Economía
Laboral

En qué consiste el contrato único

En la actualidad, existen una gran variedad de contratos que dificultan la gestión en materia laboral. Cada uno de ellos, además, incorpora condiciones distintas que generan una cierta inseguridad en las partes contratantes.

En la actualidad, existen una gran variedad de contratos que dificultan la gestión en materia laboral. Cada uno de ellos, además, incorpora condiciones distintas que generan una cierta inseguridad en las partes contratantes.

Uno de los principales objetivos que se persiguen es acabar con la alta tasa de temporalidad. Para solucionar este problema sería necesario realizar cambios estructurales en el modelo productivo: apostar por sectores de alto valor añadido que faciliten una contratación de más calidad y a largo plazo y dejar de lado un modelo basado excesivamente en el sector servicios, que sufre de alta estacionalidad. Aunque la tasa de paro existente es alta, encontramos empresas que no encuentran los profesionales que buscan. Esta contradicción precisaría de cambios en el ámbito de la formación.

¿Qué es el contrato único?

Todos los puntos anteriormente comentados precisan de una implementación y un trabajo que no tienen un resultado inmediato. Hasta entonces, por lo tanto, es necesario encontrar otras medidas. Una de las propuestas al respecto es el contrato único. Se trata de simplificar todos los modelos actuales a un contrato que estipule una indemnización por despido que iría en aumento de acuerdo con el tiempo que se trabajara en la empresa. Así, se buscaría acabar con el problema de la dualidad comentado en el punto anterior.

¿Qué comentan los críticos y favorables al contrato único?

Los favorables a este cambio aseguran que sería una forma de acabar con la diferencia existente entre temporales e indefinidos que facilitaría la contratación. En la actualidad, en contratos como los de obra y servicio, por ejemplo, no es necesario pagar indemnización en caso de despido. Del mismo modo, durante los periodos de prueba en los indefinidos, también es posible despedir sin indemnizar. Además, comentan, será menos costoso para la empresa adaptarse a los cambios que exige el mercado, porque podrán sustituirse a menor coste aquellos profesionales con un bajo rendimiento que, por antigüedad o modalidad contractual, es actualmente muy caro despedir.

Por otro lado, sus detractores recelan de su aplicación. Aseguran que, los favorables a ello, buscan sobre todo conseguir una facilitación en el despido para sacarse de encima a aquellos trabajadores que ahora mismo les causan un coste superior porque llevan más tiempo en la compañía. Lo entienden como un retroceso en derechos que tampoco beneficiará a los actuales temporales, porque la indemnización por despido durante los primeros meses también sería muy reducida.