Economía
Análisis

El mercado cree que los estímulos del BCE servirán para que los bancos den más crédito

  • N. Mateos Magariño y C. Rivero

El BCE ha sacado su artillería para tratar de frenar la recesión en Europa. El organismo que preside Mario Draghi, en su penúltima reunión mensual, decidió este jueves bajar la tasa a los depósitos bancarios (facilidad marginal de depósito) en 10 puntos básicos, hasta-0,50%, ante el debilitamiento económico de la zona del euro y la incertidumbre por las tensiones comerciales. Asimismo, el organismo comprará deuda por valor de 20.000 millones de euros mensuales desde el 1 de noviembre y durante el tiempo que sea necesario «para reforzar el impacto expansivo de sus tasas de interés». El BCE dijo que terminará las compras de deuda «poco antes de que comience a subir los tipos de interés».

Uno de los objetivos principales de todas estas medidas es que las entidades financieras den más créditos. Hasta ahora, el contexto monetario hiperexpansivo que vive la Eurozona no estaba permitiendo que la gran cantidad de dinero que hay en el mercado financiero (bancos comerciales, fondos de inversión y de pensiones, aseguradoras y otros vehículos) acabe llegando a la economía familiar y a la de la mayoría de las empresas no financieras. Según los datos del Banco de España, los créditos a las familias crecieron tan sólo un 0,3% interanual en julio frente al 0,4% del mes anterior. Esta es la tendencia que quiere revertir el paquete de medidas de Draghi.

Aitor Méndez, analista de IG, opina que «aunque el mercado tenía grandes expectativas respecto a este encuentro y el anuncio final ha estado por debajo de lo previsto, los inversores han acabado por dar por buenas las medidas comunicadas, superada a la rabieta inicial que siempre se registra cuando los algoritmos que introducen órdenes al mercado reaccionan ante datos que se alejan de las expectativas».

«Respecto al plan de compra de activos, las cuentas de las grandes casas de análisis pasaban por la puesta en marcha de un nuevo programa de compra de activos (QE) de un año de duración y con una cuantía mínima de 30.000 millones de euros al mes», señala Méndez. Finalmente, el banco central comunitario «sí que ha vuelto a poner sobre la mesa la compra de bonos tan solo 9 meses después de dar por finalizada la última, pero la cuantía de este nuevo programa será de ‘solo’ 20.000 millones de euros, aunque no se ha puesto una fecha para la finalización del mismo», apunta el experto.

Por otro lado, el analista de IG destaca que «para compensar a los bancos por el endurecimiento de la facilidad de depósito, la entidad ha anunciado el establecimiento de un sistema de escalonado de los tipos de interés que aplica a las entidades financieras para que no tengan que pagar por parte una parte de dichos depósitos».

Rosie McMellin, gestora de fondos de renta fija de Fidelity International, explica que «a primera vista el paquete podría parecer decepcionante». «Pero con el BCE extendiendo la orientación a futuro y haciendo dejando abierto el final del QE, esta sería una conclusión incorrecta», remarca. El BCE espera que los tipos se mantengan en los niveles actuales o más bajos hasta que la perspectiva de una inflación robusta converja a un nivel «cercano, pero inferior al 2% en de su horizonte de proyección».

McMellin destaca que «se espera, por tanto, que el QE funcione durante el tiempo que sea necesario y que termine poco antes de que el BCE comience a subir tipos». En el futuro será importante conocer cuáles será la composición de las compras que haga el Banco Central Europeo: «Este anuncio hará que los activos totales del BCE aumenten aún más desde el nivel actual de 2,5 billones de euros. El BCE aún no ha confirmado los detalles de la composición del nuevo programa de compra de activos, algo crucial para determinar su capacidad para aumentar aún más la compra de activos netos más adelante si las condiciones económicas continúan decepcionando».

La gestora de fondos de renta fija explica cuál será el impacto para el sector bancario: «Como se esperaba, el BCE ha introducido un sistema escalonado de remuneración de su reserva, destinado a reducir el impacto de las tasas negativas en la rentabilidad del sector bancario. Dado que los bancos mantienen alrededor de 1,86 billones de euros de reversiones en exceso en el BCE, el coste directo para la industria bancaria del recorte del tipo de depósito de 10 pb, sin escalonamiento, asciende a 1.860 millones de euros al año. Los detalles sobre el nuevo sistema se darán a conocer más tarde. Además, el BCE ha ajustado el nuevo programa TLTRO III, al reducir el tipo más bajo posible para que los bancos se alineen con el tipo del depósito, mientras que anteriormente había indicado que los tipos estarían 10 pb por encima de los tipos de depósito. La madurez de las nuevas operaciones TLTRO serán ahora de tres años en lugar de dos».

«El paquete de hoy probablemente revitalizará la búsqueda de rendimientos, y esperamos que los mercados de crédito se recuperen», concluye McMellin.

Montaña rusa en la Bolsa

Los bancos españoles han vivido esta reunión clave en el BCE como si estuvieran en una montaña rusa. Especialmente valores como Bankinter, Bankia, Sabadell o Caixabank sufrieron una alta volatilidad durante la jornada de jueves.

Las medidas del BCE parecían no haber sido recibidas con buen tono por las acciones bancarias, que a los pocos minutos de conocerse, se daban la vuelta y pasaban de tímidas subidas a hundirse en el Ibex 35. A las 14.13 horas, apenas unos minutos después de conocerse las medidas, Bankia rondaba el 4% de caídas, Sabadell y Caixabank superaban el 3%, mientras que Bankinter, BBVA y Santander se acercaban al 2%. Finalmente, Bankia ha cerrado con un -2,08%, Sabadell con un -0,94%, Bankinter ha subido un 0,27%, Caixabank un -1,11%, Santander ha repuntado un 0,7% y BBVA un 1,2%.