Economía

Las negociaciones entre Uniqlo y El Jardín de Serrano de Madrid se truncan por el precio del alquiler

Las negociaciones entre Uniqlo y la compañía propietaria de la madrileña galería de El Jardín de Serrano se han roto porque no llegan a un acuerdo sobre la cuota del arrendamiento anual. Un desencuentro con la firma inmobiliaria Hermanos Revilla que retrasa aún más la llegada de la textil nipona a Madrid. “Ni encuentra el local prime en la Milla de Oro que se adapte a sus necesidades ni quiere pagar lo que marca el mercado inmobiliario de Madrid”, explican a OKDIARIO fuentes del sector.

De momento, la compañía textil de Fast Retailing (matriz de Uniqlo) la tercera más potente del sector tras Inditex y H&M, no llegará a Madrid, al menos de momento. Los seguidores castizos de los famosos plumas ultraligeros de la cadena de moda tendrán que conformarse con comprar online o viajar a Barcelona donde Uniqlo ya tiene dos puntos de venta: Paseo de Gracia y Avenida Diagonal.

Uniqlo no llega a Madrid, comentan fuentes del sector a este periódico, porque la negociación con la compañía Hermanos Revilla, especializada en la adquisición de edificios y locales en las zonas nobles de la ciudad madrileña y propietario de El Jardín de Serrano, no ha cuajado “porque no quieren pagar lo que cuesta”. La nipona textil, según Modaes, había firmado un preacuerdo con la empresa española para instalarse en la galería comercial y abrir en el año 2020 por un alquiler anual de alrededor de 2,5 millones de euros.

Según ha podido saber OKDIARIO, las conversaciones entre ambas partes se han enfriado porque “sencillamente Uniqlo no pagar la cantidad que el mercado inmobiliario marca”. Es más, añade, “quiere entrar en pleno centro de Madrid de una manera económica y eso no es posible”.

Este precontrato para instalarse en El Jardín de Serrano, según el portal especializado en empresas textiles, contempla la transformación de la galería en un solo local para adaptarse a los requisitos de Uniqlo. Sería, desde luego, un lugar privilegiado en pleno Barrio de Salamanca y muy cerca de la flagshit store (buque insignia de Inditex) de Zara. Además, añaden, los contratos de arrendamiento actuales expiran en 2019, por ello (si el acuerdo hispano-japonés saliera adelante, marcas como Aristocrazy, Lottusse, Bang & Olufsen o Mallorca tendrían que buscar nuevas ubicaciones comerciales.

Desde la compañía Hermanos Sevilla no han confirmado las negociaciones y desde Uniqlo, si nos remitimos a explicaciones anteriores, señalan que anunciarán “a su debido tiempo, cuando hayamos encontrado el lugar y momento adecuados”.

Desde Isem Fashion Business School, el profesor Luís Lara, explica a OKDIARIO que “las primeras tiendas son fundamentales a la hora de fijar la imagen del cliente en una ciudad o un país, pues Uniqlo tiene una estética muy concreta y minimalista”. Con respecto a esta timidez de Uniqlo para llegar con garbo al mercado madrileño por un motivo económico, fuentes cercanas al sector textil que prefieren quedar en el anonimato, creen que “se trata de una estrategia errónea porque no deberían buscar un emplazamiento sin escatimar en el coste del arrendamiento”.

Los expertos concluyen que se trata de una compañía con una marca muy atrayente, sin embargo, creen que deben plantear bien la estrategia de retail tanto en España como en Europa. Un mercado, señalan, en el que aún la marca Uniqlo no se reconoce a golpe de vista entre el público del Viejo Continente.

La matriz de Uniqlo, Fast Retailing, ganó en el pasado ejercicio fiscal (septiembre 2016 – agosto 2017) 899 millones de euros, el doble que el año precedente. Facturó casi 14.000 millones de euros por sus ventas, un 4% más que el mismo periodo de un año antes. Unas ventas se incrementaron en China, el sudeste asiático y Oceanía, mientras que descendieron en Europa.

La firma Hermanos Revilla está especializada en la adquisición de edificios en las zonas financieras madrileñas y su posterior explotación. El principal accionista de la inmobiliaria es Planigesa con el 51% del capital, una sociedad controlada por los hermanos Antonio, Carmen y Margarita Revilla.