Pallete quiere blindar el consejo de Telefónica para acallar el «ruido de sables”
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, está preparando una reorganización de su consejo de administración ante la falta de confianza de algunos de los miembros en la capacidad del sustituto de César Alierta para afrontar los retos a los que se enfrenta el sector. Los cambios se producirán en mayo.
Según han confirmado varias fuentes internas de la compañía a OKDIARIO, en la actualidad existe un “ruido de sables” en el seno del consejo de administración de Telefónica y algunos de los máximos responsables de Telefónica ponen en duda la eficacia de la gestión de Álvarez-Pallete. “Las decisiones del presidente están siendo contestadas por varios consejeros que en el ámbito privado comentan que le puede quedar grande el cargo”, señalan.
Fuentes oficiales de Telefónica han señalado a este periódico que en la cúpula de Telefónica no hay nerviosismo en absoluto, sino «tranquilidad». Además, recuerdan que habrá un consejo en abril, en el que, insiste, también habrá mucha calma.
Otras fuentes van incluso más allá e indican que Álvarez-Pallete es consciente de que dentro del propio consejo de la compañía hay quien ve peligrar su puesto por su cercanía con el presidente y, ante esa amenaza, “le animan a introducir cambios que serían refrendados en la próxima Junta General de Accionistas que se celebrará el próximo mes de mayo, para evitar que le hagan la cama”.
Sin embargo, no todo son críticas, ya que los expertos consultados por OKDIARIO advierten del buen trabajo que está realizando Álvarez-Pallete al frente de Telefónica: ha reducido deuda, ha digitalizado más la compañía y, sobre todo, ha presentado unos resultados mejores de lo esperado.
Telefónica obtuvo un beneficio neto de 2.369 millones de euros en el ejercicio 2016, lo que supone un 3,8 veces más que los 616 millones de euros que ganó en 2015 por factores no recurrentes, fundamentalmente un impacto de 1.290 millones de euros en el cuarto trimestre derivado de gastos de reestructuración, informa la compañía, que ha reducido un 1,2% su deuda en el último ejercicio.
De hecho la cotización de los títulos del grupo español ha subido un 18% en lo que va de año, y su precio objetivo ya le otorga un potencial de crecimiento de casi un 10% más. En cuanto a recomendaciones, de las treinta casas de análisis que siguen al valor según el consenso de Bloomberg, la mitad recomiendan su compra y la otra mitad mantener, siendo apenas dos las que optan por vender títulos de Telefónica.
Sin embargo esto no evita que en las últimas semanas estén surgiendo rumores que apuntan incluso a que existe una parte del consejo que estaría buscando otras opciones para sentarse en el sillón de la presidencia de Telefónica. La difícil situación financiera de la compañía ha provocado que las agencias de calificación sitúen al grupo español cerca del bono basura (fuera del investment grade) lo que sería un duro revés para Telefónica,
Todas las miradas están puestas en la deuda del gigante español. El elevado pasivo es una losa que debe ser retirada mediante nuevas desinversiones, como la venta de una parte significativa de su filial británica O2 y la reducción de autocartera (acciones propias que tiene la empresa en balance), entre otras medidas. La reciente operación de venta al fondo norteamericano KKR del 40% de Telxius por 1.275 millones de euros no es suficiente para calmar al mercado.
Las cifras son escalofriantes: la deuda financiera bruta se ha situado en los 60.361 millones de euros al cierre del pasado año, aunque en términos netos el volumen neto es de 48.595 millones de euros, lo que equivale casi a todo el valor que tiene la compañía en Bolsa, con una capitalización que roza los 50.200 millones de euros. Los gastos financieros netos de Telefónica han sido de 2.219 millones de euros entre enero y diciembre de 2016 que, aunque suponen una reducción de casi el 15% anual, todavía exigen nuevos ajustes.
De hecho, la operadora está inmersa en otro proceso de reducción de plantilla que afectará a unos 2.000 empleados. El nuevo plan de bajas que acaba de arrancar está destinado a las áreas globales del grupo, es decir, el núcleo corporativo, Telefónica I+D, etc.
A este plan de ajuste laboral se suma el actual programa en la parte corporativa, en Telefónica S.A., y otro en Telefónica España, en el negocio que preside Luis Miguel Gil Pérez, y que es el conocido como PSI, que comenzó en 2016 y que se prolongará durante 2017 y 2018, y que va dirigido a los mayores de 53 años, con un 68% del sueldo. Está en curso, pactado con los sindicatos, y es voluntario.
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