Economía
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Mr. Market: ¡Genios identitarios!

“Se paga un precio muy alto por un consenso alegre. No será la economía la que dejará fuera de juego a los inversores, sino los propios inversores. La incertidumbre es el amigo fiel del que compra acciones a largo plazo.” Warren Buffett

La verdad es balance. No obstante, lo contrario de la verdad, que es desequilibrio, puede no ser una mentira. Al fin y al cabo, grandes desniveles en el espíritu, crean el desequilibrio propicio al genio, ¿no les parece? Genio, aquel que ni una inteligencia sublime, ni una gran imaginación, ni las dos cosas juntas forman le forman; sino el amor, eso es el alma del genio para mí.

Esa que le diferencia de los intelectuales, esos resuelven los problemas; los genios, los evitan. Y los esquizofrénicos del mercado se creen apoderar del mismo como en 2022 al amparo de lo que en Blackbird denominamos: ¡el estallido de la burbuja sin razón! Tesla, disrupción, criptoactivos y renta fija. Las cuales han tenido su continuidad con la ruptura del sistema bancario provocada por la subida de los tipos de interés. Este hecho ha causado un rebrote de ligera volatilidad, causando un histriónico mercado que poco tiene que ver con su propia volatilidad.

Nos acercamos al tan temido mes de mayo, aquel que dicta la norma de la pauta estacional del dichoso “sell in may and go away”, una pauta mediocre que suele alimentar al mercado de fábulas con el fin de pretender anticiparse al caos y al miedo que suele provocar la incertidumbre de no tener ni idea de lo que un Trader de verdad está haciendo. La realidad es que haciendo 4 números uno puede darse cuenta de que a veces las pautas se cumplen ni que sea por azar. Pero si hacemos números de lo que ha supuesto esta norma en el SP500 en todo el siglo XXI uno enseguida se da cuenta que es absolutamente inservible.

De hecho, si hubiéramos comprado el año pasado en mayo y vendido el día de Halloween (lo contrario de la norma) habríamos tenido un resultado positivo de un 2% en contraposición del -22% con el que los inversores tumbaron al SP500. Lo mismo podríamos decir de un alcista 2.021 queridos míos, que recompensó a los inversores a largo plazo con un 10% añadido en el periodo maldito de mayo a septiembre, lastrando la rentabilidad de un 26% de revalorización a un mero 16%. Como ven, a veces lo mejor es no hacer nada, puesto que el principal enemigo de un operador de bolsa no es la volatilidad, sino no saber lo qué está haciendo.

Este ejemplo nos ilustra sobre cómo el sentido común debe imponerse normalmente al histrionismo de Mr. Market, puesto que las decisiones que debemos plantear en el mercado siempre deben partir de la gestión del riesgo y buscando el propósito de la tendencia, o bien del largo plazo. Es cierto que la volatilidad suele generarnos dolor y que muchas veces la incertidumbre hace que se entiendan los movimientos del mercado en el corto plazo, pero no hay ninguna mente exitosa en los mercados que haya llegado a afirmar con rotundidad que el corto plazo es manejable e intuitivo. A corto plazo, sólo existe la disciplina férrea e indiscutiblemente de que el dinero bursátil se encuentra en el largo plazo mes amis.

Y en cierto modo es lógico, puesto que estamos absolutamente expectantes y expuestos ante el bombardeo mediático que se empeña en darnos dolores de cabeza sin cesar. ¡Nos estamos volviendo locos! Pensará más de uno… Y lo cierto es que en la inestabilidad político-social en la que estamos sumidos uno a veces piensa que estamos nada más y nada menos que a las puertas de una revolución. Y es que la sociedad está harta de las mentiras y la manipulación del poder, ¡los entiendo! Razones no nos faltan.

Sin embargo, este mayo se cumple un año de uno de los mercados laterales más soporíferos que recuerdo, teniendo en consideración que arrancó con la invasión de Ucrania y podría terminar con la quiebra de 5 bancos, está claro que el control de los soportes en los principales índices americanos es claramente meritoria. La bondad de un mercado lateral es que el tiempo corrige los excesos y que la publicación de resultados empresariales que estamos viendo, podríamos calificarla como positiva por el momento, algo que por supuesto abarata los múltiplos del mercado y que aleja cada día más la hipótesis del caos que algunos tratan de defender amparados sobre un nulo arsenal de argumentos.

Lo cual me valida para pensar que el mercado sigue haciendo méritos para romper sus resistencias y acelerar al calor de una FED que empieza a tener un escenario impensable hace algunos meses. Y es que para cumplir su mandato, Jerome Powell tenía claro que debía mantener los tipos por encima de la tasa de inflación durante un largo periodo de tiempo, pero lo que no pensaba es que permaneciendo quieto, lo lograría. Y es que las circunstancias negativamente macroeconómicas no son más que una ventaja estratégica para una FED que podrá quedarse cómodamente alrededor del 5% para seguir amortiguando una inflación que lejos de pivotar, se está desplomando.

Pero claro, este tiempo de lateralidad contrasta con la necesidad exagerada de muchos inversores de buscar refugio en la acción, como si con el hecho de ir tras los precios se lograra algo, ¿no? Y es que en un mercado lateral señores, lo más meritorio es mantenerse en pie a pesar del drama mediático. Como decía el maestro Buffett, se paga un precio muy alto por un consenso alegre. No será la economía la que dejará fuera de juego a los inversores, sino los propios inversores.

La incertidumbre es el amigo fiel del que compra acciones a largo plazo y está claro que esta calma tensa que se cierne en Wall Street cada vez está más cerca de estallar, definiéndose entre aquellos que piensan que un armagedón financiero está a la vuelta de la esquina, y aquellos que como en Blackbird pensamos que tener una posición defendida pero ambiciosa, a la espera de que el mercado renazca al amparo del fin de las políticas monetarias restrictivas, es sin duda una ventaja esencial que no pensamos desdeñar.

Créanme cuando les digo que lejos de entrar en debates absurdos e ilógicos que no me interesan, lo que proponemos es algo tan simple como hacer nuestro trabajo y esperar a que el mercado se defina para actuar. Mientras tanto, ¡pan y circo! Mientras apostamos a que la calma tensa en Wall Street esté a punto de terminar, y que la mera visión de aceptar la volatilidad y dejar que las cosas simplemente sucedan es si más no el origen del principio de la excelencia. Hábito de genios, y deseo de una gran mayoría que osan el liderazgo innato que como líderes la gente sigue a todas partes, aunque sólo sea por curiosidad.