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El sector de transporte aéreo prevé pérdidas de más de 40.000 millones en 2021

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha empeorado sus previsiones de pérdidas del sector para este año, que ascienden hasta los 44.500 millones de euros, un 8,5% de lo previsto en abril. No obstante, para 2022 espera que las pérdidas se reduzcan hasta los 9.900 millones de euros. En 2020, las estimaciones netas de pérdidas alcanzan los 118.395 millones de euros. Sumando todo esto, se espera que las pérdidas totales del sector aéreo en 2020-2022 alcancen los 172.820 millones de euros.

La asociación del sector aéreo, que está celebrando estos días en Boston su 77 cumbre anual, espera que la demanda se sitúe en el 40% de los niveles de 2019 para 2021, aumentando al 61% en 2022. Además, espera que el número total de pasajeros alcance los 2.300 millones en 2021, cifra que aumentará a 3.400 millones en 2022, datos similares a los niveles de 2014 y significativamente inferiores a los 4.500 millones de viajeros de 2019.

Por otro lado, sí esperan que la demanda de carga aérea se mantenga fuerte, con una demanda en 2021 del 7,9% por encima de los niveles de 2019, que crecerá hasta el 13,2% por encima de los niveles de 2019 para 2022.

«La magnitud de la crisis del Covid-19 para las aerolíneas es enorme», ha señalado el consejero delegado de la IATA, Willie Walsh, añadiendo que, para sobrevivir, las aerolíneas «han recortado drásticamente sus costes y han adaptado su negocio a cualquier oportunidad disponible».

La IATA considera que el restablecimiento de la conectividad mundial y la industria aérea deberían ser «prioridades para los gobiernos», a pesar de que la aviación sea «resistente y tenga recursos», ha indicado Walsh, alegando que la «magnitud de esta crisis necesita soluciones que solo los gobiernos pueden aportar».

En este sentido, pide que se ponga fin a las restricciones del sector aéreo por la Covid-19, que son tremendamente incoherentes y están frenando la recuperación del transporte aéreo. «Las restricciones a los viajes dieron tiempo a los gobiernos para responder durante los primeros días de la pandemia», ha subrayado Walsh, añadiendo que «casi dos años después, esa lógica ya no existe».