Puigdemont dice que es un «fraude de Ley» prohibirle ser investido por skype a 1.300 kilómetros de distancia

Carles Puigdemont
Carles Puigdemont en el vuelo Bruselas-Copenhague.

Carles Puigdemont sigue instalado en su realidad paralela. El ex presidente de la Generalitat que se encuentra huido de la Justicia considera una victoria la resolución del Tribunal Constitucional que cierra cualquier vía a su investidura: no podrá ser elegido presidente ni a través de una pantalla de plasma ni por delegación.

Ni siquiera acudiendo personalmente al Parlament, salvo que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena lo autorice. Pese a ello, Carles Puigdemont considera que este auto del TC es un revés para el Gobierno de Rajoy.

«Incluso el Tribunal Constitucional ha rechazado el fraude de Ley que pretendía la Moncloa», ha escrito Puigdemont en su cuenta de Twitter, «más de uno habría de pensar en rectificar y hacer política de una vez. Y si no es capaz, debería irse o dejar paso».

Más que a Rajoy, el mensaje parece dirigido a él mismo, que ante la imposibilidad de ser elegido presidente tendrá que dar paso a un candidato alternativo. En caso de que los miembros de la Mesa del Parlament que preside Roger Torrent decidieran desoír al Constitucional, serían imputados por un delito de desobediencia y abocarían a Cataluña a unas nuevas elecciones bajo la aplicación del artículo 155.

Carles Puigdemont considera que la decisión del TC rechaza el «fraude de Ley» que pretendía el Gobierno de Rajoy. Sin embargo, la resolución del Constitucional prohibe que un fugitivo de la Justicia sea investido presidente de la Generalitat sin pisar el Parlament, a más de 1.300 kilómetros de distancia, algo que sí constituiría un «fraude de Ley».

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