A UNA SEMANA DE LAS ELECCIONES

La mayor muestra del 26J: suben PP y C’s pero todo dependerá de quien lidere el PSOE el día después

Rajoy, Sánchez y Rivera en el debate de las última campaña (Foto: Efe).
Rajoy, Sánchez y Rivera en el debate de las última campaña (Foto: Efe).

Seis meses y todo sigue igual… al menos en gobernabilidad. OKDIARIO publica este domingo el sondeo más completo de toda la prensa española: la media de todas las encuestas publicadas desde el pasado mes de marzo hasta este sábado, incluyendo las encargadas por los diferentes medios de comunicación y las del Centro de Investigaciones Sociológicas. Dicen los políticos que las encuestas son «sólo una foto fija de un momento concreto». Pues bien, las cifras que hoy publica este periódico son una película de los últimos cuatro meses elaborada por Porcentual y, por tanto, su volumen en datos y muestreo la hacen la más fiable de todas las publicadas. Y las cifras, más allá de ‘sorpassos’ y alzas en el apoyo a los dos partidos de centro derecha, deja como conclusión que los bloques continúan siendo los mismos: no se prevé que nadie sume dos a dos y la llave sigue necesitando una combinación de tres posiciones.

El muestreo utiliza decenas de encuestas de los últimos cuatro meses, ponderando así los picos informativos, la procedencia del encargo y los sesgos temporales. Demuestra, así, las verdaderas tendencias de intención de voto de los españoles.

Los datos anuncian un panorama dividido en cuatro, con el Partido Popular y Ciudadanos subiendo ligeramente en porcentajes respecto a sus resultados en los comicios del 20 de diciembre y Podemos aprovechándose de su coalición con Izquierda Unida para dar un gran salto hasta el segundo puesto. Pero las sumas son las mismas y, o la última semana nos sorprende con un efecto inesperado de arrastre por parte de alguna de las grandes formaciones o España se verá abocada a un verano de palabreo, reuniones, desencuentros e incertidumbre.

Gana Rajoy, pero crece poco

Mariano Rajoy parece haber logrado que cale en parte su mensaje de «concentración del voto moderado», pero en ningún caso tanto como desearía. Su formación sube ocho décimas desde el 20D: desde el 28,75% al 29,5%. La campaña del Partido Popular, centrada en mensajes positivos sobre su gestión y en la necesidad de que sus electores tradicionales desechen la alternativa naranja, ha logrado tapar las acusaciones insistentes de sus tres rivales de «haberse puesto de perfil» cuando el Rey Felipe VI quiso encomendarle la formación de Gobierno y frisa el 30%, ese punto no sólo psicológico, sino al que los expertos atribuyen la frontera efectiva para aspirar a un salto en la cosecha de escaños, según la Ley D’Hont.

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Mariano Rajoy. (Foto: EFE)

Precisamente es este modelo de atribución de asientos en el Congreso de los Diputados que rige en España, y la configuración por circunscripciones, lo que más beneficia a Unidos Podemos y daña a Ciudadanos en esta nueva cita electoral del 26J. A los primeros, porque su ‘sorpasso’ al PSOE, que todos los sondeos coinciden en dar por hecho, y la poca distancia con el primer partido, le permite hacerse con muchos escaños que antes perdían los de Pablo Iglesias y Alberto Garzón al ser tercera y quinta fuerza política. La atribución de actas en el Congreso con el sistema D’Hont por circunscripciones favorece esencialmente a las formaciones con un voto homogéneo en las dos primeras posiciones por todo el país. De ahí que su crecimiento de poco más de una décima (del 24,33% al 24, 45%) le pueda suponer un alza de más de 20 escaños.

