ideas y propuestas que quieres para tu gente.

«Yo la fe la tengo para las cuestiones religiosas. Con Sánchez, no. Ya sabemos lo que hará para mantenerse en el poder»

P. Pablo Casado insiste mucho en la unidad de voto, en ese problema que tienen ustedes en la fragmentación del voto de la derecha o el centro-derecha, sobre todo en las provincias pequeñas, ¿es un riesgo real?

R. El problema no lo tenemos los políticos. El problema lo tiene España. Y quien debe decidir son los españoles. Nosotros hacemos propuestas. El problema fundamental de España en estas elecciones es que nos jugamos, no sólo la integridad territorial, sino también la concordia social y la generacional. Y todo ello implica derechos y libertades de los ciudadanos. Eso es lo que nos estamos jugando.

Y la única manera de evitar que Pedro Sánchez pacte con los bilduetarras y los separatistas catalanes es que el PP gane las elecciones. Con todo mi respeto a las demás opciones políticas, ni tienen los equipos suficientes para generar esa confianza ni para liderar ese proyecto de cambio. Por eso mismo, insistimos tanto en que el único partido que puede de verdad garantizar un cambio, una gestión económica razonable y una esperanza mayor para todos los españoles,  es el Partido Popular. Si no conseguimos esa mayoría, será imposible enfrentarse a la izquierda que nos propone Sánchez.

P. Tiene claro que Sánchez va a pactar con Bildu, con Podemos, con los nacionalistas y con los independentistas. ¿Cree que es su primera opción, o le cabe la duda de que pueda hacerlo también con Ciudadanos?

R. Yo la fe la tengo para las cuestiones religiosas. Con Sánchez la fe no nos hace falta. Le hemos visto actuar durante estos últimos nueve meses, incluso antes de llegar a la Presidencia, y sabemos que hará lo que sea para mantenerse en el poder. Ésa es su ambición, con lo cual pactará con los etarras… con quien haga falta. Da exactamente igual, mientras él pueda estar en La Moncloa.

P. Y en la factura de ese pacto, ¿habrá indultos?, ¿habrá un referéndum?

R. Él pagará lo que esté en su mano pagar, sin ninguna duda. Otra cosa es que haya cuestiones que no pueda pagar porque los españoles se lo impidamos. Hacer un referéndum de autodeterminación en Cataluña, yo insisto en que los españoles no lo vamos a permitir, por mucho que Sánchez lo intentase negociar, y por mucho que Iceta ya nos haya dicho que lo van a hacer. Pero no va a ocurrir porque los españoles lo impediremos.

P. Ya que saca el tema catalán ¿es la peor crisis que hemos tenido en democracia?

R. Desde los años 20 vemos cuestiones parecidas. Pero lo que es cierto es que un golpe de Estado en democracia como el que se ha perpetrado desde las instituciones catalanas, insisto, instituciones catalanas, para mí es el más perverso. Precisamente porque son representantes democráticamente elegidos los que se han sublevado contra la Constitución. Y esos representantes han sido elegidos para guardar y hacer guardar la Constitución. Pero tampoco me dan un miedo especial. Si los españoles estamos acostumbrados a algo es precisamente a los amenazas, a los riesgos y, mirando a nuestra historia, no nos debe dar miedo ningún reto.

Los hemos enfrentado todos,  y cuando hemos estado unidos los hemos ganado todos. Ya lo decía Claudio Sánchez Albornoz, que ‘mirando la historia de España, albergo la esperanza de un futuro en concordia y libertad’.

