La Probeta, el bar madrileño que crea las bebidas del futuro

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Probetas, matraces de Erlenmeyer, vasos de precipitados… Clásico material que encontraría cualquiera en un laboratorio. Sin embargo, estos objetos tan particulares no sólo sirven para experimentar con líquidos químicos, ahora también esconden la versión 2.0 de vinos, sidras y vermuts. La Probeta, el laboratorio de innovación de Tita Rivera, es el local situado en pleno corazón de Madrid donde los consumidores ‘deciden’ qué bebida sale al mercado.

A efectos prácticos, es un establecimiento hostelero ‘de toda la vida’. Pero, detrás de este local hay mucho más: en su carta, hay una pequeña selección de bebidas que va cambiando paulatinamente al compás de los ensayos que se hacen en Chantada, un pequeño pueblo de Lugo. En este laboratorio, prueban durante el año más de 100 ingredientes y hacen 700 ensayos de sabores, formulaciones y aromas.

De probeta en probeta, salen 250 prototipos de bebidas. Sin embargo, sólo 60 salen al mercado. Para que los consumidores ‘caten’ las muestras que se quedan en el laboratorio gallego, Custom Drinks, la compañía perteneciente a la Corporación Hijos de Rivera, ha creado este local en la capital. Entre sus cuatro paredes, los clientes prueban para después dar su feedback mediante una pequeña encuesta.

 

Desde vino azul hasta un ‘mojiño’

La carta de hoy puede no existir mañana. Es uno de los puntos que más seduce a los consumidores: la oferta es dinámica y a día de hoy, hay diez productos que en unos meses pueden rotar. La decisión de variar los productos siempre depende de los consumidores, que evalúan los productos y el servicio.

Todas comparten un denominador común: son una versión 2.0 de bebidas clásicas. En los viñedos, el vino azul de uva blanca rompe con la clásica tradición de los tintos y blancos bajo el nombre Blue Moon;  la sangría de vino blanco poco tiene que ver con lo que imaginan, ya que lleva un toque de yuzu, un aromático cítrico de Asia que recuerda a un híbrido entre mandarina y limón; el color rosa también cobra protagonismo con el vino de fresa Pinky Moon y, su vermut es una versión de un ‘vino vermutizado’

Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se prevé un aumento del 5% interanual de la producción de manzana para sidra, más de 80.000 toneladas. En consonancia, la apuesta del grupo por la sidra es fuerte. Dark Secret da nombre al cóctel elaborado con sidra y ron; Lemon Cider es la fusión entre sidra y limón; la fruta sigue presente y la siguiente variedad es la Sidra de Piña & Pera.

Las bebidas espirituosas también tienen hueco en este local. El mojiño es su joya de la corona: la versión de este cóctel se inspira en Galicia, ya que aparece en escena el licor de hierbas gallego.

Miña terra galega sigue presente con el refresco de manzana gallega, el único producto sin alcohol, que te lleva de viaje a los campos verdes del norte.

Y, por último, también hay sitio para la cerveza. Esta vez, con piña colada o al estilo ‘Kriek’.

“Todo esto es la punta del iceberg de algo que es mucho más grande: recoge la filosofía de innovación y de constante movimiento de la compañía para desarrollar nuevas bebidas y explorar nuevos mercados. La Probeta es una oportunidad que tiene nuestra organización para llevar estos prototipos a los consumidores y para que conozcamos su opinión y creemos las bebidas del futuro”, explica Adán Veiga, Director de Explotación de Custom Drinks.

El objetivo, entre probetas, es desmitificar la figura del químico en las bebidas. La composición de los productos es compleja, pero sin que la esencia desaparezca.

Sus productos llegan a más de 47 países diferentes. Entre ellos, España, Oriente, China, Filipinas, toda Europa y algunos rincones de África. En La Probeta, se guardan las muestras de lo que un día puede llegar a la barra de un bar de cualquier lugar del mundo.

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