Economía
Elecciones 2019

El sector del automóvil afronta posibles cierres de fábricas tras meses atacado por el Gobierno

En plena crisis económica, el Gobierno de Mariano Rajoy decidió apoyar al sector del automóvil en una acertada apuesta para impulsar el crecimiento de la economía española. Siete años después, con la desaceleración económica ya en marcha, el sector vive un momento difícil y sufre las secuelas de los mensajes del Ejecutivo de Sánchez.

En 2012, el sector del automóvil firmó un pacto no escrito con el Ejecutivo de Mariano Rajoy por el cual las fábricas en suelo nacional tendrían que ser uno de los puntales principales de la recuperación económica que se inició poco a poco con el Gobierno del Partido Popular tras la dramática situación en que quedó la economía española en 2011.

La reforma laboral y un pacto de flexibilidad con los sindicatos contribuyeron a que las factorías españolas ganaran en competitividad y las buenas noticias fueran sucediéndose en distintas plantas. Este ‘milagro del automóvil’ español queda sin embargo bastante lejos hoy, cuando España se enfrenta a unas nuevas Elecciones Generales 2019 con su sector automovilístico en una situación muy diferente a la de 2012.

Ahora, partidos como Podemos quieren derogar la reforma laboral y algunas plantas españolas ya no lanzan mensajes tan positivos. La llegada del Gobierno de Pedro Sánchez y las palabras de la ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera asegurando que el diésel «tiene los días contados» han dañado a una industria española que fabrica principalmente vehículos diésel y gasolina.

«Tenemos tiempo si no se legisla en su contra, como en Baleares. Las palabras del Gobierno sobre el diésel han creado confusión»

José Antonio Bueno, fundador de YGroup Partners y consultor especializado en automóvil, señala a OKDIARIO que «el futuro está complicado. Hasta ahora siempre ha habido capacidad de reaccionar y adaptarse a los cambios pero el cambio al coche eléctrico va a ser complejo. Este coche tiene menos piezas y eso hace que necesite menos horas de trabajo que con coches de combustión interna. Si unimos a eso que los centros de decisión están fuera de España, parece que el futuro puede ser problemático para el país».

Bueno tiene claro que «si sobran fábricas, alguna fábrica española será candidata a cierre, aunque si no nos volvemos locos hay tiempo. No sólo hay que fabricar el coche eléctrico sino comprarlo, y hay que tener en cuenta que el desarrollo en España será lento porque somos un país más pobre que la media europea. Tenemos tiempo si no se legisla en su contra, como se ha hecho en Baleares».

La cara y la cruz en Barcelona

OKDIARIO ha viajado a Barcelona para entrevistarse con las dos factorías de automóviles que tiene la provincia, que son además la cara y la cruz de la industria ahora mismo. Un Nissan que ha anunciado este viernes un ERE para deshacerse de 600 empleados de sus más de 3.000 trabajadores. Una factoría del constructor japones que según la empresa está al 30% de su capacidad y según los sindicatos próximo al 50%. Por otra parte, una planta de Martorell en Seat, la mayor de toda España, donde se está muy cerca de su plena capacidad, aunque aquí tampoco hay ningún vehículo eléctrico en el horizonte que garantice que la situación de bonanza que se vive ahora mismo se vaya a poder mantener.

Desde Nissan se asegura que la planta «no va a cerrar» pero también que no es competitiva con su estructura actual

Aunque Serafí del Arco, responsable de Comunicación de Nissan, tiene claro que la fábrica «no va a cerrar», no es tan seguro cuál será su futuro. «Ahora mismo la fábrica de Barcelona no es competitiva ni sostenible, y sin estas dos cosas no podremos optar a nuevas adjudicaciones de vehículos en el futuro. Actualmente la planta de Nissan, según Del Arco, «no se ha ajustado a la caída de la demanda porque sigue teniendo los mismo empleados que tenía cuando producía un 50% más».

Por su parte, desde Seat, que pertenece al grupo alemán Volkswagen, se ha tomado la decisión de construir los coches eléctricos en Alemania «para minimizar los costes de operación, pero en próximas generaciones Martorell es una fábrica completamente competitiva», asegura su director de Estrategia Josep Maria Recasens.

«El Gobierno tiene que reflexionar»

«La transformación eléctrica en España es más importante si cabe que en otros sitios teniendo en cuenta la importancia del automóvil y el Gobierno tiene que reflexionar» sobre como ayudar a la industria, cree Recasens.

«Es un cuello de botella y hay que arreglar el hecho de que en España no haya fábricas de baterías y hay que ir fuera a comprarlas»

Del Arco asegura también que «a nivel más macro necesitamos hacer un gran pacto de Estado que tenga claro donde queremos que esté el sector del automóvil en unos años. Si a nivel de país apostamos por la electrificación necesitamos infraestructuras para que los clientes puedan comprar vehículos y tenerlos donde recargar, y luego a nivel del sector lo que necesitamos en España y no hay es fabricantes de baterías. Es un cuello de botella y lo será más a largo plazo que no haya fabricantes de baterías en España».

Al pedirle su carta a los políticos, «lo que tienen que tener es un mensaje homogéneo para no generar incertidumbre a los clientes», algo que durante estos meses de gobierno de Pedro Sánchez no se ha producido.

Si el sector del autómovil estornuda, el resfriado puede llegar a muchas otras compañías, por ejemplo a la propia Zona Franca, el polígono industrial que nació exclusivamente para el sector del automóvil. Lo asegura Anton Ferré, el secretario general del Consorci de la Zona Franca: «En el polígono industrial hoy contamos con 11 empresas del sector de la automoción, con marcas tan significativas como Seat,Nissan, Renault Trucks o Talleres Autolica. El sector del automóvil sigue siendo muy importante aquí, ocupando el 33,8% de la superficie comercial».