«Para aplicar el 155 no hace falta buscar el consenso con otros partidos»

P. ¿Y eso cómo se gana, con el 155 que ha prometido aplicar de forma inmediata Pablo Casado? 

R. No hay fórmulas mágicas para problemas tan graves como el de Cataluña. Pero lo primero que debemos tener claro los españoles es que en democracia no nos debe dar miedo aplicar la ley. La ley es fruto del consenso de todos los españoles. Luego, incluso para aplicarla, no hace falta consenso, porque ya es una ley democrática, por lo tanto consensuada. Y el artículo 155 es uno más de los de nuestra Constitución. En su momento creímos oportuno, al ser la primera vez que se aplicaba, ir arropados por otros partidos. Partidos que pusieron condiciones que al final hicieron que ese 155 fuera, digámoslo así, insuficiente para conseguir el objetivo que se pretendía. A ello sumamos ahora la deslealtad de esos dos partidos diciendo que no aplicamos bien el 155 y que el Partido Popular es responsable de no haberlo hecho bien. Mire, oiga, ¡gracias a sus condiciones no se aplicó como Dios manda!

Si llegamos a la Presidencia del Gobierno con Pablo Casado y se insiste en la vulneración de la Constitución como se está haciendo, se pondrá en marcha el mecanismo del 155. Pero eso no es suficiente. Es necesario aplicar la ley en la educación. El Gobierno central tiene los recursos para que se estudie en español y en todo el territorio nacional, la lengua, la literatura, la historia y la geografía de igual manera. Y tiene a la Alta Inspección del Estado para obligar a que eso sea así. Y eso funciona. Igual que vemos que Torrent no hace las mismas tonterías que hacía Forcadell en su momento ni se fotografían con los requerimientos del Tribunal Constitucional como hacía Puigdemont, ¿por qué? porque saben que van a la cárcel. Cuando se den cuenta los maestros en Cataluña de que sembrar el odio y no cumplir la norma les acarrea consecuencias importantes, verá usted cómo la ley se acaba cumpliendo. Debemos tener paciencia, tanta como firmeza.

P. Queda claro que su prioridad es la educación. Vox dice que la suya será instar a la Fiscalía a la detención de Quim Torra, ¿cree que esto es posible? 

R. Vamos a ver, las ocurrencias de Vox y el extremo al que están llegando a mí me recuerdan cada día más a la Fuerza Nueva de la Transición. Con sus diferencias, por supuesto. Pero, sinceramente, la ausencia de programa de Vox me parece alarmante. La apelación permanente a sentimientos o a cuestiones que pueden enardecer esos sentimientos es una cosa, pero la política no es para hacerla desde el corazón ni con el corazón. Es para hacerla con la cabeza bien fría y con un programa bien aplicado que englobe a toda España.

P. ¿Teme que Vox les reste votos, sobre todo en esas provincias pequeñas que reparten menos escaños?

R. Insisto, yo no puedo afrontar unas elecciones temiendo que mis rivales me quiten votos. Los votos son de los españoles, y los españoles hacen con su voto lo que quieren. Yo estoy obligado por mi partido, por mi compromiso personal, a exponer nuestras ideas, nuestro programa, nuestro talante, cómo vamos a gobernar… y además haciéndolo respaldado por el pasado que este partido tiene, afrontando ya crisis importantes, y compararlo con los demás partidos.

Yo a lo largo de estos 40 años de democracia, he visto ya unos cuantos partidos nacer con vocación de permanencia, con ansias de gobierno, incluso alguno lo he vivido en primera persona. Y luego se ven descafeinados y desaparecen. El PP lleva 40 años prestando servicios a España, lleva 40 años con altos y con bajos, con aciertos y con errores, pero nadie puede decir que no ha prestado unos servicios extraordinarios a España. Y precisamente en los peores momentos, en los de crisis económica, en los de quiebra, después de que un Partido Socialista haya, digámoslo así, pasado por la túrmix del Estado…Y en esa situación nos encontramos ahora mismo, y además a las puertas de una crisis de la que no se habla, y que en muy poco tiempo puede hacer estragos a través de la deuda pública.

P. Pero lo que no se puede negar es que hay votantes desencantados con la gestión del PP anterior y que, ahora se han ido a Vox. ¿Qué les diría para que se queden en el PP?

