Economía
¡Es el mercado, amigo!

¿El PP tiene algún criterio en economía? Casado, tenemos un problema

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Partido Popular tiene un lío interno muy preocupante en cuestiones económicas. Mientras en Madrid hace bandera del liberalismo, incluyendo unos impuestos bajos (como ha demostrado, por ejemplo, con su oposición furibunda al ‘impuestazo’ que el Gobierno quiere poner a Madrid… o no), a nivel nacional tiene una postura directamente antiliberal, que ha evidenciado en una asombrosa crítica de Elvira Rodríguez a la aprobación de la opa sobre NaturgyPablo Casado tiene un serio problema, que viene de lejos, y que no le vendría mal solucionar si de verdad quiere ser alternativa de Gobierno.

En el mundillo económico no salen de su asombro con la salida de pata de banco de Rodríguez. Parece que se sintió obligada a criticar al Gobierno tras aprobar la oferta del australiano IFM; y, pese a ser una gran jugadora de mus, le falló la astucia no se le ocurrió nada mejor que decir que «para España esta operación sólo puede conllevar riesgos de pérdida de control en un sector estratégico» y que «no se puede presentar, como pretenden, como una apuesta por España de capital extranjero, pues es una mera operación financiera: dinero por acciones y no va a generar ni crecimiento ni más empleo. ¿Realmente merece la pena?».

Elvira Rodríguez. (Foto: GPP)

Dejando de lado que una opa es eso, una operación financiera que ofrece dinero a cambio de acciones, la crítica es profundamente nacionalista y antiliberal. ¿Que las eléctricas, o cualquier otra empresa, tengan accionistas extranjeros conlleva que España pierde el control? ¿Y quién es España? Será más bien el Gobierno, ¿no? Porque estamos hablando de una empresa privada que va a seguir siendo privada, salga o no salga la opa, y que ya tiene otros accionistas extranjeros en su capital, entre ellos el ahora famosísismo fondo CVC. Si llevamos la lógica al extremo, todo el Ibex -y no solo del Ibex, El Corte Inglés tiene a Qatar en su capital- tendrían que prescindir de sus principales accionistas.

Criticar lo poco bueno y callar ante lo mucho malo

Con este comentario, Rodríguez coincidió en sus argumentos no solo con Vox -donde el nacionalismo económico ha acabado con sus intenciones liberales iniciales-, sino también con Podemos, que sostiene que «perdemos soberanía. Nuestro objetivo como Estado debe ser garantizar derechos por encima de cualquier interés económico de una empresa extranjera». Por supuesto, ellos defienden el estatismo y, a ser posible, la nacionalización de las eléctricas (y de todas las empresas hasta llegar al paraíso comunista). Lo de que están en el mismo Gobierno que ha aprobado la opa, lo dejamos para otro día.

No siempre hay que criticar al Gobierno por todo lo que hace; si ya hace bastantes cosas mal como para tener que forzarlo. En el caso de Naturgy, Pedro Sánchez no tenía otro remedio que autorizarla porque, se lo contrario, lanzaría un mensaje nefasto a los inversores extranjeros cuando necesitamos desesperadamente su dinero (no todo se arregla con los fondos europeos). Y si no hay más remedio que criticar, se pueden buscar argumentos con un poquito de más peso, como la vergonzosa tardanza en tomar la decisión o que el Ejecutivo haya aprovechado para obligar a la compañía a invertir en su transición ecológica.

Francisco Reynés, presidente de Naturgy.

Y hablando de criticar. ¿Alguien ha oído alguna propuesta del PP ante decisiones gubernamentales de mucha más enjundia? ¿Ha dicho algo sobre los fondos europeos? ¿O sobre el precio de la luz? ¿O sobre el déficit y la deuda públicos disparados? ¿O sobre la parálisis de los rescates de la SEPI y el escándalo de su presidencia?¿O sobre la absorción de Bankia sin opa, sin proceso competitivo y saltándose las normas europeas y del FROB? Y solo se han subido al carro del rescate de Plus Ultra cuando han visto el escándalo mediático.

¿Cuál es el programa económico del PP?

El área económica del PP parece la casa de tócame Roque: no hace más que dar bandazos, calla cuando debería hablar, habla cuando debería callar y, lo más preocupante, no tiene ningún tipo de criterio ni de programa. ¿Qué va a hacer Casado con la economía si gana las elecciones? Nadie lo sabe.

La propia decisión de rescatar a la jubilada Elvira Rodríguez, que se dedicaba a «pasear a su nieta», expresidenta de la CNMV (con conocimientos de los mercados bastante escasos, aunque eso ha sido la norma en ese puesto hasta hace unos años), al frente del área económica no se la explica nadie, y así les va. ¿De verdad que el principal partido de centroderecha no tiene banquillo para poner a alguien potente en ese puesto, capaz de elaborar un verdadero programa económico? Si tampoco es tan difícil, si Sánchez se lo está poniendo en bandeja con sus inacabables disparates.

Cristobal Montoro (2i), junto al exsecretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, Alberto Nadal (d), y Alvaro Nadal (i). (Foto: EFE)

En esta tesitura, dentro del partido hay todo tipo de rumores sobre quién podría sustituir a Rodríguez. Se habla del regreso de los hermanos Nadal, Álvaro y Alberto, que dejaron buen sabor de boca en su paso por el Gobierno de Rajoy; de Daniel Lacalle tras la fallida experiencia en Madrid; de Luis Garicano (aunque parece más interesado él en que le fichen que Casado en ficharle)… Y tampoco pasaría nada por dar paso a savia nueva. Tiene que haber economistas y empresarios de prestigio dispuestos a entrar en política, o incluso que estén ya en las propias filas del partido, ahora que el viento de las encuestas sopla a favor.

«¡Es la economía, estúpido!» fue el eslógan con el que Bill Clinton derrotó a George Bush padre. Y sigue siendo la clave para ganar las elecciones en cualquier país. Y tal como está la nuestra después de la pandemia y de las medidas (más bien la falta de ellas) del Gobierno para paliar la crisis, al PP se las están poniendo como a Felipe II. Pero parece empeñado en desaprovechar esta ocasión de oro.