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Multa de hasta 150.000 € por sacar efectivo del cajero: el aviso de Hacienda que casi nadie conoce

Sacar dinero del cajero es algo que hacemos prácticamente a diario, o cada vez que es necesario y sin casi pensarlo. Sin embargo, lo que muchos no saben es que esta operación tan habitual puede tener consecuencias gravísimas si no se hace de manera correcta. La Agencia Tributaria ha endurecido en los últimos tiempos los controles sobre el efectivo, llegando incluso a imponer sanciones que pueden alcanzar los 150.000 euros. No es algo que debamos pensar que se corresponde sólo a los grandes defaudradores. Cualquiera de nosotros puede meterse en un lío si saca una cantidad elevada de dinero y no tiene cómo justificarlo.

Desde hace unos meses, retirar efectivo de una entidad bancaria, especialmente en grandes cantidades o de forma repetida, ha quedado bajo la lupa de Hacienda. Las autoridades fiscales han impuesto a los bancos la obligación de informar automáticamente de ciertas operaciones, pero también observan patrones sospechosos en extracciones de importes menores. Por eso, más allá de la cantidad, lo que realmente importa es la frecuencia y la falta de documentación que explique de dónde procede el dinero o para qué se utiliza. El problema de fondo es claro: el efectivo dificulta el rastro de las operaciones y abre la puerta al fraude fiscal y al blanqueo de capitales. Así, las medidas de control se han vuelto más estrictas, afectando tanto a grandes empresarios como al ciudadano de a pie. Si desconocías estas normas, no te preocupes: a continuación te explicamos todo lo que debes saber para evitar problemas y multas desorbitadas.

Multa de hasta 150.000 € por sacar efectivo del cajero

Puede que pienses que solo los movimientos millonarios llaman la atención de Hacienda, pero la realidad es muy distinta. Desde hace meses, los bancos tienen la obligación de notificar automáticamente a la Agencia Tributaria cualquier ingreso o retirada que supere los 3.000 euros. Pero eso no es todo: las operaciones repetidas de importes más pequeños, como sacar 800 o 900 euros con frecuencia, también despiertan sospechas.

La clave está en los patrones. No pasará nada por una retirada puntual de 900 euro, pero si cada semana realizas extracciones similares sin poder justificarlo documentalmente, Hacienda podría interpretar que estás tratando de ocultar ingresos o esquivar el control fiscal. En ese caso, podrías enfrentarte a una investigación y, lo que es peor, a sanciones importantes si no puedes demostrar el origen y la finalidad del dinero.

Cómo funcionan las multas y porqué se aplican

Las sanciones no son una simple advertencia: pueden llegar a cifras realmente elevadas. La ley clasifica las infracciones en tres niveles. Una infracción leve puede suponer una multa de hasta 3.000 euros. Si la infracción se considera grave, el importe de la sanción puede alcanzar el 100% del dinero no justificado. Y en los casos más extremos, considerados como muy graves (por ocultamiento o falsedad documental), la multa puede llegar al 150% del dinero manejado, hasta un máximo de 150.000 euros.

Para entenderlo mejor: si sacas 100.000 euros de tu cuenta y no puedes justificar su uso, podrías enfrentarte a una multa de 150.000 euros. Además, si el importe supera los 120.000 euros anuales, podrías entrar en terreno penal, con consecuencias todavía más graves. Por eso, más que nunca, es fundamental actuar con transparencia y dejar constancia documental de cualquier movimiento de efectivo importante.

Los movimientos que más alerta generan

Aunque las retiradas de efectivo grandes o repetidas son las principales operaciones bajo vigilancia, no son las únicas. Hacienda también presta especial atención a los pagos en billetes de 500 euros, a los préstamos en metálico superiores a 6.000 euros, y a las transferencias o giros en efectivo de más de 100.000 euros, que deben declararse mediante el formulario S1. En definitiva, cualquier operación fuera de los cauces habituales bancarios (transferencias, pagos electrónicos) es susceptible de levantar sospechas.

Por tanto, si vas a mover efectivo en alguna de estas circunstancias, es imprescindible hacerlo con el máximo cuidado, informándote bien y dejando todo documentado. Un simple descuido puede salirte carísimo.

Lo mejor es que justifiquemos siempre el ingreso de dinero, y ahora también la retirada. Y en el caso de querer asegurarte, o de querer mover grandes cantidades, lo mejor es acudir a asesor fiscal ya que este, puede ahorrarte más de un quebradero de cabeza. Un profesional te orientará sobre cómo actuar en cada caso, cómo documentar tus movimientos de efectivo y cómo cumplir todas las obligaciones tributarias.

En momentos como los actuales, donde el control sobre el dinero en metálico es cada vez más estricto, contar con asesoramiento especializado es una garantía de tranquilidad. Además, los asesores fiscales te ayudarán a organizar tu economía de forma más eficiente, minimizando riesgos y evitando sorpresas desagradables.

Aunque pueda parecer que se persigue a los ciudadanos, la Agencia Tributaria pretende con estos controles, reducir las posibilidades de que se utilice el dinero en metálico para actividades ilícitas. Sin embargo, esta política afecta a todos por igual: grandes defraudadores y ciudadanos comunes que, sin saberlo, podrían estar cometiendo infracciones.