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Economía
Mercadona

Siempre que pongo este queso a mis invitados me preguntan de dónde es: nadie se cree que es de Mercadona

A veces un sólo producto de supermercado puede hacer que tu mesa se transforme por completo, especialmente en el caso de que tengas invitados como ahora en Navidad. En Mercadona lo saben bien, y por ello no dejan de sorprendernos con productos que tienen un sabor exquisito y a la vez sorprendente, y entre sus quesos hay uno precisamente que cumple con eso. El queso de Mercadona que arrasa, y por el que todo el mundo te va a preguntar.

Se trata en concreto, del queso curado mezcla con trufa Hacendado que se ha convertido en uno de esos pequeños secretos bien guardados para quienes disfrutan preparando un aperitivo con buena presencia, sin complicarse y sin disparar el presupuesto. Tiene ese punto elegante que muchos asocian a productos delicatessen, pero con un precio y una disponibilidad que lo hacen mucho más accesible. No es exagerado decir que, en una tabla de quesos, suele ser el primero que se acaba. Y no sólo por la trufa, sino por el equilibrio general del producto, algo que no siempre es fácil de encontrar en este tipo de referencias.

Siempre que pongo este queso de Mercadona a mis invitados me preguntan de dónde es

Este queso de Mercadona se presenta en una pieza de unos 260 gramos, con un precio de 5,81 euros, lo que ya lo sitúa como una opción interesante frente a otros quesos con trufa que duplican o triplican ese coste. Pero lo que realmente convence no es el precio, sino lo que ofrece al abrirlo.

Estamos ante un queso curado de mezcla, elaborado con leche cruda de vaca, oveja y cabra, una combinación que aporta complejidad y carácter. La curación le da firmeza y un sabor intenso, pero sin llegar a resultar agresivo. Es un queso que se deja comer, incluso para quienes no suelen ser muy de curados potentes.

La trufa aparece integrada en el interior, visible en pequeñas vetas oscuras que ya anticipan lo que viene después. No invade, no tapa el sabor del queso, sino que acompaña. Ese es uno de sus grandes aciertos.

La trufa, presente pero sin exceso

Uno de los errores más habituales en los quesos con trufa es pasarse. Demasiado aroma artificial, demasiado sabor añadido, hasta el punto de que el queso queda en segundo plano. Aquí no ocurre eso.

Este producto incorpora crema de trufa en una proporción moderada, con presencia real de Tuber aestivum, la trufa de verano. El resultado es un aroma elegante, reconocible, pero limpio. Al probarlo, primero llega el sabor del queso curado y, después, ese toque terroso y ligeramente aromático que aporta la trufa.

Es justo lo que hace que muchos invitados piensen que están ante un queso de tienda especializada. No resulta estridente ni cansino, algo fundamental cuando se sirve como aperitivo o para picar.

Por qué funciona tan bien cuando tienes invitados

Hay quesos que están buenos, pero que no lucen. Y otros que lucen, pero decepcionan al probarlos. Este consigue ambas cosas. Visualmente, queda muy bien cortado en cuñas o en dados. Las vetas de trufa le dan un aspecto atractivo y especial. En boca, convence tanto a los que buscan sabores intensos como a los que prefieren algo más equilibrado.

Además, es un queso agradecido. No necesita acompañamientos complicados. Con un buen pan, unos picos o incluso solo, cumple perfectamente. Si se quiere elevar un poco más, combina muy bien con frutos secos suaves o con una copa de vino tinto joven o crianza.

Ideal para tablas, aperitivos y caprichos personales

Aunque muchos lo descubren al preparar una tabla para visitas, también es un queso muy agradecido para el día a día. Un par de lonchas finas después de comer, un bocadillo sencillo o incluso rallado ligeramente sobre una pasta o un risotto rápido.

Al ser curado, tiene una buena conservación en frío y se mantiene en buen estado varios días una vez abierto, siempre que se guarde correctamente en la nevera, entre dos y ocho grados, como indica el propio envase.

Un producto que rompe prejuicios

Este queso es un buen ejemplo de cómo algunos productos de marca blanca han dado un salto notable en calidad. No se presenta como algo exclusivo ni pretende competir con grandes queserías artesanas, pero cumple con creces su función y, en muchos casos, sorprende.

Que esté elaborado en España, con leche de origen nacional, y que tenga una composición clara y bien definida también suma puntos para quienes miran con atención lo que compran. Por eso no resulta extraño que, cuando aparece en la mesa, genere conversación y muchos se sorprendan al descubrir que no es para nada un queso caro o un queso comprado en una tienda delicatessen, es sólo uno queso más en la oferta de Mercadona, pero sin duda, el más especial de todos y el que seguro que se agota de cara a la mesa de Navidad.