Economía

Italia desafía a Bruselas con unos Presupuestos ambiciosos cargados de promesas

El Gobierno de Italia, del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, reivindicó hoy sus Presupuestos para 2019 con un mayor gasto para financiar promesas electorales, a pesar de las advertencias y críticas de Bruselas.

Las cuentas fueron aprobadas anoche en un Consejo de Ministros y posteriormente enviadas a la Comisión Europea (CE), que las examinará para comprobar si respetan los criterios comunitarios.

El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, señaló en un encuentro con la prensa italiana que, con este documento, Italia ha quebrantado su compromiso de reducir su déficit y que aceptarlo podría desencadenar las quejas de otros Estados, por lo que habrá que debatir.

Los Presupuestos incluyen sobre todo las ambiciosas promesas que los dos partidos de la coalición lanzaron en la campaña electoral del pasado invierno, y para costearlas Italia deberá endeudarse.

En este sentido, Roma ya ha avanzado que aumentará su déficit en un 2,4 % del producto interior bruto (PIB) en 2019, lo que ha suscitado malestar en Bruselas.

El primer ministro, Giuseppe Conte, auguró desde el Parlamento un «diálogo sin prejuicios» con las instituciones europeas, y aclaró que sus cuentas tienen por objetivo reducir la diferencia en términos de crecimiento entre Italia y el resto de países miembro de la Unión.

Y es que el Gobierno, en el cargo desde el 1 de junio, justifica sus partidas en que Italia ha sido más perjudicada por las políticas de austeridad durante la crisis en comparación con otros Estados.

Se desconoce por el momento la envergadura de los Presupuestos, si bien los medios aseguran que costarán unos 36.400 millones de euros, de los que 21.000 millones llegarán de un mayor endeudamiento, 7.000 de recortes y 8.000 millones de las entradas.

Entre los recortes, el Gobierno prevé entre otras cosas acabar gradualmente con un sistema de ayudas a los periódicos, reducir las pensiones «de oro» superiores a los 4.500 euros netos al mes y recuperar 2.000 millones con ahorros en la Administración Pública.

Mucho más copioso, sin embargo, es el apartado de inversiones, con 15.000 millones de euros para renovar las infraestructuras del país, entre otras cosas.

Los Presupuestos incluyen una de las banderas del M5S, la «renta de ciudadanía», un subsidio para parados y personas en riesgo de exclusión, que obtendrán una pensión mínima de 780 euros al mes.

Se ofrecerán incentivos fiscales a las empresas que reduzcan su impacto medioambiental, se indemnizará a los damnificados por las crisis bancarias, se creará un equipo que supervisará cada gasto del Estado y se prometen fondos para impulsar la digitalización.

El líder de la Liga, el vicepresidente Matteo Salvini, ya presume de haber introducido en estos primeros presupuestos su medida más vociferada: la reforma del Sistema de Pensiones fijado en los años de la crisis y que introdujo el aumento de la edad de jubilación.

La alternativa es la «Cuota 100», con la que los italianos podrán jubilarse cuando sus años de edad y de cotización sumen cien, lo que les permitiría dejar de trabajar con 62 años y 38 cotizados.

También se incluye un impuesto único para pequeñas y medianas empresas (pymes), apuesta tradicional de la derecha, más fondos para el Ministerio de Familia y Discapacidad y un menor desembolso para el sistema de acogida de inmigrantes, unos 500 millones menos.

Por otro lado, junto a los Presupuestos Generales, el Gobierno ha aprobado un decreto con medidas sobre fiscalidad que incluye una «paz fiscal», una especie de amnistía para permitir a Hacienda recuperar el dinero evadido a cambio de perdonar sanciones.

Las cuentas deberán ser ahora presentadas ante el Parlamento italiano para su tramitación antes del próximo 20 de octubre y será, en ese momento, cuando se conozcan en detalle.

Por el momento el Gobierno espera negociar con la CE, a la que el líder del M5S y ministro de Desarrollo Económico, Luigi Di Maio, recordó hoy un informe del EUROSTAT, que sitúa a Italia como el país europeo con más personas en riesgo de pobreza.

Di Maio centró sus críticas en el presidente Juncker, a quien dirigió una advertencia de cara a las elecciones europeas: «Puede seguir quejándose, le queda poco tiempo hasta mayo», dijo.

La misma postura expresó Salvini: «Los Presupuestos italianos se han aprobado. Que Juncker lo acepte y se tome un café», zanjó el líder ultraderechista, fiel a su estilo.