La morosidad de la banca se sitúa en mínimos desde mediados de 2011 tras caer en marzo al 6,8%

Morosidad de las empresas
Morosidad de las empresas

La morosidad de la banca cae a niveles de junio de 2011 tras caer hasta el 6,8% en el mes de marzo, frente al 7,84% registrado en febrero.

De este modo, la tasa de morosidad de la banca española consigue mantenerse por debajo del umbral del 7% después de que el pasado febrero se situara aún en el 7,84%, según los datos provisionales hechos públicos este lunes por el Banco de España.

En total, los créditos dudosos descendieron hasta los 83.293 millones de euros en el tercer mes de 2018, desde los 96.023 millones de euros correspondientes a febrero, lo que supone su nivel más bajo desde marzo del año 2009.

Crédito de los EFC

Esta cifra incluye el cambio metodológico en la clasificación de los Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), que desde enero de 2014 han dejado de ser considerados dentro de la categoría de entidades de crédito.

Sin incluir los cambios metodológicos, la ratio de morosidad se situaría igualmente en el 7,8%, puesto que el saldo de crédito fue de 1,224 billones de euros en marzo al excluirse el crédito de los EFC.

En cualquier caso, la tasa de morosidad se situó 7,8 puntos porcentuales por debajo del máximo histórico marcado en diciembre de 2013, cuando se colocó en el 13,6%.

Crédito total del sector

El crédito total del sector descendió un 0,37% en marzo en relación con febrero, hasta los 1,224 billones de euros, mientras que en términos internanuales cayó un 3,3%.

En el mes de marzo, las entidades financieras redujeron hasta 52.736 millones de euros las provisiones, lo que supone una rebaja de 9.675 millones respecto al mes anterior. Un año antes, este ‘colchón’ se situaba en 65.998 millones de euros.

Sin crecimiento en el volumen de crédito

El analista de XTB Javier Urones destaca que la tasa de morosidad en continúa reduciéndose y se acomoda ya claramente por debajo del 8%, y remarca que la mejora en este indicador se está produciendo además en un contexto en el que el crédito vivo no está creciendo, hecho el cual le otorga «aún más dificultad».

En cuanto a las previsiones apunta que, de continuar en esta tendencia, se podría llegar a cerrar el primer semestre de este año con tasas cercanas al 7,4%, lo que supondría sin lugar a dudas «un síntoma ya inequívoco de la recuperación en los balances de las principales entidades de crédito en España».

«El contexto actual de mejora económica, mayor demanda para el consumo y menor desempleo pueden animar a los bancos a relajar las condiciones de concesión de crédito, lo cual podría hacer aumentar el saldo de crédito vivo y provocar que la rebaja en la tasa de morosidad se acelere», ha pronosticado.

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