R. Pues insisto, yo creo que no hay ningún principio o valor fundamental que yo haya quebrado del PP. Que somos un equipo nuevo, absolutamente comprometido con nuestro programa, y que eso es lo que deben votar. Yo no puedo hacer otra cosa que desarrollar la política que proponemos, asumir el compromiso personal que asumimos y dejar de mirar al pasado.

Sobre el multipartidismo: «Las opciones mayoritarias son las que son. Creo que las aguas volverán a su cauce»

El pasado no va a hacer que superemos el futuro, en absoluto. Y yo cada vez que hablo de ese mejor pasado nuestro, de esa mejor España, no es precisamente una llamada a la nostalgia, sino a ser conscientes de cuáles fueron las herramientas que, en el peor de nuestros pasados ante las mayores crisis y las mayores divisiones de nuestro país, nos sirvieron para unir ese país y para sobreponernos a las crisis. Ésas son las políticas que debemos llevar a cabo.
 
P. ¿No hay nada de nostalgia, seguro?

R. En absoluto. La nostalgia yo la olvidé hace mucho tiempo, queda para los libros y no para la política. Sería una tontería no aprovechar el conocimiento de los demás, de nuestro mayores, para afrontar el futuro. Es como si un matemático intentase partir desde cero en el estudio de la matemática, no. Aproveche usted todo lo que ya se ha investigado ya, no intente usted ser Albert Einstein desde un principio. Aprovechemos el conocimiento de esos Albert Einstein que hemos tenido también en la política, y, sobre ellos, planteemos cuáles son las soluciones que podemos buscar para nuestro futuro.

P. ¿Cree que el multipartidismo ha aportado algo o sólo ha traído más problemas a la política española?

R. Insisto. Yo veo la política en su conjunto, la historia de España procuro verla en su conjunto.

Yo ya no sé si la gente no se acuerda lo que fueron las primeras elecciones de 1977 y lo que se llamaba la sopa de letras. La gente decía que no iba a ver dos opciones mayoritarias. Al final, el voto de los españoles se polarizó en torno a dos grandes opciones, que eran un centro-derecha y un centro-izquierda. Efectivamente hay otras opciones, pero las opciones mayoritarias son las que son. Y al final, yo creo que las aguas volverán a su cauce, con independencia y con respeto a todas las opciones políticas que, efectivamente, puedan tener hoy una mayor influencia. Pero la carrera de la política es a largo plazo.

P. Pablo Casado le encargó a usted personalmente la ley de Concordia,  ¿qué nos puede avanzar?

R. La ley de Concordia la íbamos a presentar en el Congreso, justo cuando se disolvían las cámaras, con lo cual ya queda para la próxima legislatura. Lo primero es el título: Ley de Concordia. Es una ley que debe ser consensuada.  Debemos intentar reunir en torno a ella el mayor consenso posible, porque de lo que se trata es, precisamente, de evitar la división que la ley de Memoria Histórica ha vuelto a reabrir. La ley de Memoria Histórica, incluso aceptando que estuviera bien intencionada en sus inicios, se está convirtiendo en un instrumento legitimador de uno de los bandos, y deslegitimador del otro. Y si algo solucionó y dejó cerrado la Transición, fue precisamente ese conflicto: la deslegitimación de unos frente a los otros. Por eso esa ley  debe ir orientada a la generación de un organismo que, bajo la forma por ejemplo de una Fundación, pudiera albergar o canalizar toda las reclamaciones quien se sintiera víctima de la Guerra, de la preguerra o de la postguerra. Que sean tratadas como víctimas, no como instrumentos políticos.

