Está situado en el 21%

El Gobierno rechaza ahora bajar el IVA de la luz porque no depende de la «riqueza» del consumidor

El Ejecutivo admite en una respuesta en el Senado que no piensa bajar este impuesto.

Los consumidores españoles pagan uno de los IVA de la luz más elevados de toda Europa.

Demanda Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Gobierno de Pedro Sánchez rechaza aplicar una reducción al IVA de la luz -actualmente en el 21%- porque se trata de un bien que no depende de la «riqueza del adquirente». 

En una respuesta parlamentaria por escrito a los senadores Carles Mulet y Jordi Navarrete, fechada este mismo miércoles, el Ejecutivo alega que «los tipos impositivos del IVA, al establecerse como un porcentaje a aplicar sobre la base imposible de la entrega de electricidad, no pueden recoger criterios de progresividad, en la medida en que tal y como está diseñado el impuesto, el tipo impositivo se establece en función de la naturaleza del bien o servicio sin atender a la renta o la riqueza del adquirente». 

La respuesta contrasta con el discurso mantenido por el PSOE sobre la progresividad en los impuestos, y la aplicación de una fiscalidad reducida a las rentas más bajas y colectivos vulnerables.

En su pregunta, fechada el 20 de septiembre, los senadores exponían que, pese al anuncio del Gobierno de eliminar el impuesto a la generación eléctrica, ello apenas «supone un ahorro no superior a los 2 euros mensuales, por lo que se muestra una medida que no va a suponer ningún cambio substancial en los consumidores». 

«Para hacer frente al oligopolio, especulación y abuso de las eléctricas, las asociaciones de consumidores ya han recomendado al gobierno el uso de otro tipo de política que supone eliminar los privilegios que dicho oligopolio tiene como consecuencia de la legislación actual», continuaban Mulet y Navarrete. Eso implicaría, por ejemplo, una reducción del IVA de la electricidad hasta el 4% (el tipo superreducido que actualmente se aplica a productos de primera necesidad, como alimentación, libros y periódicos, medicamentos, prótesis o sillas de ruedas).

España tiene uno de los IVA de la luz más elevados de toda Europa, por encima de Alemania, Francia, Reino Unido o Italia

Los senadores requerían al Ejecutivo socialista su opinión sobre si la eliminación del impuesto eléctrico es «suficiente» y si reducir dos euros en la factura «supone algún cambio sustancial en los consumidores», además de interesarse por una posible bajada del IVA de la luz. «¿El Gobierno central tiene miedo en molestar al oligopolio de las puertas giratorias?», se preguntaban.

Europa permite la bajada

En la respuesta, el Gobierno se remite además a la normativa comunitaria, y defiende que «la Comisión Europea sostiene que ‘la aplicación de tipos reducidos del IVA podría falsear considerablemente las decisiones acerca de la combinación óptima de fuentes energéticas y el nivel óptimo de consumo’».

Un argumento que, sin embargo, no es real. En su artículo 102, la Directiva 2006/112/CE, determina que «los Estados miembros podrán aplicar un tipo impositivo reducido al suministro de gas natural, de electricidad y de calefacción urbana, siempre que no exista riesgo alguno de distorsión de la competencia». La Comisión añade que «todo Estado miembro que vaya a aplicar un tipo reducido en virtud del párrafo primero lo pondrá previamente en conocimiento de la Comisión. La Comisión se pronunciará acerca de la existencia de riesgo de distorsión de la competencia. Si la Comisión no se pronuncia a los tres meses de la recepción de la información, se entenderá que no existe riesgo alguno de distorsión de la competencia». Es decir, en la práctica depende de una decisión política de cada Estado miembro.

El precio de la luz

En la respuesta, el Gobierno no aclara tampoco qué medidas pretende aplicar sobre el precio de la luz.

En este contexto, el Ejecutivo socialista se refiere al Real Decreto-ley de 5 de octubre, de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, por el que suspende el impuesto de generación de la electricidad, del 7%, durante seis meses. Un impuesto que se aplica a las eléctricas y que repercute directamente en el recibo final que paga el consumidor.

El Gobierno admite que la suspensión del impuesto de generación eléctrico es «transitorio» y «coyuntural»

El Gobierno admite, sin embargo, que se trata de una medida «transitoria» y «coyuntural» en tanto «se lleva a cabo la reforma estructural necesaria para que se produzca de manera efectiva esta reducción de la factura de la luz, con otra batería de medidas más intensas que abunden en la reforma del mercado eléctrico para que terminen asentando precios de la electricidad estables». Los socialistas no concretan de qué medidas se trata.

Los consumidores españoles pagan el IVA más alto de entre las cinco grandes economías europeas (Alemania, Francia, Reino Unido, España e Italia).

En Alemania, por ejemplo, se aplica un tipo del 19%; en Francia, entre un 5,5% y un 20%, según el consumidor de que se trate; en Italia, el IVA es del 10% y en Reino Unido, del 5%. En Dinamarca o Suecia se sitúa en el 25%.

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