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El candidato de Unidos Podemos a la Presidencia, Pablo Iglesias (c), junto al líder de IU, Alberto Garzón (i), y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (Foto: EFE)

Y es ese efecto arrastre en los restos lo que más perjudica al PSOE y a Ciudadanos. Los primeros no detienen la sangría de apoyos, iniciada tras la segunda legislatura de Zapatero, cuando cayeron desde los 169 escaños hasta los 110 que logró Rubalcaba en 2011, hasta ese momento el peor resultado del PSOE en más de 30 años de democracia, y finalmente a los 90 que únicamente logró Pedro Sánchez el pasado 20 de diciembre. Ahora, a pesar de que su porcentaje de apoyos se reduce únicamente en algo menos de un punto (del 22% al 21,1%), su descalabro en diputados puede ser cercano a las dos decenas.

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El candidato por el PSOE a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al Palacio Municipal de Congresos de Madrid. (Foto: EFE)

Y la paradoja definitiva es la de Ciudadanos, que crece en votos pero se prevé que caiga en escaños. El político mejor valorado en las últimas encuestas del CIS, Albert Rivera, es un líder sin pasado oscuro y que lleva las riendas de un partido que enarbola la bandera del «cambio sensato» y la «regeneración tranquila». Su formación de centro liberal y reformista  es homologable a otros grandes partidos europeos, como el del ex primer ministro belga Guy Verhofstadt –quien viajó a Madrid este miércoles para presentar a Rivera en un desayuno informativo del Forum Nueva Economía–, y los Liberal-Demócratas británicos del ex viceprimer ministro Nick Clegg, crece un punto porcentual (del 13,93% al 14,95%) pero todos los sondeos le dan una pérdida de uno a cinco diputados.

Decide el PSOE… ¿de Sánchez?

Así, las sumas son las mismas y la clave la seguirá teniendo el PSOE… ¿de Pedro Sánchez? Los barones, divididos, ya no saben a qué carta quedarse: si a la del actual líder o a la de una fuerza interna que enderece el partido y le insufle nuevas fuerzas. Su condición de previsible tercer partido en el Congreso impide a Pedro Sánchez llevar la iniciativa en los debates sobre la política de pactos: ni puede mostrarse proclive a un acuerdo con Unidos Podemos, pues en ese caso debería entrar en la disquisición de si lo haría como segundón, ni quiere apoyar al PP de Mariano Rajoy. En ambos casos, él pierde y su partido zozobra.

Pero si las encuestas están en lo cierto, y la media elaborada por Porcentual y que hoy publica OKDIARIO así lo apunta, será el PSOE quien acabe teniendo la responsabilidad de decidir si hay una gran coalición con el PP y Ciudadanos, si prefiere que gobierne el centro derecha en minoría gracias a su abstención en una sesión de unvestidura, o si finalmente se subsume en la coalición multipartita de izquierda radical, junto a Podemos, Izquierda Unida, En Marea, Compromís, En Comú Podem

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El candidato de Ciudadanos a la Presidencia de Gobierno, Albert Rivera (Foto: Efe)

En todo caso, el otro gran líder, Mariano Rajoy, tampoco tiene una posición muy cómoda. Sus aliados naturales tras la cita del 26J serían los de Albert Rivera, pero éste ya ha expresado claramente que no apoyará un Gobierno con Rajoy al frente. Y las voces internas del PSOE que abogan por «ir a la oposición» si no son «la fuerza más votada» –una quimera a una semana de las elecciones– ya han deslizado que la única opción de que permitan un Gobierno popular sería cobrarse la pieza mayor del actual presidente del Gobierno en funciones.

En definitiva, que la segunda parte de las elecciones del 20D que se convoca para este 26 de junio anticipa un panorama difícil. Pero una nueva hipótesis se abre: si nadie suma dos a dos y continúan las líneas rojas de unos y otros, puede que los partidos nacionalistas e independentistas acaben entrando en las ecuaciones. PNV, Convergència, Esquerra… formaciones denostadas por el PP y Ciudadanos y que se frotan las manos a la espera de que Pablo Iglesias sea el candidato con más posibilidades, dada su defensa de los referendos secesionistas «para las naciones catalana, vasca y gallega» –por mucho que quiera que se convoquen para perderlos–, pueden ser los grandes ganadores el lunes 27… y ¿España la perdedora? De la responsabilidad de los grandes partidos dependerá.

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