Los barones indignados con Sánchez porque quiere llevar el Congreso de julio a finales de septiembre

Sánchez Ley Concordia
Pedro Sánchez y Ximo Puig en una imagen de archivo.

Las fechas aprobadas por el PSOE para celebrar su Congreso dependen del calendario político nacional. Los socialistas acordaron en un Comité Federal que, una vez pasadas las elecciones del 26J, celebrarían dicho encuentro. Todavía en campaña, ya se palpa la máxima rivalidad entre el líder socialista, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, aunque ésta no haya anunciado todavía su candidatura. Sin embargo, y pese a estar en periodo electoral, ya hay indignación entre algunos líderes territoriales al enterarse de las intenciones de su candidato. Sánchez quiere retrasar, una vez más, la fecha del ‘cónclave’ socialista para finales de septiembre, alegando que no debe celebrarse hasta que haya un Ejecutivo estable.

Como señalan algunos barones, ello implica mantener a Sánchez al frente de las negociaciones para formar Gobierno y dejar en manos de la actual Ejecutiva el futuro del PSOE. Algo por lo que no todos están dispuestos a pasar, en concreto, si no consiguen la remontada frente a lo que indican las encuestas, que el ‘sorpasso’ puede ser una realidad. La propia Díaz se lo recuerda a Sánchez mitin tras mitin: «Sólo vale ganar». El Comité Federal aprobó el pasado 4 de abril por unanimidad el retraso del 39º Congreso sine die. Los barones enfadados señalan claramente que se aplazó hasta que pasaran las elecciones (finales de julio) y en Ferraz contestan que se retrasó hasta que hubiera gobierno estable (finales de septiembre). Dos momentos clave que podrían cambiar el rumbo del partido.

Sánchez plantará cara a Díaz aunque haya ‘sorpasso’

El sector crítico apunta que lo lógico sería celebrar el ‘cónclave’ una vez terminadas las elecciones y conociendo el resultado. De esta manera, la formación podrá hacer un análisis y «asumir responsabilidades» en caso de derrota (menos de 90 diputados) o que el famoso ‘sorpasso’ se produzca y Unidos Podemos ocupe el segundo lugar y los socialistas fueran terceros. De este modo, y como ya contó OKDIARIO, los barones críticos exigirán la cabeza de Sánchez y la creación de una gestora que lleve las riendas de las negociaciones para formar gobierno.

La formación podría cambiar de líder y rehacer de nuevo el PSOE, algo «hundido» tras conocer las últimas declaraciones de Sánchez. El candidato ya no esconde que sus bases están poco movilizadas y que cunde el desánimo entre los suyos. Sánchez admitió este martes, en un desayuno en Sevilla junto a Díaz, que el rival a batir será «la abstención» y no tanto el PP o Podemos. Un descontento que achaca al fracaso en las negociaciones para formar gobierno y llegar a un acuerdo con quien mayor sintonía ideológica había, el partido de Pablo Iglesias, que no pudo ser a causa del «trágala» en que lo convirtieron ambas formaciones.

«Sánchez atiende ahora a pocas llamadas de González»

Sin embargo, Sánchez no está dispuesto a tirar la toalla y ya comenta a los suyos que aunque quede tercero y Podemos dé el ‘sorpasso’ definitivo al PSOE, plantará cara a Díaz para revalidar su puesto al frente de la formación. Sánchez lanza así un desafío a Díaz anunciando que tras el 26J volverá a someter los posibles pactos de gobierno a una consulta a la militancia. Volverá a apoyarse en las bases y no en los barones, dando por hecho que será él quien pilote las negociaciones. Algo que no ha sentado nada bien entre muchos sectores críticos. Antes del acto, el candidato socialista había entrado en la radio para realizar una entrevista con el mismo mensaje: «Mi proyecto político va más allá del 26J».

Una verdadera lucha de titanes por la que ya han tomado partido hasta la ‘vieja guardia’ socialista aconsejando a Sánchez que si no supera el suelo que dejó (90 escaños) deberá echarse a un lado y dejar que otros reconduzcan al partido. «Pocas llamadas atiende ahora de Felipe González», señalan fuentes conocedoras a este medio. El candidato hace oídos sordos y se refugia en los suyos, su Ejecutiva y algún presidente territorial, como la de Madrid (Sara Hernández), Baleares (Francina Armengol), y Cataluña (Miquel Iceta). Las urnas hablarán.

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