España

El 94% de los barceloneses quiere que las señales de tráfico estén también en castellano

El 93,7% de los barceloneses quiere que las señales de tráfico estén tanto en castellano como en catalán. El dato ha sido extraído de una encuesta realizada por el Grupo Popular del Ayuntamiento de Barcelona, que pretende llevar este resultado al Pleno del consistorio como argumento que refuerce su lucha por la libertad de lengua en Cataluña.

Los resultados demuestran que casi la totalidad de los ciudadanos de la ciudad condal prefieren el bilingüismo en las señales que rigen sus carreteras, y por lo tanto se debería añadir el mensaje en castellano además del ya implantado en catalán.

Por lo tanto, la preferencia de los habitantes de Barcelona es el uso de los dos idiomas oficiales de Cataluña: el castellano y el catalán. La encuesta fue llevada a cabo por ‘Gesop’, un centro de investigación social y de mercado que ha ratificado con creces los datos que manejaba el Partido Popular.

Alberto Fernández, presidente del PP en Barcelona, ha explicado que esta encuesta «avala la propuesta que el Grupo Popular llevará a las próximas Comisiones municipales, en las que pedirán que el consistorio se dirija en castellano y catalán a los barceloneses, para que estos luego escojan con libertad el idioma que quieren usar».

Según los populares el consistorio no usa ambos idiomas para relacionarse con los barceloneses y lo hace en castellano únicamente «de forma excepcional cuando lo debería hacer siempre en ambas lenguas”.  Este trato no parece ser justo para el Partido Popular que piensa que limitar la lengua a una es un atraso

El Grupo Popular cree que los ciudadanos de Barcelona deben ser libres al elegir en qué idioma conviven y se quejan de que el ayuntamiento solo es bilingüe «para cobrar multas o hacernos pagar impuestos, pero en cambio no utiliza ambas lenguas para ofrecer servicios”.

Finalmente, el presidente popular ha pedido a la alcaldesa, Ada Colau, que “se dirija a los ciudadanos de forma ordinaria, tanto en catalán como en castellano, empleando ambas leguas en condiciones de igualdad, libertad y respeto al pluralismo de nuestra ciudad».

El pasado mes de marzo la Generalitat de Cataluña eliminó la información en español de sus campañas de donación de sangre, para sorpresa de todos los andaluces, vascos, madrileños y demás residentes castellanoparlantes de la región, que no entendieron por qué se les discrimina de este modo.

La polémica sobre el catalanismo extremo también ha estado presente últimamente en otro frente abierto. El diputado de JxS Lluís Llach afirmó en diversas charlas organizadas recientemente por las entidades independentistas, que los funcionarios que no acaten la principal ley de desconexión de Cataluña “sufrirán” y serán “sancionados”.

Además, una de las conclusiones sacadas de la última edición de PISA llevada a cabo por Convivencia Cívica Catalana, es que en Cataluña el fracaso escolar de los alumnos castellanohablantes es el doble que el de los catalanoparlantes. Además, consideran que el sistema de la inmersión lingüística afecta directamente a los malos resultados y a su bajo nivel de integración escolar en las escuelas catalanas.