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Economía
Seguridad Social

La lista de las enfermedades mentales con las que podrás tener la incapacidad permanente

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En los últimos años, la salud mental ha pasado de ser un tema tabú a ocupar un lugar central en las conversaciones sociales, médicas y laborales. Hay personas que, debido a su condición, no pueden continuar con su actividad laboral habitual, o incluso con ninguna otra. Para estos casos, la Seguridad Social contempla la posibilidad de otorgar una pensión por incapacidad permanente.

Esto se aplica a ciertos diagnósticos psiquiátricos graves, que afectan directamente a la funcionalidad del individuo. No todas las enfermedades mentales dan derecho a esta prestación, pero cuando se trata de trastornos severos y persistentes, sí puede existir una base legal para su concesión.

Pensión por incapacidad permanente

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales implican una alteración significativa de los procesos cognitivos, emocionales o del comportamiento. En otras palabras, afectan la forma en que una persona piensa, siente, se relaciona con los demás y afronta las situaciones cotidianas.

Entre las patologías mentales más frecuentes se encuentran la depresión y la ansiedad, aunque éstas no siempre se presentan con la misma intensidad. Algunas personas experimentan formas leves y puntuales, mientras que otras enfrentan cuadros clínicos graves, crónicos y resistentes al tratamiento.

También existen otras enfermedades menos comunes, pero muy incapacitantes, como los trastornos psicóticos (por ejemplo, la esquizofrenia), el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o el trastorno de personalidad límite.

Cuando una persona sufre una enfermedad mental grave que le impide seguir trabajando, puede solicitar una pensión por incapacidad permanente, que consiste en una prestación económica mensual destinada a quienes han visto mermada su capacidad para desempeñar su profesión habitual o cualquier otra.

Esta prestación no se concede automáticamente. Es necesario pasar por un proceso médico-administrativo que incluye la evaluación de un tribunal médico, también conocido como el Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI).

Enfermedades mentales

Según explican desde distintos despachos de abogados especializados en Seguridad Social hay ciertos diagnósticos que se suelen considerar para conceder una incapacidad permanente. Estas son algunas de las enfermedades mentales que pueden justificar esta pensión:

Tipos de incapacidad permanente

La Seguridad Social contempla cuatro grados de incapacidad permanente, dependiendo de la severidad del cuadro clínico y de cómo afecta a la capacidad laboral:

Cómo se solicita

El procedimiento se inicia con la presentación de una solicitud ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Se debe acompañar de todos los informes médicos disponibles, incluyendo diagnósticos, historial de tratamientos, informes psicológicos, hospitalizaciones, bajas laborales anteriores, entre otros.

Una vez presentada la documentación, se convoca al solicitante a un examen por parte del tribunal médico. Este valorará no solo el diagnóstico, sino cómo afecta en la práctica a su capacidad funcional. A partir de esa evaluación, se emite una resolución concediendo o denegando la pensión.

En caso de que sea denegada, es posible recurrir por vía administrativa o judicial. Muchos casos terminan resolviéndose a favor del paciente gracias al asesoramiento legal especializado.

Para que se reconozca la incapacidad permanente, no basta con tener un diagnóstico: es necesario demostrar que se ha seguido un tratamiento adecuado durante un determinado periodo de tiempo, sin obtener una mejoría que permita retomar la vida laboral.

Es decir, los tribunales médicos suelen analizar si el paciente ha hecho todo lo posible para recuperarse: medicación, terapia psicológica, ingresos hospitalarios si han sido necesarios, etc. También valoran si la situación es crónica, si hay recaídas frecuentes y si el pronóstico es favorable o no.