Zasca de Aznar a la subida del impuesto de Sociedades de Rajoy

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El ex presidente José María Aznar, en una comida con empresarios valencianos.

El ex presidente del Gobierno y del PP José María Aznar ha criticado la subida del impuesto de Sociedades de Mariano Rajoy asegurando que «no es bueno que se asiente la creencia de que la única forma de reducir el déficit público consiste en subir los impuestos».

Aznar ha hecho estas afirmaciones durante su discurso, abierto a los medios de comunicación, en un almuerzo-coloquio con el pleno de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), su primer acto público tras renunciar el pasado 20 de diciembre a la presidencia de honor del PP.

El ex presidente advirtió sobre los «pactos a base de más compromiso de gasto, sin reformas de calado» y ha dicho que el principal desafío para la continuidad de la recuperación económica en España es la situación política interna. Ante unos 70 empresarios, siete de ellos mujeres, y sin hacer declaraciones a los periodistas, Aznar señaló que la actual fragmentación parlamentaria y un gobierno en minoría son poco propicios para las reformas, pero ha añadido que «estabilidad y reformas no son una opción, sino un imperativo».

En este sentido, advirtió sobre los «pactos a base de más compromiso de gasto, sin reformas de calado», y añadió que «todavía hay que cerrar el largo paréntesis electoral abierto en 2014». En su intervención, reconoció las «actuales limitaciones» de un gobierno en minoría, después de cuatro años de mayoría absoluta, por lo que ha apelado la «responsabilidad» de las fuerzas políticas para llegar a pactos. A su juicio, el dilema de este tiempo «no puede ser el de elegir entre acuerdos o reformas» porque «necesitamos las dos para ensanchar con urgencia la parte productiva de la sociedad española», comentó.

«Esta debe ser la respuesta estratégica a las tendencias de fondo que desequilibran nuestro modelo de bienestar. Por eso, me parece que no es bueno que se asiente la creencia de que la única forma de reducir el déficit público consiste en subir los impuestos ni que se vea el déficit público como elemento generador de crecimiento y empleo, y que se acuda a la deuda como un recurso indoloro para pagar el Estado del bienestar», subrayó.

Viabilidad futura del Estado de Bienestar

«Impuestos altos, déficit y deuda son lo contrario del círculo virtuoso en que la economía española debe anclar su crecimiento y, por tanto, el empleo y la viabilidad futura del Estado de bienestar», aseveró Aznar, para quien «la estabilidad presupuestaria y las reformas estructurales no son una opción sino un imperativo, si se quiere dejar atrás la crisis y participar con éxito en la economía global».

Por ello, argumentó que mantener déficits públicos elevados hace «vulnerables» porque supone «depender de políticas monetarias que es seguro que irán girando hasta ser menos favorables». Asimismo, apuntó que los niveles de endeudamiento elevados «restan crecimiento económico, detraen recursos de la economía productiva y crean una espiral de casi imposible salida» por lo que «relajar los esfuerzos por reducir los niveles de déficit público sería una decisión equivocada, tanto como aceptar la falsa dialéctica que contrapone rigor fiscal y crecimiento».

«El déficit público persistente en el tiempo no crea empleos y los empleos que no estén soportados por reformas económicas sino por déficit se irán con el ciclo económico y el déficit se quedará», afirmó.

Reforma fiscal integral

Para el que fuera presidente del Gobierno entre 1996 y 2004, España «debe acometer una reforma fiscal integral» que no tienen que estar cimentada en «subir o bajar este o aquel impuesto», sino que debe de «orientar el sistema tributario al crecimiento económico y a su potencial recaudatorio evitando las distorsiones que genera hoy».

Ha considerado que las empresas necesitan entornos «predecibles» en los que poder planificar a largo plazo y España necesita revisar los instrumentos del Estado del bienestar para hacerlo «más eficiente y viable», como «un gran acuerdo de solidaridad intergeneracional», pero también para contar con un modelo de bienestar «más eficaz a la hora de reducir los niveles de pobreza, que no nos debemos permitir». «El mundo está cambiando y no espera a nadie y aquellos países y aquellas empresas que no sean capaces de adaptarse a la nueva situación están condenados a la irrelevancia y al atraso», insistió Aznar.

Construcción de la Eurozona

Por otro lado, También ha hecho alusión a los cambios que se viven en Europa y, en este punto, urgió a «culminar la construcción de la eurozona como elemento fundamental de garantía del euro, frente a las turbulencias que seguro volverán en el futuro». Asimismo, ve necesario abordar reformas estructurales, así como hacer «plenamente efectiva» la integración del Mercado Interior para «superar las muchas rigideces que lastran las economías» y generar los entornos necesarios para que la innovación y el conocimiento sean «los motores de nuestro crecimiento y bienestar futuros».

Igualmente, abogó por dar una respuesta «conjunta», desde Europa, a los ataques permanentes a los valores y al modo de convivencia porque, a su juicio, Europa se ve «débil» y tiene ante sí «la gran incógnita sobre su posición ante el previsible cambio de la relación entre Estados Unidos y Rusia». «Seguramente, estamos en la antesala de transformaciones verdaderamente estructurales del orden internacional, las más importantes desde el final de la Guerra Fría y tenemos que asumir que, como europeos, vamos a tener que hacer un gran esfuerzo para asegurar nuestra posición en ese modelo internacional de nuevas relaciones de poder e influencia», zanjó Aznar.

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