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Sindicatos y empresarios esperan un dato desastroso de paro en marzo por la crisis del coronavirus

Sigue en directo la última hora del coronavirus y del estado de alarma en España

Los datos de empleo y paro registrado de marzo que se conocerán este jueves 2 de abril, según los empresarios y los sindicatos, serán desastrosos y muy preocupantes. Evidenciarán el impacto de la crisis del coronavirus con toda su crudeza, a pesar de que la peor parte se ha producido desde la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo. Es decir, que el arranque de mes ha podido maquillar algo la cifra definitiva.

Por ahora, se estima que hasta cinco millones de personas podrían verse sumergidas en un proceso de ERTE durante esta crisis sanitaria, aunque el Gobierno ha intentado evitar que el golpe sobre el mercado laboral sea mayor aprobando un permiso retribuido. ¿El problema? Que se carga a las empresa, muchas de ellas sin liquidez y sin ingresos, los costes de personal sin que se beneficiar de la paralización del pago de impuestos como ha ocurrido en más de una veintena de países.

Fuentes de UGT explican a OKDIARIO que «mañana será un día muy duro». Aunque confían que «una gran parte sea coyuntural», también detectan es que, a medio y largo plazo, cuando acabe el confinamiento el problema no pasará del todo, ya que «la recuperación y la alegría consumista y empleadora no van a ser tan rápidas».

Golpe a los servicios y la construcción

Los sindicatos están «preocupados por los colectivos más precarizados y sobre todo mujeres y jóvenes». Consideran que «el porcentaje de mujeres que van a engrosar el paro va a ser alucinante». Y que también va a haber un fuerte golpe «en sectores como servicios y construcción», especialmente entre los que trabajan con contratos de obra y servicio.

Desde el mundo empresarial, por su parte, están muy preocupados también por la paralización de la actividad, y por la falta de apoyo por parte del Ejecutivo. Piensan que las últimas medidas del Ejecutivo son demasiado gravosas para las compañías, que no están teniendo los mismos estímulos que disfruta el sector privado en otros países.