Pero que, insisto, sea desde un punto de vista apolítico, que ese centro se convierta en un centro de información, en un archivo de todo. Que además la ley blinde de alguna manera los vestigios de la guerra y que no se conviertan en enfrentamiento, porque son puntos de referencia históricos. Aquí ocurrieron unos determinados hechos, que son hechos históricos, fuera de la política. Además, debe evitar que el cambio de calles en una ciudad se convierta en un arma arrojadiza de unos frente a otros. Debemos también intentar que sea un punto de canalización del estudio de la Transición como instrumento de reconciliación entre los españoles, que es curioso que se estudie en los grandes centros universitarios de todo el mundo, y sin embargo aquí, preguntas a algunos jóvenes y tienen un desconocimiento de aquel proceso realmente profundo. Que sirva también para estudiar, por ejemplo, la Constitución de la concordia de los españoles de 1978. Una propuesta que hice yo hace varios meses y que hace suya Ciudadanos, y bienvenido sea, nos encanta que se vayan aceptando ese tipo de propuestas.

«Si la polémica del aborto ha servido para dejar claro lo que el PP y Adolfo Suárez piensan, bendito sea Dios»

P. ¿Cree que Sánchez sacará a Franco el 10 de junio?

R. Yo me he convertido, ya lo era antes, en un fan de Antonio Banderas. Me parece que en el año 78 Franco llevaba más tiempo muerto que ahora. Que el PSOE haga como punto de debate fundamental de esta campaña el exhumar a Franco, me parece sinceramente una broma.

P. Usted ha pasado ya por algunas polémicas por esta campaña. La del aborto…¿Le dolió especialmente?, ¿le molestó?, ¿se arrepintió?, ¿o se reafirma en lo dicho?

R. Si la polémica ha servido para dejar claro lo que el PP y Adolfo Suárez opinan del aborto, bendito sea Dios.

P. ¿No es un tema molesto o incómodo para el Partido Popular?

R. En absoluto. El PP y yo defendimos la vida, punto primero. El PP y yo, si nos equivocamos, y esto son palabras del presidente Casado, preferimos equivocarnos siempre a favor de la vida. El PP y yo proponemos una ley de ayuda integral a la maternidad, que lo que pretende es que toda aquella mujer embarazada que quiera llevar a final término su embarazo, pero tenga cualquier tipo de presión, problema o necesidad, pueda encontrar en el Estado ese brazo fuerte en el que poder apoyarse. Y no sólo nos preocupamos por la vida, sino que, además, nos preocupamos por cómo se va a desarrollar esa vida que debe ser desarrollada en libertad, en seguridad y en prosperidad económica. Y en eso no nos gana nadie.

P. Le voy a mencionar los nombres de los líderes políticos, y usted me dice qué opina de cada uno de ellos. ¿Pablo Iglesias?

R. Es difícil que yo caiga en ese tipo de juego suyo, procuro no calificar a mis adversarios. Para mí el único enemigo en política es aquel que siembra el odio.

«No me molesta que Rivera se ‘apropie’ de la figura de Adolfo Suárez. Pero eso se hace con hechos, no con palabras»

P. Espero que no le incomode la pregunta, pero ¿qué pensaría su padre de la situación política actual y de los líderes actuales?

R. Mire, es tanto el respeto y el amor que yo tengo por mi padre que sería un atrevimiento y una falta de respeto precisamente hacia los españoles y hacia mi padre, que yo le utilizara para decir lo que pienso de alguno de los líderes o de alguna de las situaciones. Adolfo Suárez Illana le puede contestar sobre lo que piensa Adolfo Suárez Illana, y sobre lo que piensa o pensaba Adolfo Suárez González, que le lean, que le estudien, y luego saquen sus propias conclusiones.

P. ¿Le molesta que algunos líderes como Albert Rivera se apropien de su figura?

R. Vamos a ver, para mí, lo que hizo Adolfo Suárez y cómo lo hizo. Que se reclame eso para la política actual, es decir, la concordia y el respeto, me parece fundamental, encantado. Pero lo que exijo, entre comillas, es que se haga con hechos y no con palabras. Hacerlo con palabras es muy sencillo

P. ¿Qué pasará el 28-A?

R. Pues yo estoy íntimamente convencido de que el PP va a ganar las elecciones.